El silencio reinó entre Aitana y Lucas, solo sus miradas decían lo mucho que lo habían disfrutado. Lucas tocó sus labios sin dejar de mirar a Aitana. Qué no supo qué decir y salió corriendo en busca de sus cosas.Sorprendiendo a Ámbar y Julián, quienes preguntaban qué había pasado y ella no decía nada.Su cerebro seguía procesando lo que había ocurrido y su cuerpo continuaba temblando. Sus pasos agigantados, con deseo de llegar rápido a su habitación y poder expresar de cualquier manera lo que estaba sintiendo.Ella se fue y más atrás llegó Lucas con una sonrisa que no se la quitaba a nadie. Tomando asiento y echando su cuerpo hacia atrás, expresando lo mucho que había disfrutado.—¿Qué le hiciste? —Interrogó Ámbar. —Le di su primer beso —respondió Lucas dejando a Ámbar atónita. Sus palabras sonaron tan tranquilas y llenas de satisfacción.—¡Qué imbécil eres! —exclamó recibiendo susurros de las demás personas quienes deseaban estar en total silencio.Ámbar salió molesta en busca de
El día había acabado con una conversación entre amigos y amigas. Julián sabía que no le quedaba mucho para marcharse y deseaba pasar lo poco que quedaba con su amada lobita.Estaba consciente de que Aitana esa noche dormiría en el apartamento, así que optó por reservar una habitación de hotel y hacerle una pequeña sorpresa a Ámbar.Lucas era quien no estaba apoyando, llevándolo a donde él quisiese, recalcando en cada segundo que se pasaba de romántico.—Ve aprendiendo, eso es algo importante para una relación —aseguró Julián.—El sexo lleno de placer, es lo que mantiene la llama —recalco con una sonrisa.—Estás muy mal de la cabeza —Aseguro con un tono serio —. El sexo no es todo en una relación, si así fuese, no existieran matrimonios de verdad.—no me veo estando con una persona sin tener sexo. —No eres el indicado para Aitana —aseguró Julián negando con la cabeza. —No veo por qué no la nombras.—Porque hablas como si nunca quisieras enamorarte o formar una familia. Y cabe destaca
El sol empezaba a asomar por la ventana. Ámbar y Julián seguían abrazados, aún envueltos en la calidez de la noche. La respiración de ambos era lenta y acompasada, como si quisieran detener el tiempo en ese preciso instante. Los pensamientos solo estaban en disfrutar cada minuto que pasaba, dejando atrás todo lo que implicaba que ellos estuviesen juntos. No solo una relación a larga distancia también oculta ante los padres de ámbar y ante el mundo entero.Julián, deseaba decirle a su lobita, que en su ausencia evitara a ese chico, el cual no paraba de llamarla, porque aunque ella no contestara, a Julián le molestaba un poco.Ámbar fue la primera en romper el silencio que los acompañaba.—Tengo miedo —musito en el pecho de Julián.—¿Miedo? —indago Julián.—Sí, miedo de cómo tome mi familia, nuestra relación —explico Ámbar.Julián besó la coronilla de su cabeza, apretándola más hacia su cuerpo.Él también sentía miedo sobre eso, no solo porque ambas era única hija y algo menor que él.
