Cuando el sol estuvo
en lo más alto, llegaron al desierto del Valle.Sorprendentemente, la vegetación llegaba a su fin iniciando un terreno arenoso y árido, no se veían árboles ni animales, y el sol provocaba reflejos en la superficie. El calor en ese sector era demasiado para cruzar de día, así que los guerreros decidieron hacerlo de noche; buscaron esas hojas enormes que habían visto para construir tiendas que los protegieran del sol y recolectaron muchas frutas jugosas que los mantendrían hidratados, aun así les preocupaba el príncipe que era muy pequeño para exponerse a tal calor, pero debían seguir avanzando. Esperaban no estar muchos días en ese desierto. El sol se estaba poniendo y ya estaban listos, habían recolectado frutos, cazado unas aves que asaron y encontraron un arroyo donde se abastecieron de agua. _Bien, tenemos suficientes provisiones para una semana, no obstante consumiremos más agua de lo normal, trataremos de compensarlo con los frMhur fue el primero en subir, se encontró con muchas personas, se corrieron mostrando a una anciana, tenía al príncipe en sus brazos y estaba dormido. El guerrero lo cargó y lo abrazó con suavidad, luego volteó y se los enseñó a sus compañeros, todos sonrieron aliviados._ Gracias por sacarlo del caballo y cuidarlo.- Anroc se inclinó ._ Era lo menos que podíamos hacer,- la anciana acarició el rostro del capitán -vimos todo desde aquí, y debo decir que nos sorprendimos cuando derrotaron a ese gusano._ Sí, fue difícil, pero terminó, por suerte._ No parecen sorprendidos por su tamaño, ¿acaso acostumbran ver criaturas así?- interrogó el hombre que los ayudó a subir al árbol._ Para nada, pero habíamos oído historias de este lugar, y desde que entramos al valle vimos telarañas gigantes y nos atacó una serpiente aún más grande, y luego este gusano._ No te olvides del Bel'zii, Anroc, que quiere cenar a mi hermano.
Un nuevo día había llegado. Falco disfrutaba del canto de las aves, miraba sorprendido y sonreía estornudando furtivamente por los rayos del sol. Anroc y Neels habían salido con Talac a cazar, el aldeano les comentó que cerca de allí había un manantial donde bajaba a beber una piara de cerdos salvajes. Varkal y Landor acompañaron a las mujeres en la recolección de frutos y setas para protegerlas ante posibles peligros, ya que debían descender de los árboles. Mhur quedo en la aldea con el príncipe, lo habían alimentado y paseaban por los puentes enseñándole el nombre de las cosas, y él, en balbuceos repetía. Había comenzado a caérsele el cabello preocupando a los guerreros, hasta que las mujeres del lugar les explicaron que era normal y nada para asustarse, solo caía su pelo de bebé quedando el definitivo. Anroc y sus compañeros de caza volvieron con dos piezas suculentas que asarían en la noche, luego que Varkal y Landor regresaran se reunieron con Eloia que los esperaba p
Habían atracado al alba, pero los guerreros decidieron utilizar la balsa por última vez y, anclando en medio del río, se habían dispuesto a pescar. Mhur quedó en la costa con Falco que jugaba rodando y gateando, Anroc se adentro al pantano a inspeccionar, era un paraje realmente tétrico. El suelo era lodo en casi su totalidad, los árboles sombríos parecían una especie de sauce y un ligero aroma a pudrición lo inundaba todo. Las hechiceras les habían dicho que eran tierras peligrosas, le advirtieron sobre todos los peligros que encontrarían, así que no bajarían la guardia un segundo. Tan pronto se adentraron notaron que había un sendero de tierra firme que le permitía transitar sin hundirse. Había lugares con algo parecido a arenas movedizas pero de barro, avistaron muchas serpientes, en su mayoría pequeñas y aparentemente ciegas, así como una gran variedad de ratones, lechuzas y aves que parecían la mezcla perfecta entre un cuervo y un buitre. Tardarían alrededor de una se
