〔Javier〕
Los días esperando a Vera se me hacen largos, extraños y llenos de coraje sólo de imaginar que el estúpido de Romeo está metido en esto. Vera y yo estábamos bien, felices, sé que cometí un error y lo hubiese resarcido pero el sentido de “competencia” me volvió a dar y ahora estoy lidiando con todo esto que siento dentro.
He dejado de beber, de tomar café, ya que mis sentidos están alterados por completo y no necesito más ayuda, sentía que estaba a una taza de café de un infarto. Estoy distraído en mi trabajo pensando todo el día en ella y no me faltan ganas de ir a su consultorio y pedirle que paremos esto, que entendí la lección y que a la par de su juego Romeo y yo tenemos una s
〔Vera〕Tres citas con Romeo, dos con Javier, esto se acerca a la recta final y debo confesar que me alegro. Es bonito tener citas a montón pero debo admitir que me he empezado a cansar, sobre todo cuando hay reglas establecidas de por medio y un amigo que te tiene que leer los mensajes de tus padres por teléfono y responder por ti para que sepan que estás bien, porque sé que estaré bien.Mientras me acomodo el brallet para luego abrocharme la blusa semi trasparente y meterla dentro del pantalón. Me pongo los tacones negros con suela roja y finalmente respiro profundo un poco cansada del esfuerzo.—Vale Vera… hagámoslo, a divertirnos.Guardo
〔Romeo〕Me siento atrapado, no me gusta que me esposen pero debo confesar que esto me está prendiendo más que cualquier cosa que haya hecho, siento como Vera se levanta de la cama.—¿Qué haces? — Digo al no sentirla sobre mi.—Voy por algo especial… algo que te va a gustar. — Escucho su voz un poco lejos.Puedo escuchar los latidos de mi corazón en mi oído y lo siento palpitando fuertemente dentro de mi pecho, de pronto, un olor llega a mi nariz, uno que me enciende de inmediato para luego tranquilizarme.—¿Te gusta Romeo? — Escucho su hermosa voz.
〔Vera〕⎪Días antes del trato⎪Abro la puerta de mi consultorio para despedir a uno de mis pacientes cuando veo a Javier sentado en la sala de espera.—¿En en serio? — Pregunto enojada.—Vera.—Tú y Ramblocq no tienen el mínimo respeto por mi lugar de trabajo, ¿piensan que porque es una habitación la pueden usar de confesionario? o ¿Por qué tiene sofás se pueden sentar?—No Vera, lo siento, pero te he estado llamando y no me contestas… voy a tu piso no abres ¿qué esperabas? 〔Javier〕⎪En la habitación con Romeo⎪¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehusa tu nombre…—Al parecer, se fue tu Julieta.—Digo en broma, mientras él está esposado sobre la cama completamente desnudo y viéndome con rostro de pocos amigos.—Ja, ja, ja… ¡Qué chistoso! — Me responde enojado—¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Vera?—No sé, se fue hace tiempo… ella abrió la puerta y se fue.—Hmmmm,Lecciones
〔Javier〕De pronto, todo terminó…Romeo salió de mi vida y se fue para siempre, espero, la rivalidad entre los dos. Un aire de libertad llegó a mí y un peso de encima se quitó de mi espalda, uno que no sabía que existía hasta que Vera me lo hizo notar y ahora, me siento mejor que antes.Así que Vera y yo por fin estábamos solos, alejados de todo tipo de persona que nos pudiera herir, que interrumpiera en nuestra relación y por eso, era momento de sentarnos a hablar, tener una de esas pláticas que tanto nos gustaban y de una vez aclarar las cosas.Entro de nuevo al Café Central y esta vez sé que Vera aún n
Capítulo Final〔Javier〕⎪Meses después ⎪Suena Schwanengesang, D. 957 de Franz Schubert al fondo mientras atento escucho al tenor interpretar con toda la pasión y devoción del mundo. Amo está pieza, en inglés se llama Swan Song o la canción del cisne y un poeta llamado Ludwing Rellstab hizo el favor de componerle un poema, uno que en este momento me recuerda mucho a Vera porque habla de una persona enamorada que le canta a la noche para que el amor de su vida venga y le haga feliz, justo lo que estoy a unas horas de vivir, o al menos eso espero.
Epílogo❨Vera❩⎪1 año después ⎪Madrid—¿Dónde dices que éstas? — Le pregunto por el móvil a Javier.—Acabo de pasar migración, mi amor…. En unos nanosegundos estoy contigo.— Habla tierno del otro lado del móvil.—¿Si sabes lo que es un nanosegundo?—Pronto, muy pronto… recuerda que son fiestas decembrinas y esto está a reventar, dame unos segundos.
―¡Qué estás haciendo! ― le grito a Bea mientras rompe otro de los platos y escucho cómo los pedazos rebotan por el piso ― ¡Estás destruyendo todo!
Último capítulo