Capítulo 5.

Tuvimos un descanso de quince minutos para que el público estirara las piernas y cobrara sus apuestas .

Nosotros aprovechamos el tiempo para calentar porque después del descanso comenzaría la verdadera diversión.

Tío Chad se fue brevemente para resolver el asunto de nuestras apuestas y regresó con una sonrisa diciéndome que todo estaba arreglado.

Mi mirada se desvió de nuevo y sin poderlo evitar hacia Jared que me notó enseguida y me hizo un gesto para que nos reuniéramos.

Comencé a caminar y tío Chad me susurró que tuviera cuidado.

-Es mi pareja- Susurré de vuelta y él asintió repitiendo que tuviera cuidado.

Llegamos a un punto alejado de los competidores y nos detuvimos.

-Eres una loba muy creativa- Dijo con admiración - Ahora entiendo por qué te enviaron al estilo libre.

-Gracias, pero en realidad me especializo en el arco. Tío Chad me dio a elegir- Dije encogiéndome de hombros.

-¿Es tu tío?- Dijo mirando en su dirección brevemente y luego regresó su atención hacia mí- Imagino entonces que fue él quien te enseñó a luchar.

-Correcto.

Jared me sonrió.

-Me gusta una loba capaz.- Dijo estirando la mano y acariciando mi mejilla dulcemente. Era agradable así que me reservé el derecho de patearle las bolas por su atrevimiento.- Eres diferente, Lily.

-¿Crees que puedes con ello o intentarás que cambie?- Pregunté medio en broma.

-¿Por qué te cambiaría?- Preguntó verdaderamente confundido- Me gusta todo lo que sé de ti hasta el momento.

-¿Oh? ¿Y qué es lo que sabes?

Jared se acercó un poco más a mí sin dejar de tener contacto con mi mejilla. Con su otra mano sujetó mi barbilla para inclinarla hacia arriba y que nuestros ojos se encontraran.

-Que eres hermosa, valiente, buena luchando y tienes un lindo sentido del humor. Me gustó tu baile cuando terminaste con ese lobo.

Yo me sonrojé un poco. Me agradaba mucho todo lo que decía, así que le di mi sonrisa más brillante y él se quedó mortalmente quieto admirando mi rostro.

El olor a pino fresco me envolvió recordándome mi hogar en el continente Norte.

-Es un placer volver a verle, Príncipe Jared.

Espera, ¿Qué?

Yo abrí mis ojos ante el título.

Jared salió de nuestra burbuja y se inclinó brevemente sin dar muestras de estar molesto por nuestra interrupción.

-Príncipe Cole. No lo veía desde que su campeón derrotó al nuestro con gran facilidad hace cinco años- Dijo con una sonrisa amable.

- He estado ocupado y me temo que no he podido aceptar sus invitaciones a conocer su reino- Dijo Cole diplomáticamente.- Mis disculpas.

-No se preocupe, los rumores de la rebelión que tiene entre manos han llegado hasta mi reino. Espero que todo se solucione pronto y, por supuesto, la invitación para que vaya a mi reino cuando se encuentre libre sigue en pie.- Dijo Jared amablemente.

-Gracias.

No dijeron nada más por largos segundos así que supuse que era por mi presencia.

-Volveré con mi grupo, Jared- Dije con una sonrisa.

-Te veré más tarde, Lily- Dijo alcanzando mi mano y depositando un beso sobre mis nudillos. - Esperaré con ansias.

-A mí me gusta un lobo que sabe lo que quiere- Dije con un guiño coqueto recordándole nuestra conversación.

Jared se rio con fuerza.

-Lo tendré en cuenta. Eres especial, Lily- Dijo sonriéndome ampliamente.

-Lo sé- Dije dándome la vuelta y caminando de regreso hacia mi grupo.

Ya habían terminado de calentar y charlaban animadamente sobre los otros participantes.

-¿Cole fue a interrumpir el romance en el aire?- Preguntó Savanah divertida en un murmullo.

-Tenía algún asunto con Jared- Dije restándole importancia.

-Claro que sí, justo en el momento en que se encontraban juntos- Dijo Savanah escéptica.

No le contesté. No sabía qué decir de todas formas.

Karel anunció el orden de las peleas y la multitud enloqueció.

