Un suave rayo de sol se filtró por las cortinas, rozando suavemente el rostro de Ámbar. Bostezó, estirándose y abriendo los ojos lentamente. La habitación estaba sumida en una penumbra acogedora, interrumpida solo por la tenue luz de la pantalla de su computadora, que aún parpadeaba en la mesita de noche.Desorientada, levantó la cabeza y miró a su alrededor. Con un movimiento lento, alcanzó su teléfono, que descansaba sobre la mesita de noche. La pantalla se iluminó al tocarla, revelando una notificación. Sonrió al ver el nombre de Julián en la pantalla. Abrió el mensaje y lo leyó una y otra vez, memorizando cada palabra, sus lindas palabras llegaban a cada rincón de su corazón.Un calor inundó su pecho al leer aquellas palabras. Volvió a leer el mensaje, esta vez con más lentitud, saboreando cada letra. Cerró los ojos y respiró profundamente, imaginando la voz de Julián diciéndole esas mismas palabras.Se levantó de la cama y se acercó a la ventana, abriendo las cortinas de par en p
Lucas llegó al apartamento, su corazón latía con ansiedad. Se dirigió hasta allá, apenas vio el mensaje de Enzo. No le dio tiempo de escribir una respuesta clara, solo bastó reaccionar a su mensaje y salir corriendo.No creyó que fuera tan fácil volver a ver a Aitana, en su apartamento, y permitirle hablar con ella sobre lo ocurrido con su padre. Así que no podría estar más feliz de que se dirigía hasta allá. Haciéndole las cosas más fáciles.Esperó pacientemente que tocaran el timbre, aunque sus nervios no cesaban, en cuanto eso sucedió. Las yemas de los dedos de Lucas tamborileaban nerviosamente contra la puerta. Su corazón palpitaba con fuerza en su pecho, como si quisiera escapar de su caja torácica. Respiró hondo, tratando de calmarseEsperó unos segundos que parecieron eternos y por fin abrió La puerta lentamente, revelando a Aitana en el umbral junto a Enzo. Estaba vestida con un sencillo vestido de algodón, su cabello suelto y enmarcando su rostro. La observó, tratando de de
La luz de las velas titilaba sobre el piso, creando una atmósfera cálida y romántica. Aitana y Lucas, seguían de pies disfrutando de sus miradas cargadas de amor.Lucas se aclaró la garganta, sus ojos fijos en los de ella. —Aitana, desde que te conocí, mi vida ha cambiado por completo. No sé si vamos muy rápido. Pero no lo puedo controlar —confesó él, acariciando sus nudillos con la yema de sus dedos pulgar.Aitana no sabía qué decir, su corazón latía tan fuerte, sintiendo que algo importante le diría. —Hay algo que he querido preguntarte desde que te besé y no lo quería aceptar. Aitana asintió esperando con ansias lo que quería decirle.— ¿Quieres ser mi novia? —preguntó Lucas. Mirándola fijamente, disfrutando la expresión de su cara.Aitana abrió los ojos sorprendidos. No esperaba que él le hiciera la pregunta en ese momento. Su corazón latía con fuerza en su pecho.De repente, Lucas se arrodilló frente a ella, sacando una pequeña caja rectangular de terciopelo de su bolsillo. L
Los días seguían pasando y con ellos, muchos acontecimientos. Ámbar empezaba a sentirse frustrada al pasar dos meses ya y no poder ver a Julián. Cada vez que le decía que tenía muchos pendientes que hacer, solo aumentaba su frustración y terminaban en una pequeña e inocente discusión. Un nuevo amanecer le daba la bienvenida, deseando que fuera un excelente día para todos. Que estuviese lleno de sorpresas.—Vamos ya, Aitana, llegaremos tarde a nuestra defensa —se quejó Ámbar llevándola por el brazo casi arrastra. —Lucas, casi no me deja dormir —musitó Aitana con sueño. —Ese idiota, en vez de ayudarte a estudiar, se puso a hacer otra cosa. —reclamó Ámbar.—Claro que no. Enzo estuvo con nosotros —se defendió Aitana.Ámbar hizo un gesto de no creerle mucho mientras seguían su camino hasta la universidad.Después de un buen rato donde todos los grupos hicieron una insuperable presentación. El profesor los felicitó prometiendo llevar el proyecto a una escala mayor. Ámbar había olvidado
