Lucas tenía planes con Aitana toda es tarde y noche. Le pidió llevar un cambio de ropa para disfrutar de la noche maravillosa que tenía para ella.Lucas condujo por la carretera secundaria, disfrutando del fresco aire nocturno que entraba por la ventanilla. Acariciaba la pierna de su novia, Aitana miraba por la ventana, su rostro iluminado por los rayos del sol. El silencio que reinaba en el coche era cómodo, interrumpido solo por el suave sonido de la radio.—¿A dónde vamos? — preguntó Aitana finalmente, rompiendo el silencio.Lucas le dirigió una sonrisa enigmática. —Es una sorpresa —Dijo, besando el dorso de su mano.Aitana se encogió de hombros, divertida.Lucas aceleró el paso, emocionado por ver la reacción de Aitana. Habían estado juntos durante varios meses, pero nunca habían tenido una cita tan especial. Quería mostrarle lo mucho que significaba para él.Después de lo que pareció una eternidad, Lucas estacionó el coche en un pequeño claro rodeado de árboles. Sacó una manta d
Mientras, Aitana y Luca disfrutaban de una maravillosa noche a la luz de la luna y las estrellas. .Ámbar se sentó en el sofá de su apartamento, el sonido de la música suave creando una melodía melancólica que resonaba con su estado de ánimo. La luz tenue de la lámpara de pie proyectaba sombras alargadas en la pared, acentuando la soledad que sentía. Su teléfono vibró sobre la mesita de café, interrumpiendo sus pensamientos. Era Julián. Se sintió tan feliz saber que era él, eso significaba que no estaba molesto con ella.—Hola, lobita —dijo él con una voz cansada.—Hola —respondió Ámbar, tratando de que su voz sonara lo más normal posible, pero no podía ocultar el nudo en su garganta.Hubo un silencio incómodo al otro lado de la línea. Ámbar podía sentir la tensión creciendo entre ellos.—Lo siento. He estado muy ocupado últimamente —se disculpó Julián. Entendía el significado de la voz quebrada de Ámbar.—Lo sé —repitió Ámbar, sintiendo un nudo en la garganta. —Pero necesito verte
El tiempo seguía pasando y con ello la felicidad de ambas parejas. Ya eran tres días los que habían pasado.Aitana y Lucas compartían momentos cortos, pero muy especiales, ya que se acercaban las vacaciones y sus clases y exámenes eran mucho más apretadas.Julián, por su parte, seguía pidiéndole paciencia a Ámbar, prometiendo que su regalo llegaría en cualquier momento. También estaba una difícil situación en la que Enzo empezaba a preocuparse. Observaba a Rocco desde la distancia, su cuerpo tenso y sus ojos fijos en Ámbar. La forma en que Rocco la miraba, con esa intensidad que rozaba lo enfermizo, le revolvía el estómago. Se acercó a Rocco, que estaba recargado contra la pared, mirando a ámbar con intensidad, Ámbar reía junto a Aitana mostrándole cosas de su teléfono.—Rocco, ¿podemos hablar un momento? —pidió Enzo.Rocco giró la cabeza, su sonrisa se desvaneció al ver a Enzo. —¿Qué pasa?—No puedo evitar notar tú… obsesión con Ámbar — dijo Enzo, eligiendo sus palabras con cuidad
Julián salió de la habitación, sintiendo un gran dolor en dejarla ahí sola, Pero en esos momentos él necesitaba sacar lo que le producía las imágenes de ese beso. Había imaginado muchas discusiones con su lobita, más de las que y habían tenido por la distancia.Pero jamás, ver que alguien tocaba sus hermosos labios. No sabía lo posesivo, celoso y egoísta que era, hasta ese momento.Subió al ascensor y bajó al estacionamiento donde lo esperaba Lucas. Julián le había pedido que lo fuera a buscar para tratar de calmar el dolor que le causaba lo que había visto. Julián se subió a la camioneta de Lucas con los ojos rojos e hinchados. Se dejó caer pesadamente sobre el asiento y cerró los ojos con fuerza. Lucas encendió el motor y salió del estacionamiento, sintiendo una punzada de preocupación por su amigo.—Oye, ¿quieres que vayamos a mi apartamento? Podemos pedir comida y jugar videojuegos hasta que te sientas mejor —sugirió Lucas con suavidad.Julián negó con la cabeza, su voz ronca. —