Dicho esto, Varkal escupió en el suelo. Todo quedó en silencio. Una vez más, se había disipado todo tipo de sonido al punto tal de generar un zumbido en los oídos de los guerreros. Una leve brisa les trajo un hedor nauseabundo, ese hedor que se siente en estanques podridos con todo tipo de desechos, y no muy lejos se escuchó un rugido. Todos miraron a Varkal que suspiraba. Rápidamente desenvainaron sus armas y Mhur tomó a Falco en brazos, sus compañeros formaron un círculo alrededor de él para protegerlo. Esperaron. Algunas siluetas comenzaron a aparecer en diferentes direcciones, siluetas parecidas a hombres, pero más grandes, que subían y bajaban del suelo avanzando, y a pesar de la luz que brindaba la luna, no pudieron distinguirlos bien hasta que estuvieron cerca. Eran hombres de barro. Recordaron la mano que atrapó al ave en aquel charco. Allí los tenían, frente a fre
La mujer posó sus manos sobre Falco, y murmurando unas palabras un aura amarilla envolvió al príncipe, que poco a poco, dejó de llorar. La maga miró a los hombres y realizó una leve reverencia que los ellos devolvieron. Se acercaron cautelosos mientras ella sonreía observando al príncipe. Los magos eran poderosos, humanos dotados de magia de forma natural, podían crear conjuros tanto de protección como de ataque, diferente a los hechiceros que solo influían en los elementos (tierra, agua, aire, fuego), también pueden realizar encantamientos protectores pero mediante alguna herramienta. Los magos nacen con mucho poder y lo desarrollan con el tiempo, práctica, y estudio para aprender magia compleja, además, los del más alto nivel son capaces de crear nueva magia._ Mi nombre es Aria, soy una maga de las tierras del este._¿Lo salvaste?- Mhur estaba exaltado, y la sonrisa de la maga rompió en llantos- ¡Te lo agradezco, realmente te debemos su vida!_ Mi nombr
Estaban sentados frente a la hoguera, contemplando las estrellas, se veían diferentes a través de la barrera mágica, cuando Neels comenzó a contar una historia._ Hace mucho tiempo, vivía con una comunidad de Elfos nómades, - todos lo miraron atentos- eran de diferentes reinos, algunos de Reilofe, otros de Maliantha, y así, pero había un pequeño grupo originarios de Oblivavento Ànżur, eran arqueros, excelentes arqueros, ellos me enseñaron todo sobre esta destreza. Una día, íbamos por las llanuras de Enlerbon, cuando fuimos emboscados por Orcos, Orcos de Golham. Fue una batalla siniestra, Peillef, el jefe de ese grupo, nos llamó a todos sobre una gran roca donde podíamos ver mejor para lanzar nuestras flechas, pero él no usó su arco de siempre, uso uno sin cuerda ni flechas, solo llevaba su mano a la posición y una especie de hilo y una flecha brillantes aparecían en el arco, el jalaba hacia atrás y esa flecha mágica salía con una velocidad y fuerzas increíbles, pronto los e
Cuando llegaban varias mujeres, hombres y niños salieron al encuentro de la maga, y se sorprendieron al ver a sus acompañantes._ Querida Aria, al fin vuelves, estábamos preocupados por ti.- El hombre que la recibía miró al príncipe y luego a los guerreros - Y vienes acompañada._ Señor Debran, me encontré con estos caballeros en el medio del bosque, me ayudaron a juntar las setas y brindaron su protección._ Me llamo Anroc- el capitán le estrechó la mano y presentó a sus compañeros- y este pequeñín es el hijo de Mhur.- Concluyó_ Interesante- El denominado Debran miró con atención a los hombres y sus armas._Trajimos esto para ustedes- le dijo Mhur mientras arrojaba el jabalí a sus pies- será suficiente para alimentarse varios días._Vaya, unos animales increíbles, nosotros casi no vemos de estos y menos aún los podemos cazar- Debran llamó a varios hombres que sonrientes y entre los murmullos de alegría de las mujeres y niños llevaron
_¡Miren esto!Todos giraron hacia Mhur y vieron como el príncipe caminaba, enseguida se pusieron de rodillas y comenzaron a extenderle los brazos llamándolo._Ya camina-. Landor estaba tan emocionado que se arrastraba junto a Falco para evitar que se cayera._¿Cuánto tiempo pasó desde que dejamos el palacio? ¿Tanto ha pasado, que ya camina?Todos se preguntaban lo mismo que Varkal. Habían olvidado cuánto llevaban viajando. Pero en ese momento no les importó, entendieron que les tocaba una nueva fase con su príncipe, que estaba creciendo y que era un niño fuerte. Lo contemplaron con devoción, y notaron que a Mhur se le resbaló una lágrima por su mejilla perdiéndose en el bosque de su barba roja. Realmente lo amaba como a su hijo. El sol estaba en lo más alto cuando los guerreros salieron de la tienda, Anroc y Landor iban al frente, Mhur con el príncipe en medio y cerraban Varkal y Neels. Portaban sus armas, no tenían intenciones de pelear