Nosotros pelearíamos primero contra Oeste y nuestra segunda pelea sería contra Sur.

Tuvimos un minuto para planear nuestra estrategia con tío Chad; decidió que podríamos usar las armas y que no siguiéramos una formación. En pocas palabras, nos ordenó que improvisáramos y lucirnos mientras tanto.

Entramos al campo de batalla y esperamos la señal de Karel.

-¡Luchen!

Savanah y yo nos quedamos quietas en nuestros lugares viendo cómo los chicos iban al encuentro de los otros lobos.

Me recargué casualmente sobre su hombro y abucheamos como si fuéramos parte de la multitud.

El tipo de Oeste que manejaba la espada había logrado de alguna forma bloquear a Erik y a Mason al mismo tiempo. No había un orden exacto en el que los chicos manejaban a los cinco lobos enemigos, así que el lobo de la espada peleaba con dos o los tres a la vez y lo hacía ver fácil.

-¿Intervenimos ya?- Preguntó Savanah mirando la escena.

-Aún no. No sabemos si los chicos buscan un puesto de trabajo mejor y por eso se esfuerzan tanto. Déjalos que muestren sus habilidades un poco más.

-Mientras tú estabas con el chico sexy y el chico callado, se me acercó el campeón del Este y me preguntó si consideraría unirme a él en su batallón personal.

-¿Es un comandante o algo?- Pregunté impresionada.

-El General, de hecho. Me dijo que te ofreciera un puesto también.

-Un lobo con buen gusto- Dije apreciativamente.

Miré hacia su dirección, el tipo parecía muy interesado en nuestra batalla. Me gustó que eligiera a la chica a su lado durante la etapa antepasada. Eso demostraba que no era un lobo que discriminaba a un buen elemento por su sexo.

-¿Qué harás?

-No lo sé, aún no he escuchado sobre el salario- Dijo Savanah con un bostezo.- ¿Ya podemos intervenir?

Regresé mi atención a la arena. Aún no había un claro ganador y la multitud comenzaba a desesperarse también.

-¡Hey, chicos! ¿Terminaron de divertirse?- Pregunté haciendo un megáfono con las manos para que me escucharan.

Mason fue el primero en darme un asentimiento de cabeza. Erik dio algunos golpes más con su lanza antes de darme un pulgar arriba. Sid fue un poco más lento y no me dio ninguna señal hasta que no tuvo a un lobo sometido en el suelo.

-Tú derecha y yo izquierda- Dije a Savanah- ¡A un lado, chicos!

Tomé mi pala para rascar espaldas y me dirigí en una carrera hacia la izquierda. Los dos lobos ya me esperaban cuando Erik se movió obedientemente a un lado.

El tipo del arco me disparó con ferocidad y yo utilicé mi arma para bloquear sus flechas. El tipo de la espada salió a mi encuentro y le sonreí con anticipación. Intentó clavarme la cosa en el estómago y yo lo esquivé saltando hacia atrás entonces intentó atajarme por la mitad mientras el tipo del arco disparaba a mi cabeza.

Esquivé la flecha pero no tuve espacio para esquivar por completo la espada. Me hizo un corte poco profundo pero lo que me hizo enojar fue mi vestido roto a la altura del ombligo.

Yo miré mi vestido y lentamente alcé la mirada hacia el tipo de la espada que tenía una enorme sonrisa en su cara.

-Este vestido me lo regaló tío Chad- Dije arrojando mi pala rascadora detrás de mí- Lo has roto.

-¡Te haré pedazos a ti y a tu estúpido vestido, loba!- Dijo gruñendo y afianzando su agarre sobre su arma- Esta competencia no es para hembras lloronas.

-Has. Roto. Mi. Vestido.- Repetí mientras tronaba mi cuello- Y pagarás por ello.

Me lancé hacia adelante dejando de jugar y esquivé el siguiente golpe de su espada. Me colé dentro de su defensa y tomé su muñeca; con un giro de la mía se la disloqué y tomé la otra para hacer lo mismo pero el tipo se movió y se la rompí. El tipo soltó la espada y aulló de dolor.

Su cuerpo se interponía en la línea de visión del arquero así que no me preocupaba esquivar alguna flecha extra.