Lucas pasó por una tienda a comprar dos vestidos para que las chicas fueran a la fiesta, para ámbar escogió uno lo más adecuado posible, mientras eso pasaba decidió escribirle a Julián. Comentándole sobre la fiesta y que ambas chicas irían acompañadas de él. Julián se sintió un poco decepcionado, sí, Ámbar pensado salir, le pudo haber dicho, eso lo hizo pensar muchas cosas.Escondiendo su reacción poco agradable, le pidió a Lucas que por favor la cuidara y evitara que hiciera cosas que la dañaran.Mientras esperaban a Lucas, Aitana le repetía una y otra vez a ámbar que le escribiera a Julián contándole de su salida. —Ya te dije que estoy molesta con él —repitió ámbar terminando su maquillaje. —Las cosas no se hacen así, Ámbar —reprocho Aitana. —Tú no entiendes. Porque tienes a Lucas a tu lado —dijo Ámbar.—No compares mi relación con la tuya. —reclamo Aitana —. Tú decidiste venir a estudiar a Italia, se lo ocultaste a él y aun así, él te perdonó y aceptó tener una relación a dista
Cristina no estaba para nada contenta con Ámbar, al ver los videos que mostraban más que una amistad con Rocco. Sabiendo ella que las redes se prestaban para muchos malos entendidos, editando las escenas como no eran.Evitó llamarla en el momento Qué sucedió todo, ya que se encontraba junto a Braulio y no podía saber lo que en realidad ella tenía que decirle a su hija. Espero pacientemente a que amaneciera, Aunque debía esperar mucho por diferencia de horario. Inmediatamente, decidió llamarle y pedirle que no hiciera las cosas molesta, causando malentendidos. Conocía lo explosiva que era, pero debía entender que si decidió tener una relación con Julián a larga distancia debía esperar y ser un poco madura. Cristina respiró hondo y finalmente marcó el número de Ámbar.El teléfono sonó un par de veces antes de que Ámbar contestara, su voz adormilada.—Mamá, ¿Cómo estás? —susurro.—Muy bien.—Estás molesta, ¿cierto? —dio Ámbar sintiendo las palabras de su madre distantes.—Ámbar, neces
El timbre insistente rasgó el silencio del apartamento. Ámbar, envuelta en el aroma del café recién hecho, se dirigió a la puerta. Al abrirla, se encontró con Lucas, su sonrisa habitual adornaba su rostro. —Hola Lucas, tu novia sigue durmiendo. —Su voz era suave, casi monótona. Dio media vuelta y regresó a la cocina, dejando a Lucas solo en el pasillo.Lucas agradeció con un gesto de cabeza y subió las escaleras. La puerta de la habitación de Aitana estaba ligeramente entreabierta. Con una sonrisa pícara, la empujó suavemente y entró. Pasó seguro y se volteó para seguir viendo a su novia.Aitana yacía boca abajo sobre la cama, su cuerpo cubierto por una suave pijama de seda. El maquillaje corrido y el cabello revuelto le daban un aire de desaliño que, para Lucas, la hacía aún más atractiva. Se acercó lentamente, disfrutando de la vista. Sus ojos recorrieron cada centímetro de su cuerpo, desde sus pies hasta su rostro.Se arrodilló a los pies de la cama y comenzó a dejar besos húmedos
Lucas tenía planes con Aitana toda es tarde y noche. Le pidió llevar un cambio de ropa para disfrutar de la noche maravillosa que tenía para ella.Lucas condujo por la carretera secundaria, disfrutando del fresco aire nocturno que entraba por la ventanilla. Acariciaba la pierna de su novia, Aitana miraba por la ventana, su rostro iluminado por los rayos del sol. El silencio que reinaba en el coche era cómodo, interrumpido solo por el suave sonido de la radio.—¿A dónde vamos? — preguntó Aitana finalmente, rompiendo el silencio.Lucas le dirigió una sonrisa enigmática. —Es una sorpresa —Dijo, besando el dorso de su mano.Aitana se encogió de hombros, divertida.Lucas aceleró el paso, emocionado por ver la reacción de Aitana. Habían estado juntos durante varios meses, pero nunca habían tenido una cita tan especial. Quería mostrarle lo mucho que significaba para él.Después de lo que pareció una eternidad, Lucas estacionó el coche en un pequeño claro rodeado de árboles. Sacó una manta d