Ámbar seguía en el hotel, estaba en la cama, sus lágrimas no cesaban y eso había causado que la temperatura de su cuerpo aumentara, llevándola a tener una fiebre que la consumía. La habitación, antes cálida y acogedora, ahora le parecía fría y hostil. Las sábanas, húmedas por el sudor, se pegaban a su piel, y cada respiración era un esfuerzo. Su cabeza palpitaba como un martillo, y su garganta ardía con cada palabra que intentaba pronunciar. Aitana decidió quedarse con ella, pero la había rendido el sueño, esperando a que Ámbar durmiera un poco sin llorar, pero eso fue imposible. Que Julián no regresara y tampoco le respondiera los mensajes y las llamadas, la tenían completamente desesperada y en llanto imposible de parar. Varios movimientos de ella, buscando el calor que necesitaba para calmar la fiebre que tenía. Despertó a Aitana. Encendió la luz de la lámpara que estaba en la mesita de noche y Su rostro lleno de sudor la asusto, tocó su frente y gritó asustada.—¡Ámbar por Dio
El sol radiante de la mañana alumbraba la habitación de hospital donde se encontraba Julián y ámbar plácidamente dormidos. Ámbar fue la primera en despertar y sonrío de tener a Julián a su lado. Sabía que debían hablar sobre lo ocurrido el día anterior, Pero sentir su calor le daba una paz y esperanzas inmensas.Levantó su mano, la cual seguía con una vía tomada, y se acercó a la nariz de Julián intentando acariciar. Ámbar sonrió al sentir la respiración de Julián contra su mano. Sus dedos rozaron suavemente su mejilla, trazando las líneas de su rostro. La luz del sol que se filtraba por la ventana iluminaba su cabello, creando un halo de luz alrededor de su cabeza. Julián seguía profundamente dormido, su rostro sereno y relajado.Un suspiro escapó de los labios de Ámbar. Se sentía tan feliz de tenerlo a su lado. A pesar de todo lo que habían pasado, el amor que sentía por él seguía siendo inmenso. Se levantó con cuidado para no despertarlo y se dirigió al baño. Mientras se miraba
Ya habían pasado 24 horas desde el suceso del beso. Ámbar pensaba en su habitación la manera de conquistar a Julián de nuevo. Ambas se encontraba sentada en su cama rodeada de fotos de ella y Julián mientras observaba las imágenes. Una lágrima resbaló por su mejilla. Sacó las cajitas de todos los regalos que le había dado y su corazón se oprimía. Julián había sido el hombre más paciente con ella, la amaba de todas las maneras posibles y perderlo no era una opción.Cansada de pensar en Cómo obtener su perdón, se acostó boca abajo, casi asfixiándose, hasta que una idea loca Se cruzó por su cabeza, salió corriendo a la habitación de Aitana, abrió de golpe la puerta, sobre saltando a Aitana —¿Qué pasa, Ámbar? —preguntó Aitana, llevándose una mano al pecho, aún sobresaltada.Ámbar cerró la puerta de un golpe y se dejó caer en la cama de Aitana, respirando agitadamente. Respiró profundamente hasta que logró articular las palabras que tenía atorada.—Se me ha ocurrido una idea para que Ju
Una cena lidiada por Lucas y Aitana, su intensión era poder lograr que Ámbar y Julián se reconcilien. No sabían cuan exitoso sería el plan, pero no se darían por vencidos.Aitana buscaría entre los vestidos de Ámbar y encontrar el indicado y perfecto para lo que sería su plan sin falla.Lucas se encargó de buscar a una de sus tantas amigas, de esas que estaban dispuestas a hacer cualquier cosa por una cantidad de dinero.—Me pides que busque a una amiga para que le dé celos a Ámbar y ahora te pones celosa. —Hablo Lucas con una sonrisa.—Te está insistiendo mucho en darte cariño…—Lucas le robó un beso profundo.—Soy todo tuyo, tienes todo lo que necesito de una mujer, no necesito buscar más. —aseguro besando luego su frente.Aitana sonrió y decidió enfocarse en el plan de reconciliación, eso les permitiría escaparse solos y disfrutar como nunca.Ámbar se emocionó mucho, aunque no sabía nada sobre la otra mujer, estaba feliz de ir a una cena y que Julián estuviese ahí. Coopero buscand