Las horas avanzaban con rapidez, el sur radiante alumbrado la hermosura de Buenos Aires, en Argentina. Los rayos del sol, iluminando suavemente la hermosa ciudad. Dando un motivo más para agradecer a la vida, de poder trabajar por un mejor futuro. Cristina, sentía que ya no podía ocultar la sensación que le causaba tener una breve sospecha. Que si resultaba ser verdad desataría un gran problema entre su familia.Cristina estaba acostumbrada a madrugar y estar siempre presente en cada detalle de su empresa. Pero ese día decidió visitar a su cuñada aprovechando que su hermano no se encontraba en su casa. Las coincidencias que había descubierto en las redes sociales, la llevaron a pensar un poco y solo Noelia la podía sacar de sus dudas. No sentía nada de rencor o rabia hacia ella.Noelia se sentía muy contenta de tener a su cuñada y jefa en casa muy temprano. Cristina seguía siendo su jefa a pesar de que ella se había superado junto a su esposo. Pidió a las chicas de servicio que le
El sol radiante bañaba las fachadas de los edificios antiguos, creando sombras danzantes en el suelo empedrado. Ámbar y Aitana caminaban por las estrechas callejuelas de Roma, el aroma del café recién hecho las invitaba a detenerse en alguna de las pequeñas cafeterías. Sin embargo, la urgencia de llegar a tiempo a clase las impulsaba hacia adelante. Por lo menos a Aitana, quien no se dejaba llevar por el aroma que se impregnaba en sus fosas nasales.—Mmm, un rico café me provoca —musito Ámbar inhalando el aroma del café, que seguía en el aire que respiraba.—Sí, me encantaría también. Pero ahora mismo no tenemos tiempo —dijo Aitana llevándola de la mano.—¡Un rico café! —chillo Ámbar mostrando una cara de dolor. —¡Vamos, que se nos hace tarde! —Exclamo Aitana.Aitana seguía tirando del brazo de Ámbar, y así llegar a tiempo a la clase, se les había hecho muy tarde y todo porque. Ámbar decidió pasar toda la noche y parte de la madrugada escribiéndose con Julián.El aula de la clase, d
En la intimidad de su habitación, Ámbar se dejaba llevar por el deseo y la presión de extrañar a Julián. Los rayos de sol de la tarde se filtraban por las cortinas, iluminando la pequeña mesa donde descansaba su portátil. Con los dedos bailando sobre el teclado, escribía mensajes llenos de corazones y caritas tristes. El sonido de las teclas era el único que rompía el silencio de la habitación.Julián respondía a sus mensajes con la misma intensidad de amor y muchos mensajes de muchos, te extraño.Ámbar no pudo aguantar más y decidió hacer una videollamada. Julián, quien se encontraba en su habitación. Estaba arreglándose para viajar a Argentina a continuar con sus proyectos, solo tenía puesto sus pantalones, mostrando ante su lobita su torso desnudo y muy provocativo para él. Ámbar mordió su labio inferior sin poder decir una sola palabra, su mirada recorría cada parte de su cuerpo. Deseando estar ante él y acariciar cada parte de él.—¿Cómo estás, mi lobita? —interrumpió Julián con
Mientras Julián tomaba un vuelo a Argentina. Cristina paseaba por el jardín de su casa, perdida en sus pensamientos. El canto de los pájaros y el suave murmullo del viento creaban una atmósfera relajante.Con una taza de té en la mano, hojeaba un catálogo de vuelos a Italia. Cada vez estaba más convencida de que tenía que viajar y hablar con su hija sobre Julián.No cabía duda de que Julián y Ámbar, tenían una relación secreta, sin ver las consecuencias de eso, en cuanto Leonel y Braulio se enterasen, no estarían contentos de que Julián, siendo amigo y socio de la familia, se atreviera a tocar a lo más preciado de Braulio.Después de pensarlo bien, decidido llamarla e interrogarla, tal vez le sacaba la verdad de una vez por una llamada.Cristina marcó el número de Ámbar y esperó a que contestara. Después de unos segundos, la voz de Ámbar sonó al otro lado de la línea.—Hola, mamá —dijo Ámbar, con una voz alegre.Después de pasar un rato tan subido de tono con su novio, recibía una lla
Ya habían pasado un par de días. Julián y ámbar se sentían respaldados, ya que cristina sabía de su relación, pero eso no quitaba la presión que sentía, debían tomarse un tiempo y hablar con toda la familia de Ámbar y así evitarse problemas a ellos y los demás involucrados aunque no lo quisieron.En esos días, estaban concentrados en sus proyectos, Ámbar se dedicó completamente a sus estudios y ese proyecto del cual estaba tan enamorada, dándole a Julián su espacio de meterse de lleno en sus negocios, ya que tenía mucho trabajo atrasado.Su relación no era descuidada, por el hecho de que no podía faltar un mensaje de buenos días y otra de buenas noches, aunque la diferencia de horario fuese mucha.Rodeados de un aroma a libros y solo pequeños murmullos, Ámbar conversaba con Rocco, sobre las nuevas investigaciones que había hecho.El chico no le quedo de otra que tomarse en serio las investigaciones o Ámbar hablaría con el profesor para qué cambiarán de pareja.Dispuesto a permanecer a