-¡Lanza y Lanza doble!- Grité con voz grave a mi espalda y solo volteé lo suficiente para atrapar las armas de mis compañeros.

Le di un rodillazo en las bolas para que se inclinara lo suficiente para tumbarlo y dejarme breves segundos para lanzar mis armas contra el tipo del arco.

No pudo esquivarlos y le di en una pierna y un brazo. Regresé mi atención al lobo que tenía frente a mí y con otra patada lo tumbé en el suelo. Me senté sobre sus caderas y desgarré su sucia camisa para exponer su pecho.

-¡Cuchillo!

Al segundo siguiente un cuchillo se había clavado a mi lado y yo lo saqué de la tierra con fuerza.

Karel ya había anunciado que nuestro grupo era el ganador pero no me importaba. Que intentara sacarme de aquí antes de terminar con lo que estaba haciendo.

-Yo, chico escoria, le pagué a Lily por arruinar su vestido.- Leyó Sid sobre mi hombro con un silbido impresionado- Recuérdame que no te haga enojar.

Solo por diversión le dibujé una flor debajo de mi bonito mensaje en su pecho hecho con mi cuchillo.

Sid me dio una mano para ayudarme a levantar como un verdadero caballero y los cinco comenzamos a caminar en dirección al tío Chad. Pero éste llamó mi atención y señaló hacia el otro lado de la arena.

Miré hacia allí y vi cómo el equipo del Este trataba de someter a un lobo muy furioso que quería escapar hacia el campo.

Eché a correr en su dirección esquivando a los lobos de uniforme blanco que habían entrado a limpiar y remendar a los del equipo del Oeste.

Llegué hasta él y me arrodillé tomando su cara de lobo tiernamente entre mis manos.

-Estoy bien, Jared. Me encargué de él, regresa conmigo por favor- Dije suavemente.

Por supuesto que Jared querría venganza, después de todo vio a su pareja sangrar. Una reacción perfectamente normal que su instinto animal le dictaba hacer.

Ya había visto esto en el campo de batalla hace unas semanas cuando un lobo me mordió el brazo en presencia del idiota y el bastardo. Ambos destrozaron al tipo.

Me temía que si Jared cedía a su instinto, su continente sería descalificado.

-Mírame Jared. No sé cuáles sean tus motivos para entrar en la competición, pero si lastimas a cualquier competidor que no sea tu contrincante, expulsarán a tu continente. Respira conmigo.

Al parecer mi discurso penetró en su neblina de furia y comenzó a calmarse lentamente. Sus compañeros soltaron la tensión de sus cuerpos y poco a poco dejaron libre al lobo dándome una mirada agradecida que ignoré. Nunca dejaría que mi pareja sufriera, sin importar que me rechace o no. Esto aplicaba al idiota y al bastardo, por algo he estado ayudando a su reino bajo falsos pretextos. Claro que todo tenía un jodido límite.

Jared se transformó y delicadamente me ayudó a levantarme. Miró mi herida con el ceño fruncido y yo llevé uno de mis dedos hacia mi estómago para limpiar un poco la sangre. Con mi nueva velocidad de curación, esto se había cerrado mientras escribía sobre el pecho del lobo espadachín.

Le mostré que ya se había curado y la tensión desapareció de sus hombros.

-Lo siento, no pude controlar a mi lobo- Dijo avergonzado.

-No te preocupes, me alegra que me escucharas- Dije con una sonrisa amable.-Debes prepararte, eres el siguiente.

-Gracias- Dijo y de la nada me abrazó contra su cuerpo.

Yo le regresé el abrazo disfrutando de su olor a pino y su calor.

-Regresa con tu grupo, ahora estoy bien- Dijo sin soltarme. Me había estado olisqueando los últimos segundos y ese gesto me hizo sonreír.

Me apartó de su cuerpo finalmente y se quitó su chaqueta ligera para ponerla sobre mi cuerpo abotonándola y tapando la piel de mi vientre.

-Ten cuidado, Jared- Dije con una última sonrisa.

-Siempre.

Regresé a mi grupo y estos se encontraban esperándome con expresiones divertidas. Ninguno hizo comentarios al respecto.

