El teléfono sonaba demasiado lejano, Emma se removió entre las sábanas y abrió los ojos, miro el techo de la habitación, completamente blanco, aquella no era su casa, por supuesto que no, nunca llevaba a sus "citas" a su hogar, se giró entre las sábanas y vio durmiendo boca abajo al hombre con el que había pasado la noche, tenía rasgos masculinos pero seguía siendo joven, tal vez demasiado, soltó un suspiró hastiada, la jaqueca le recordó con suficiencia algunas escenas de la noche anterior.
Una fiesta privada en el hotel más lujoso de Vancouver varias celebridades y distintos tragos, miró al chico a su lado, pómulos altos, cabello rubio, tenía ojos azules, de eso sí se acordaba, un par de martinis y se habían ido a su casa. Emma nunca se quedaba en la casa de los hombres con los que dormía, pero la noche anterior hab&
-¿Sr.Brown?- preguntó Emma a Leonardo que estaba de espaldas a ella.Lentamente el lobo se puso de pie y giró hacia la morena, con una sonrisa torcida y que por segunda vez aquel día envió una ola de cosquillas a su abdomen bajo, pero ella era una experta en contenerse y el control, le ofreció una sonrisa cortés. - Soy María Camelia Respreto. - se presentó la morena.No.. Eres Emma, pensó el alpha, pero no dijo nada, después tendría tiempo para averiguar ese embrollo, ahora se permitió observarla, sus facciones eran mucho más maduras que hace tres años y medio, su cabello… ahora era una melena lisa y decidio en aquel instante que le sentaba mucho mejor su melena rizada, pero de igual forma estaba magnífica, iba en un par de pantalones negros ajustados que daban rienda a su imaginación con aquellas generosas caderas, una
Roy en cuanto habían salido de la sala de reuniones se había dispuesto a buscar una propiedad para las necesidades de ambos, pero principalmente de su alpha, a mediodía ya estaban recibiendo una casa en los suburbios de Vancouver.-¿Que pasó ahí?- preguntó Roy junto a Leonardo mientras despedían al agente inmobiliario fuera de la propiedad. Leonardo siguió la mirada de su Beta encontrando la deplorable imagen de lo que debió ser una casa enorme y hermosa, hecha nada más que escombros y cenizas.-Una real tragedia- comenzó a relatar el agente inmobiliario- los Amato eran un matrimonio joven y poderoso, la señora Camelia quedó Viuda y Huérfana en una sola noche - dijo con un gesto dolido- ella aún conserva la potestad d
Leonardo pasó casi toda la noche dando vueltas en la cama, se durmió cerca de las tres de la madrugada y despertó antes de las ocho de la mañana, estaba ansioso y nervioso, así que cuando finalmente despertó se levantó y se dispuso hacer ejercicio en el pequeño gimnasio dentro de la casa y mientras levantaba peso se dispuso a pensar en la situación actual, quería ir con pies de plomo, aguantaría su completa desesperación por poseerla si eso le daba la mínima oportunidad de tenerla a su lado, Leonardo no era estúpido, Emma no habría heredado la presidencia de un grupo económico como Amato solo por ser Viuda, no, aquella hermosa mujer debía de ser jodidamente astuta y así lo corroboró más tarde cuando Roy le trajo una carpeta con la información de María Camelia Respreto mientras desayunaban.-¿Saben c&oacu
Casi no lo había visto, estaba segura que había Sido en un simple pestañeo, la mesa con el almuerzo estaba casi un metro hacia el lado dejando por una fracción de segundos un vacío entre ellos sentados en sus respectivas sillas. Cuando lo vio venir la morena instintivamente levantó los brazos rodeando el cuello del mayor mientras esté enroscaba un brazo propio alrededor de su cintura y la levantó sin un solo problema y patentado la silla la presionó con fuerza contra la pared, sus cuerpos vibrantes, calientes presionaban contra el otro, Emma estaba segura que mañana encontraría un moretón en sus omoplatos debido a la fuerza del golpe, un cuadro en la pared cayó al suelo. Sus bocas se rozaban, suavemente, jadeando una contra otra, sus miradas fijas, Leonardo la levantó un poco más para que su erección bajo las ropas se apretara sobre su entrepiernas, la morena cerró
-¿Que paso ?- preguntó Roy la mañana siguiente, al entrar al gimnasio en la casa de su Alpha. Leo golpeó un saco de box hasta que esté se reventó cayendo la arena del interior al suelo, la mirada de Roy llegó a los seis sacos arrinconados en un rincón, todos rotos.-La llamé "Emma" - dijo Leonardo para sacar el saco roto y reemplazarlo por uno nuevo.-oh … ,¿Pero cómo pasó eso?...- pregunto pero la mirada de Leonardo le hizo entender que su pregunta era estúpida.- bien, entonces dile que cuando conociste a Adriano él te habló de ella -dijo como si fuera lo más sencillo a resolver y Leo gruño.-No quiero mentirle. Así no se comienza una relación. -dijo el alpha y Roy hizo rodar los ojos.-pues no debiste ponerte en evidencia - le
-¿Quieres desnudarme?- pregunto la morena y fue suficiente señal para el lobo quien rodeó la cintura de Emma y la levantó para sentarla sobre la barra, ella soltó un jadeo de sorpresa pero mantenía la sonrisa juguetona en los labios.-Joder … muero por desnudarte..- aclaró el hombre ahora entre las piernas de la menor, su tono era más bajo, más ronco, pero a pesar de la completa desesperación que le consumía por enterrarse entre aquellos muslos perfectos notaba a la menor algo más receptiva, como si uno de los escudos que la protegían de cualquier tipo de intimidad hubiera caído, no estaba seguro… o más bien no tenía la jodida idea de cómo lo había logrado, pero si era un golpe de suerte no lo iba a desaprovechar, dejó ambas manos apoyadas en la barra y no movió un músculo mientras de
La morena despertó antes de abrir sus ojos, se sentía increíblemente cálida y cómoda, bajo su cuerpo la dureza se amoldaba perfectamente a su cuerpo suave y blando, el aroma a bosque y madera era increíble en sus fosas nasales.Solo unos segundos más. Se dijo a sí misma, trato de buscar en su interior algún signo de incomodidad, vergüenza o algo por el estilo, pero no encontró más que plena satisfacción, aún tenía que definir los márgenes de aquello que sea lo que estaba pasando entre ellos, pero por alguna razón no le molestó tenerlo en su cama, más bien era una sensación agradable, como si fuese lo correcto, natural. Abrió los ojos y levantó un poco su rostro para mirar al f
Leonardo se dió una ducha en uno de los cuartos extras del piso, se vistió con tranquilidad y salió hasta la cocina comenzando a preparar el desayuno, un par de huevos, pico algo de fruta y un par de cafés, Emma aprecio en la cocina cuando el hombre limpiaba sus manos con un trapo.-cocinas..- no fue una pregunta, más bien una afirmación de algo que no creía posible, algo escéptica hizo una mueca, Leonardo pasó una mano por su cabello aún húmedo y tomó asiento en uno de los taburetes de la cocina.-Me gusta mi privacidad, así que de vez en cuando me quedo solo y para ello debo cocinar algo para poder sobrevivir.- señala sin darle mucha importancia, la morena algo contrariada se sentó en el taburete al frente del alpha, aquello era demasiado extraño para ella, nunca… jamás… había desayunado o compartido c