Salí de la fría cabaña a tomar algo de sol e ir a visitar a Alan, por suerte llegó a tiempo Nicolas y me ayudó a llevar a Alan con los originales, ellos lo atendieron rápidamente y está en proceso de recuperación, aún no saben exactamente que tiene o porque está perdiendo su lado Ángel, pero sé que están trabajando en eso, inclusive Nicolas y yo también lo hacemos, pasamos largas tardes o a veces todo el día buscando en la biblioteca.—¿Cómo sigue?—pregunté entrando a la habitación.—¡Sigue sin despertar! pero sigue respirando—respondió Nialla.—¿Va a despertar?—pregunté con temor.—¡LO ENCONTRÉ!—grito entrando Jame junto a Niall.—¿Que encontraron?—preguntamos al unísono Nia y yo.—¡Sabemos que tiene Alan!—respondió esta vez Niall.—¿QUE ESPERAS PARA HABLAR IDIOTA?—respondió gritando Nia.—¡Cálmate!—dijimos al unísono Niall y yo.—Bueno el punto es que, el cuerpo de Alan ha sido poseído por un Demonio—comenzó a explicar Nicolas—. Por ello es que está perdiendo su lado ángel, ya que e
Me desperté en medio de una maraña de pensamientos. El eco de las palabras de Niall seguía rondando en mi mente: Alec, el rey lobo, te está buscando porque ya sabe quién eres. Lo peor era que no tenía ni la más mínima idea de cómo iba a enfrentar todo lo que se venía. Sabía que la batalla se acercaba, y con cada paso que daba, todo parecía volverse más confuso y peligroso.Recuerdo cómo los días pasaban mientras mi cuerpo se recuperaba lentamente. Estuve fuera durante dos semanas, mi mente atrapada en una niebla profunda debido al relajante que Nialla me había administrado. Pero ahora ya estaba mejor. Mis energías estaban completamente renovadas, aunque la tensión seguía presente.Hoy era uno de esos días en los que sabía que no podía esperar más. El tiempo ya no era un lujo que pudiera permitirme. Los lobos, los ángeles, Alec… todo se estaba entrelazando, y no podía quedarme atrás. Necesitaba reunir a todos los ángeles rápidamente y ponerme al día con mi entrenamiento de hechicera. N
Tras concluir los detalles del plan con los chicos, necesitaba un respiro. Mi cabeza estaba tan llena de estrategias y preocupaciones que sentí que podría estallar si no me tomaba un descanso. Había sido un día largo y tenso, y ahora solo quería comer algo. Cuando entré al comedor, no vi a ninguno de los chicos. Estaba agradecida por eso; necesitaba estar sola por un momento, para procesar todo lo que se venía.Me dirigí rápidamente a la barra, recogí mi bandeja de comida y me senté en una mesa vacía, apartada de todo. No quería hablar con nadie. Estaba demasiado agotada emocionalmente para mantener una conversación. La comida era la distracción perfecta. Mi estómago rugió, y aunque no tenía mucha hambre, me senté a devorarla con una rapidez ansiosa. Cada bocado era como si estuviera tratando de llenar el vacío que sentía dentro, como si fuera la única manera de calmar mi mente llena de dudas y miedos.Cuando terminé, apenas pude contenerme. Tomé la bandeja y me levanté de la mesa, li
LUCA BRANDWOLFMi vida es una pesadilla. Una maldita frustración que no tiene fin. ¿Es esto lo que el destino me tenía preparado? ¿Es este mi castigo por todo el daño que causé, por las decisiones equivocadas que tomé en el pasado? ¿La soledad es lo único que me queda? Mi corazón late desbocado, pero no siento ninguna chispa de esperanza. Solo rabia y desesperación. ¿Es esto lo que obtengo por amar a Celesty?Quiero encontrarla, quiero saber de ella, quiero ver su rostro, escuchar su risa, sentir la calidez de su presencia. Pero es imposible. Ella está en un lugar escondido, un lugar al que solo los brujos pueden acceder. No hay teléfonos, no hay tecnología. En pleno siglo XXI, ellos aún se comunican por cartas, y no hay nada más frustrante que esa maldita espera. Hace cuatro días, le envié una carta. Exclusivamente para ella. La esperé con ansias, con la esperanza de que al menos me respondería, aunque solo fuera para darme un atisbo de su existencia, de que aún pensaba en mí. Pero,