Durante la lucha de Sur contra Este, Jared demostró que seguía enojado pues él solo sometió a los tres lobos que necesitaba su equipo para ganar. Incluso utilizó sus puños y me dedicó su victoria cuando se alzó vencedor. Mis mejillas se pusieron un poco calientes pero aun así le soplé un beso en su dirección.

El siguiente equipo en entrar a la arena fue el del Norte y Este, de nuevo. No hay mucho que decir sobre el combate, Este los hizo papilla rápidamente. Cosa que me pareció sospechosa porque parecía que Norte simplemente se había tirado al suelo y rendido.

Vino el turno del Oeste pero como había incapacitado totalmente a uno de ellos y herido un poquito a otro, se retiraron de la competencia dándole la victoria al Sur. Ups.

Luego vino nuestro turno de nuevo contra Norte. En esta ocasión tío Chad nos dijo que no diéramos cuartel, ya que sus intenciones eran desconocidas. Teníamos que ganar esto lo más rápido que pudiéramos y me dio su arco y flechas para que atacara a la distancia.

-¡Luchen!- Gritó Karel.

Los chicos se alinearon frente a nosotras y los del Norte corrieron hacia nuestra línea.

Savanah lanzó sus cuchillos e incapacitó fácilmente a dos de ellos. Yo tensé mi arco y disparé como si no hubiera un mañana dejando a los otros tres fuera de combate. Todo el acto no nos llevó más de cinco minutos y la multitud abucheó fuertemente.

Algo planeaba Norte. Miré brevemente hacia la dirección en la que se encontraba tío Marcus pero él miraba hacia donde Karel se encontraba gritando nuestro triunfo.

Con esta victoria Sur y Centro calificaban para la siguiente ronda, donde los Campeones lucharían. Con Norte y Oeste descalificados, Este no tuvo contra quién pelear para ganarse un lugar para su campeón.

Regresamos a nuestros lugares y tío Chad comenzó a prepararse para la pelea final, Este, Norte y Oeste abandonaron la arena.

Karel hizo un breve discurso para introducir los antecedentes de los campeones. El del Sur era un guardia galardonado en su continente por su valentía y capacidad con la doble lanza. Y tío Chad era... tío Chad. Varios murmullos impresionados e incrédulos recorrieron las gradas cuando Karel declaró sus orígenes humildes y luchas con animales salvajes para perfeccionar sus técnicas de combate.

Ambos campeones intercambiaron saludos respetuosos antes de comenzar la batalla.

Tío Chad había optado por luchar solo con sus manos y pelaje; esquivaba los ataques del otro lobo como si fueran más una molestia que un verdadero peligro.

Obviamente, yo gritaba como loba maniaca para mostrar mi apoyo y mi equipo me miraba divertido.

El chico lanza doble se cansó de su arma y con un rodillazo la partió por la mitad convirtiendo en dos lanzas su arma. Mi tío tomó su distancia y midió la situación mientras ambos caminaban en círculos buscando debilidades.

El primero en romper el círculo fue el otro lobo atacando con ambos brazos. Mi tío desvió una de las lanzas con su brazo izquierdo y la otra con su pierna encontrando la abertura perfecta hacia el pecho del tipo. Tío Chad le dió un cabezazo a su nariz y utilizó su codo para golpear su nuez de adán.

El tipo cayó y mi tío tomó sus armas clavándolas en el suelo a cada lado de su cuello en forma de cruz evitando efectivamente que el lobo se moviera la cabeza. Luego colocó sobre su rodilla uno de sus pies y eso detuvo todo movimiento de la parte inferior de su cuerpo.

Karel anunció al vencedor.

El público se levantó de sus asientos y aplaudió enardecido. Yo corrí hacia él emocionada y lo escalé como un mono para colocarme sobre sus hombros y alzar mis brazos como si la victoria hubiese sido mía. Me importaba una m****a enseñar mi culo y de todas formas, la chaqueta ligera de Jared cubría las partes importantes.

Tío Chad sujetó mis piernas y rió alegremente mientras hacíamos un recorrido de la victoria por la arena. Yo saludaba y trataba de atrapar las flores que lanzaban a nuestro paso. Los chicos también salieron a nuestro encuentro para felicitar a mi tío.

