Los días seguían pasando y con ellos, muchos acontecimientos. Ámbar empezaba a sentirse frustrada al pasar dos meses ya y no poder ver a Julián. Cada vez que le decía que tenía muchos pendientes que hacer, solo aumentaba su frustración y terminaban en una pequeña e inocente discusión. Un nuevo amanecer le daba la bienvenida, deseando que fuera un excelente día para todos. Que estuviese lleno de sorpresas.—Vamos ya, Aitana, llegaremos tarde a nuestra defensa —se quejó Ámbar llevándola por el brazo casi arrastra. —Lucas, casi no me deja dormir —musitó Aitana con sueño. —Ese idiota, en vez de ayudarte a estudiar, se puso a hacer otra cosa. —reclamó Ámbar.—Claro que no. Enzo estuvo con nosotros —se defendió Aitana.Ámbar hizo un gesto de no creerle mucho mientras seguían su camino hasta la universidad.Después de un buen rato donde todos los grupos hicieron una insuperable presentación. El profesor los felicitó prometiendo llevar el proyecto a una escala mayor. Ámbar había olvidado
Lucas pasó por una tienda a comprar dos vestidos para que las chicas fueran a la fiesta, para ámbar escogió uno lo más adecuado posible, mientras eso pasaba decidió escribirle a Julián. Comentándole sobre la fiesta y que ambas chicas irían acompañadas de él. Julián se sintió un poco decepcionado, sí, Ámbar pensado salir, le pudo haber dicho, eso lo hizo pensar muchas cosas.Escondiendo su reacción poco agradable, le pidió a Lucas que por favor la cuidara y evitara que hiciera cosas que la dañaran.Mientras esperaban a Lucas, Aitana le repetía una y otra vez a ámbar que le escribiera a Julián contándole de su salida. —Ya te dije que estoy molesta con él —repitió ámbar terminando su maquillaje. —Las cosas no se hacen así, Ámbar —reprocho Aitana. —Tú no entiendes. Porque tienes a Lucas a tu lado —dijo Ámbar.—No compares mi relación con la tuya. —reclamo Aitana —. Tú decidiste venir a estudiar a Italia, se lo ocultaste a él y aun así, él te perdonó y aceptó tener una relación a dista
Cristina no estaba para nada contenta con Ámbar, al ver los videos que mostraban más que una amistad con Rocco. Sabiendo ella que las redes se prestaban para muchos malos entendidos, editando las escenas como no eran.Evitó llamarla en el momento Qué sucedió todo, ya que se encontraba junto a Braulio y no podía saber lo que en realidad ella tenía que decirle a su hija. Espero pacientemente a que amaneciera, Aunque debía esperar mucho por diferencia de horario. Inmediatamente, decidió llamarle y pedirle que no hiciera las cosas molesta, causando malentendidos. Conocía lo explosiva que era, pero debía entender que si decidió tener una relación con Julián a larga distancia debía esperar y ser un poco madura. Cristina respiró hondo y finalmente marcó el número de Ámbar.El teléfono sonó un par de veces antes de que Ámbar contestara, su voz adormilada.—Mamá, ¿Cómo estás? —susurro.—Muy bien.—Estás molesta, ¿cierto? —dio Ámbar sintiendo las palabras de su madre distantes.—Ámbar, neces
El timbre insistente rasgó el silencio del apartamento. Ámbar, envuelta en el aroma del café recién hecho, se dirigió a la puerta. Al abrirla, se encontró con Lucas, su sonrisa habitual adornaba su rostro. —Hola Lucas, tu novia sigue durmiendo. —Su voz era suave, casi monótona. Dio media vuelta y regresó a la cocina, dejando a Lucas solo en el pasillo.Lucas agradeció con un gesto de cabeza y subió las escaleras. La puerta de la habitación de Aitana estaba ligeramente entreabierta. Con una sonrisa pícara, la empujó suavemente y entró. Pasó seguro y se volteó para seguir viendo a su novia.Aitana yacía boca abajo sobre la cama, su cuerpo cubierto por una suave pijama de seda. El maquillaje corrido y el cabello revuelto le daban un aire de desaliño que, para Lucas, la hacía aún más atractiva. Se acercó lentamente, disfrutando de la vista. Sus ojos recorrieron cada centímetro de su cuerpo, desde sus pies hasta su rostro.Se arrodilló a los pies de la cama y comenzó a dejar besos húmedos