Llevamos ya tres semanas en la búsqueda. Alan, Nialla y yo nos encontramos en la parte sur del continente americano, mientras que Nicolás, Niall y Sky se encargan de la zona norte. A pesar de las distancias que nos separan, la comunicación entre nosotros se mantiene, y con cada día que pasa, siento que la misión avanza, aunque los desafíos crecen.Hasta ahora, hemos encontrado unos quince ángeles, que han sido teletransportados al jardín. Allí, Mary, Belle y Will, tres hechiceros antiguos y de confianza de los originales, se encargan de recibirlos. Ellos asignan cabañas y los entrenan para lo que está por venir. Todo parece estar marchando con cierta normalidad. Sabemos que el tiempo está de nuestra parte, aunque no podemos evitar sentir la presión de lo desconocido. Nadie sabe con certeza a qué nos enfrentamos, pero existe una seguridad en el aire, un presentimiento que nos impulsa a seguir adelante. Tal vez sea confianza, tal vez algo más, pero estoy decidida a no dejar que nos tiem
Finalmente, después de cuatro largos meses de incansables búsquedas, regresamos al Jardín. La misión había sido ardua, pero habíamos logrado lo que nos habíamos propuesto: todos los ángeles reencarnados habían sido encontrados. 458 en total. Era un número que no esperaba, pero estaba convencida de que todo lo que habíamos hecho valdría la pena. Cada uno de ellos estaba al tanto de lo que realmente eran, y aunque al principio todo parecía abrumador, no había habido grandes problemas. Ellos estaban siendo entrenados, aprendiendo a dominar sus poderes y sus alas, y lo hacían con una facilidad sorprendente.Lo más increíble era cómo la simple palabra "remember" les hacía recordar al instante su vida pasada. Esa pequeña palabra, con todo su peso histórico, les devolvía la memoria de lo que habían sido y, de alguna manera, les facilitaba los entrenamientos. Sus avances eran tan evidentes que no podía evitar sentirme orgullosa de cada uno de ellos. Lo más sorprendente de todo era que había m
—¡Hey! —gritó una voz desde atrás, interrumpiendo mi momento de calma.—¡Nico! —respondí, volteando rápidamente, y corrí hacia él. Pero algo me detuvo en seco. Vi que su mano estaba entrelazada con la de una chica de cabello negro. Mi corazón dio un vuelco, pero no pude mostrarlo. No podía permitirme que la angustia se notara.—Te presento a Annie, un ángel que encontré —dijo Nico con una sonrisa.La chica me miró, y de inmediato hizo una reverencia.—Hola, un gusto, reina Celesty —dijo, y yo sonreí con amabilidad, pero no pude evitar una sensación de celos recorrerme el pecho.Era extraño. No había sido un amor verdadero, pero aún así, la presencia de ella me hizo sentir incómoda. Sin embargo, me obligué a sonreír y responder.—¡Oh, no, no! Nada de formalismos —dije, restando importancia a la situación—. El gusto es mío. Soy Celesty.Mientras observaba la interacción entre ellos, mi mente seguía viajando a las palabras de Ángela. El amor, ese amor tan complicado, tan intenso, estaba
LUCA BRANDWOLFHan pasado meses. Cuatro largos y tortuosos meses, de esos que parecen durar una eternidad. He estado entrenando sin descanso, empujando mis límites hasta el punto de que ni yo mismo reconozco el cuerpo en el que estoy. Los músculos, las cicatrices, todo. Todo me grita que me estoy convirtiendo en alguien que ni siquiera yo podría haber imaginado hace tan solo un tiempo. Pero, ¿de qué sirve todo esto? ¿De qué sirve haberme transformado en algo que ni yo mismo puedo creer, si lo único que quiero es ella?La soledad me consume. Cada día que pasa, el peso de la ausencia de Celesty se hace más insoportable. He tratado de llenar ese vacío, he tenido citas, como cualquier hombre lo haría, pero… nunca pasa de una noche, una noche sin alma, sin significado. Las chicas lo saben, lo aceptan. Pero ni ellas, ni nadie, puede llenar el abismo que dejó Celesty en mi pecho. No es que busque superarla. No quiero, ni puedo. Nadie en este maldito mundo puede siquiera acercarse a lo que el