Era de esperarse que mi ansioso ser no se iba a quedar quieto por mucho tiempo, por lo que a la mañana siguiente me desperté de un brinco y decidí que era momento de empezar mi búsqueda exhaustiva de Candela... bueno ahora Vera.
«¿Por qué tantos nombres?»
—¡Vera!— Exclamo su nombre como si fuera todo una acontecimiento en mi vida.—Es raro escucharte decir mi verdadero nombre, ya me había acostumbrado a Candela.— Comenta de buen humor, incluso puedo jurar que en este momento estaba sonriendo.— Mi padre me dijo que fuiste al restaurante y querías comunicarte conmigo así que… aquí estoy.
Pues aquí estoy dos sábados después, en el Café Central, sentado en la mesa más alejada que pude conseguir viendo impaciente hacia la ventana esperando por Vera. Me he abstenido completamente de tomar café ya que en este momento no ayuda mucho con mis nervios, es más no he tomado nada, porque no estoy muy seguro de lo que vaya a suceder. La mesera no deja de venir para preguntarme si no quiero algo de beber, y yo sigo rechazándola con un "no gracias, estoy esperando a alguien" tan amable como puedo decirlo. Ella me vuelve a sonreír pero cada vez lo hace con más obligación que con ganas. Sigo mirando hacia la puerta para después volver a ver mi reloj de pulsera, son las 18:10 y ella no llega.
—¿Cómo que te vas? No te puedes ir.— Digo esa frase como si en este momento estuviera de rodillas.—Es por un año Javier. Recibí una beca para irme a hacer unas prácticas a Estados Unidos, incluso parto mañana, mi avión sale a las seis de la mañana. Por eso no quería que me vieras porque sabía que sería más difícil de afrontar.—No, tienes que quedarte.—¿Por qué lo haría?—Por… esto que hay entre los dos.— Trato de explicarme y ella se queda en silencio. (Un año después)No llegué, no pude llegar. En este momento me encuentro encerrado en un cuarto de hotel, escuchando la televisión y leyendo unos correos de la empresa tratando de que el coraje que me consume por dentro se me pase. Hoy, hoy era ese día donde tenía que regresar al Café Central para verme con Vera sin embargo, por razones de trabajo y por algunos ajustes en la agenda no me fue posible y no llegué.Llamé a su móvil pero me contestó otra persona, quiero pensar que ella canceló su número para cambiarlo por otro, sin su correo o redes sociales y atándome a la promesa de que no haría nada para buscarla, no le pude avisar. Destino o Posibilidad
(Meses después — Año Nuevo)— Revisa que todo esté perfecto, platos, vasos, copas, las uvas para los deseos de año nuevo y la decoración.— Me instruye mi hermana mientras me arreglo frente al espejo de la sala. El estúpido moño no se me queda quieto, debí haber usado traje, al menos la corbata me queda mejor.— ¿Escuchaste? — Me pregunta.— Sí, ya voy, ya no tengo 10 años ¿sabes? — Le reclamo.— Pues a veces te comportas como uno — Bromea.— Si te portas como un buen hermano, tal vez hoy te presente a alguien.Sonrío simplemente, desde q
Mis ojos siguen sin poder creerlo, Vera, ella está aquí, con ese hermoso vestido de lentejuelas verde esmeralda que se le ve increíble y ese abrigo corto color negro que la hacer ver muy elegante. Su cabello esta recogido para arriba y trae maquillaje sencillo pero muy ad hoc a la ocasión, es la combinación perfecta entre Vera y Candela.— ¿Eres tú la de la puerta hace rato?— No— Me dice sonriente — Pero si había una chica buscando tu casa y puede que le haya dado otra dirección — Y se muerde los labios cómo si acabara de hacer una travesura— Espero en verdad que no haya sido alguien muy importante para ti.<
—¿Y te ha gustado? — Me pregunta ella mientras terminamos de comer todo lo que hemos pedido.—Completamente, no cabe duda que si es uno de los mejores restaurantes de comida italiana.—¿Viniste a ver si aquí estaba, cierto?— Y se ríe ligeramente.—Claro que vine, tenía que hacerlo, era la última acción que podía hacer para saber algo de ti, nunca me doy por vencido cuando sé que estoy en lo correcto y creo que ahora que regresaste podríamos, ya sabes... —No, no lo sé. —Contesta sonriendo.—¿Por qué
[Vera](Dos meses después)—¿Diga?— Contesto mi móvil mientras camino por el aeropuerto directo al taxi que me llevará hacia mi piso.—Sabes, últimamente he estado leyendo datos curiosos "inútiles" y se ven bastante interesantes.— Escucho a Javier al otro lado del móvil.—Adictivos ¿cierto?—Respondo entre risas.—Bastante, sabías que los gatos se saludan rozando sus narices.&mda