-¿Bajarás de ahí, pequeña flor?- Preguntó minutos después mi tío cuado los espectadores comenzaron a caminar ordenadamente hacia la salida.

-No, tengo la mejor vista del lugar- Dije sosteniendo mi hermoso ramo. Estaba en proceso de fabricarle una corona al campeón y nada me detendría de mi misión.

Mi tío se rió y me dejó en paz mientras corregía algunos movimientos de nuestro equipo. Yo sonreí porque le encantaba tomar el papel de maestro sin importar la situación.

Con algunos últimos toques terminé mi corona y se la coloqué a mi tío.

-Estoy lista para bajar.

-¿Necesitas ayuda para eso?-Preguntó Jared acercándose a nosotros con su quipo detrás de él.

-No, pero la aceptaré de todos modos- Dije con una sonrisa.

Tío Chad suspiró cuando Jared me quitó de encima pero no se quitó mi corona.

-Eso fue grandioso, señor Chad- Dijo uno de los lobos del Sur- ¿Es usted uno de los lobos instructores de la Academia?

-No, cachorro. Soy solo un lobo pescador.

-Estaría encantado de ofrecerle un puesto como instructor para el ejército real, si se encuentra interesado.- Dijo Jared sujetando mi mano.

-Gracias- Dijo mirándolo abrumadoramente antes de sonreír- Pero no lo estoy. A los únicos que me interesa instruir es a mis cachorros en casa.

-Una lástima- Dijo el lobo contra el que había peleado- Me hubiera encantado aprender de usted, señor.

-Puedes tomar clases con mi sobrina, de todas formas ya estoy viejo y no soy eterno- Dijo enfurruñado.- Ustedes los adolescentes son un dolor en el culo.

Tío Chad precedió a decirles también todos sus errores en la lucha.

Yo sonreí.

-¿Tienes algunos minutos o ya tienes que marcharte al puerto?- Pregunté a Jared.

La competición a pesar de ser un evento para todos los continentes, tenía un límite de tolerancia para tener lobos extranjeros en su territorio. No sabía cuál era exactamente el límite así que era mejor preguntar. Lo que tenía que decirle no tomaba cinco minutos solamente.

-Tengo un par de horas para llegar al puerto.- Dijo acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja. Su toque hizo cosquillas en mi piel.

Entonces una conmoción cada vez más grande atrajo nuestra atención a las gradas. Habían algunas discusiones y peleas en las salidas que fueron escalando de intensidad hasta que en otra parte del coliseo chillidos de pánico se escucharon.

Y ahí desde las entradas algunos lobos en uniforme blanco arrojaron objetos hacia las gradas. Humo blanco se elevó y los chillidos se escucharon cada vez más fuertes.

Mis instintos me hicieron mirar hacia tío Marcus, pero había desaparecido. De hecho, no había nadie en la sección del Norte.

-Tío...

-Lo veo, pequeña. El humo se comporta extraño también - Dijo con voz sombría.

Efectivamente, el humo que salía de los objetos que los lobos no dejaban de arrojar en vez de elevarse y dispersarse comenzaba a bajar en cascada por las gradas. Los lobos de las gradas más elevadas comenzaron a caer. Ninguno de los que eran tocados por el humo volvían a levantarse.

-No hay forma de salida, los lobos de uniforme bloquean las entradas- Dijo Savanah.

Era la loba con mejor vista que había conocido así que le creía.

-¿Qué hacemos? -Dije tensándome.

Jared apretó mi mano y ordenó a su equipo protegernos.

-No lo sé- Dijo con voz suave tío Chad.

Algunos lobos en medio de la desesperación por evitar el humo, corrieron hacia la arena. Las caídas sonaron brutales en mis oídos; era cuestión de tiempo antes de que el humo llegara a la arena también.

O quizá incluso más rápido que eso, ya que algunos lobos de uniforme blanco también arrojaron objetos a las orillas de la arena.

En segundos el humo recorrió más de la mitad del terreno.

Tomé con mi mano libre la del tío Chad y él me miró en silencio.

-Te quiero, pequeña.

-Y yo a ti- Dije con una sonrisa.

Apreté la mano de Jared y él me regresó el apretón. Sobraban las palabras cuando el humo alcanzó nuestros pies.

Comencé a marearme y luego todo se oscureció.

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