Ambos bajamos a la playa y de nuevo festejo que este sea un hotel privado porque no hay nadie a kilómetros y puedo relajarme sin ningún problema. Ella pone una manta sobre la arena y yo acerco una sombrilla para tapar un poco el sol. Candela se quita el vestido y me deja ver su increíble cuerpo en ese diminuto bikini.
—¿Me untas?—Me pregunta mientras me enseña una botella con bloqueador. Se voltea y desamarra los cordones de la parte de a
Los días pasaron volando y en menos tiempo de los esperado, Candela y yo llegamos al aeropuerto de Madrid. Nos quedamos en la entrada viniéndonos a los ojos, así como en las películas cuando dos personas se despiden. Ella me sonríe, se ve hermosa con ese conjunto que trae y yo sólo puedo pensar en lo mucho que la extrañaré y en cómo le haré para continuar. Definitivamente hay un antes y después de ella.
— Así estuve dos horas viendo la pantalla y al final no pude—Le digo a Manuel y él lanza un pequeña risa de ironía.— Tío, te dije que no te enamoraras, que esto era peligroso pero lo hiciste.&md
No puedo creer que hayan pasado ya dos meses desde que Candela se fue y Bea me visitó para decirme que estaba embarazada y después ella hicieran un escándalo, acusándome de abandono y de no aceptar que no era mi bebé. Sin embargo, no contaba con que la familia del padre la ayudaría y todo lo que dijo pasara con un simple intento de chantaje hacia mi persona, haciendo que por fin me olvidara de ella.Por otro
Lo que mi hermana me dijo aclaró mis dudas y cimbró mi mundo. Candela es Vera y ahora todo tiene sentido, era un fantasma porque buscaba en el lugar incorrecto. Vuelvo a tomar el álbum de fotos y lo abro para ver la foto de la escuela, esa que siempre estuvo en mis manos pero que jamás se me ocurrió revisar.“Me conociste en el momento adecuado, tal vez en otra ocasión no hubiera resultado y me hubieras odiado o pensado que era fea o algo as&iacu
Era de esperarse que mi ansioso ser no se iba a quedar quieto por mucho tiempo, por lo que a la mañana siguiente me desperté de un brinco y decidí que era momento de empezar mi búsqueda exhaustiva de Candela... bueno ahora Vera.«¿Por qué tantos nombres?»
—¡Vera!— Exclamo su nombre como si fuera todo una acontecimiento en mi vida.—Es raro escucharte decir mi verdadero nombre, ya me había acostumbrado a Candela.— Comenta de buen humor, incluso puedo jurar que en este momento estaba sonriendo.— Mi padre me dijo que fuiste al restaurante y querías comunicarte conmigo así que… aquí estoy.
Pues aquí estoy dos sábados después, en el Café Central, sentado en la mesa más alejada que pude conseguir viendo impaciente hacia la ventana esperando por Vera. Me he abstenido completamente de tomar café ya que en este momento no ayuda mucho con mis nervios, es más no he tomado nada, porque no estoy muy seguro de lo que vaya a suceder. La mesera no deja de venir para preguntarme si no quiero algo de beber, y yo sigo rechazándola con un "no gracias, estoy esperando a alguien" tan amable como puedo decirlo. Ella me vuelve a sonreír pero cada vez lo hace con más obligación que con ganas. Sigo mirando hacia la puerta para después volver a ver mi reloj de pulsera, son las 18:10 y ella no llega.
—¿Cómo que te vas? No te puedes ir.— Digo esa frase como si en este momento estuviera de rodillas.—Es por un año Javier. Recibí una beca para irme a hacer unas prácticas a Estados Unidos, incluso parto mañana, mi avión sale a las seis de la mañana. Por eso no quería que me vieras porque sabía que sería más difícil de afrontar.—No, tienes que quedarte.—¿Por qué lo haría?—Por… esto que hay entre los dos.— Trato de explicarme y ella se queda en silencio.Último capítulo