Lucas tenía planes con Aitana toda es tarde y noche. Le pidió llevar un cambio de ropa para disfrutar de la noche maravillosa que tenía para ella.Lucas condujo por la carretera secundaria, disfrutando del fresco aire nocturno que entraba por la ventanilla. Acariciaba la pierna de su novia, Aitana miraba por la ventana, su rostro iluminado por los rayos del sol. El silencio que reinaba en el coche era cómodo, interrumpido solo por el suave sonido de la radio.—¿A dónde vamos? — preguntó Aitana finalmente, rompiendo el silencio.Lucas le dirigió una sonrisa enigmática. —Es una sorpresa —Dijo, besando el dorso de su mano.Aitana se encogió de hombros, divertida.Lucas aceleró el paso, emocionado por ver la reacción de Aitana. Habían estado juntos durante varios meses, pero nunca habían tenido una cita tan especial. Quería mostrarle lo mucho que significaba para él.Después de lo que pareció una eternidad, Lucas estacionó el coche en un pequeño claro rodeado de árboles. Sacó una manta d
Mientras, Aitana y Luca disfrutaban de una maravillosa noche a la luz de la luna y las estrellas. .Ámbar se sentó en el sofá de su apartamento, el sonido de la música suave creando una melodía melancólica que resonaba con su estado de ánimo. La luz tenue de la lámpara de pie proyectaba sombras alargadas en la pared, acentuando la soledad que sentía. Su teléfono vibró sobre la mesita de café, interrumpiendo sus pensamientos. Era Julián. Se sintió tan feliz saber que era él, eso significaba que no estaba molesto con ella.—Hola, lobita —dijo él con una voz cansada.—Hola —respondió Ámbar, tratando de que su voz sonara lo más normal posible, pero no podía ocultar el nudo en su garganta.Hubo un silencio incómodo al otro lado de la línea. Ámbar podía sentir la tensión creciendo entre ellos.—Lo siento. He estado muy ocupado últimamente —se disculpó Julián. Entendía el significado de la voz quebrada de Ámbar.—Lo sé —repitió Ámbar, sintiendo un nudo en la garganta. —Pero necesito verte
El tiempo seguía pasando y con ello la felicidad de ambas parejas. Ya eran tres días los que habían pasado.Aitana y Lucas compartían momentos cortos, pero muy especiales, ya que se acercaban las vacaciones y sus clases y exámenes eran mucho más apretadas.Julián, por su parte, seguía pidiéndole paciencia a Ámbar, prometiendo que su regalo llegaría en cualquier momento. También estaba una difícil situación en la que Enzo empezaba a preocuparse. Observaba a Rocco desde la distancia, su cuerpo tenso y sus ojos fijos en Ámbar. La forma en que Rocco la miraba, con esa intensidad que rozaba lo enfermizo, le revolvía el estómago. Se acercó a Rocco, que estaba recargado contra la pared, mirando a ámbar con intensidad, Ámbar reía junto a Aitana mostrándole cosas de su teléfono.—Rocco, ¿podemos hablar un momento? —pidió Enzo.Rocco giró la cabeza, su sonrisa se desvaneció al ver a Enzo. —¿Qué pasa?—No puedo evitar notar tú… obsesión con Ámbar — dijo Enzo, eligiendo sus palabras con cuidad
Julián salió de la habitación, sintiendo un gran dolor en dejarla ahí sola, Pero en esos momentos él necesitaba sacar lo que le producía las imágenes de ese beso. Había imaginado muchas discusiones con su lobita, más de las que y habían tenido por la distancia.Pero jamás, ver que alguien tocaba sus hermosos labios. No sabía lo posesivo, celoso y egoísta que era, hasta ese momento.Subió al ascensor y bajó al estacionamiento donde lo esperaba Lucas. Julián le había pedido que lo fuera a buscar para tratar de calmar el dolor que le causaba lo que había visto. Julián se subió a la camioneta de Lucas con los ojos rojos e hinchados. Se dejó caer pesadamente sobre el asiento y cerró los ojos con fuerza. Lucas encendió el motor y salió del estacionamiento, sintiendo una punzada de preocupación por su amigo.—Oye, ¿quieres que vayamos a mi apartamento? Podemos pedir comida y jugar videojuegos hasta que te sientas mejor —sugirió Lucas con suavidad.Julián negó con la cabeza, su voz ronca. —