Cuando Lyra se levanto al dia siguiente, para su tranquilidad, James ya no estaba en la mansión.
Tomo su celular e hizo una llamada “Dime” contesto la voz del otro lado
“¿Asi contestas siempre?”
“Estoy ocupada apunto de entrar al rodaje. ¿Qué quieres?”
“Solo saber si estabas libre porque quería verte”
“Puedes venir a verme modelar. Unas fotos. Unas firmas. Lo usual”
“Suena aburrido Andrea”
“Dímelo a mí, ¿Y, que tal la cena de ayer?”
“Terrible. Peor de lo que me imaginaba.”
“¿Y qué harás hoy?”
“Aparte de esperar mis resultados de la tesis que entregue, no mucho.” Lyra suspiro a través del intercomunicador “desde que sali de la universidad y espero a mi sustentación no he tenido nada que hacer. Debo hallar una forma de tener dinero, o buscar trabajo”
“¿Y la mesada de James? ¿sigues castigada?”
“Lo que me da no me alcanza para nada. Su teoría es que si me da mas me iré a la fuga”
“Y seguramente lo harías”
Ella rueda los ojos “iré a verlo a su oficina mas tarde. Aun quiero esclarecer unas cosas extrañas que pasaron ayer”
“Asi que "bella" ira tras su bestia”
“Eso es grosero. Pero no me importa.” Tomo una carpeta en sus manos “en realidad, le daré mi informacion profesional”
“¿Buscaras trabajo en su empresa?”
“No especialmente en su empresa. En algunas de sus cadenas”
“¿Trabajaras con ellos en alguna franquicia lejana? ¿de verdad crees que el querra ayudarte a darte trabajo?”
“No pido mucho. Sino puede al menos que me facilite un contacto, una recomendacion. Soy responsable, sea lo que sea lo hare bien.”
“Repito. ¿Crees que querrá ayudarte?”
Ella bajo los hombros “No... No lo se. Pero no conozco a nadie mas aquí. El es todo lo que tengo. Aunque suene horrible y masoquista decirlo. Quizás se apiade de mí. Solo tiene que aguantarme dos meses mas y se librara de mi. ¿Qué más puede pedir?”
“No se en que este pensando James. Nunca he logrado descifrarlo”
“Entonces deséame suerte amiga”
“Mucha suerte, Lyra.”
Cuando la muchacha cuelga, esta sale de la mansión lista y preparada. Apenas da un paso fuera los guardias se le acercan, y ella pide a un chofer que la lleve hasta la empresa del señor James Brown.
Y con esa misma rapidez, más temprano que tarde ella llega. Habia estado aquí un par de veces antes, no demasiadas. Debía aceptar que mas venia de niña cuando su padre aún vivía.
La muerte de su padre pesaba en su pecho peor que un ancla. Habían pocas cosas que le anclaban a la vida, pero antes no era asi. Solia recordar sentir que nada tenía sentido desde que él se marcho lejos. Pero habia encontrado su fortaleza en los libros. La lectura la mantenía viva, y la habian hecho sentir que no estaba sola, habia gente más allá de lo que podía ver, gente que sentía y pensaba como ella, asi que resistió. Es lo que haces en la vida por cuán difícil sea; resistes.
Asi que Lyra seguio caminando por los pasillos de la gran empresa, un poco perdida, pero guiándose exitosamente gracias a las instrucciones de las recepcionistas. Al inicio no habían querido dejarla pasar, pero luego de escuchar su nombre estas habían abierto sus ojos como platos
—Señorita Lyra, ¿de verdad es usted? —la mujer parpadeo pensando que quizas estaba soñando. Como si ella fuera un invento de su imaginacion.
Lyra sonrio incomoda y asentio
—Vaya ha crecido mucho, la ultima vez que la vi era apenas una niña de la mano del señor Brown. No la habia vuelto a ver por aquí desde entonces. Se murmuraban muchas cosas, pero… pero eso es un poco grosero de mi parte. Lo que quiero decir, es que me alegro de verla bien
Ella presintió que lo que quería decir en realidad esta mujer era “me alegro de verla viva”
—¿El señor James Brown sabe que esta aquí? Si la hago pasar y el no lo sabe, quizás…
—No debe anunciarme.—dice simple — Yo entrare sola, y le aseguro que me hare responsable de su reacción
—No creo que funcione asi… una disculpa.
—Solo dígale que nunca me vio. Que me escabullí.
Ella le hizo un gesto de disculpa nuevamente, y miro hacia una de las esquinas del pasillo-Hay cámaras por todas partes. Si el las revisa sabrá que hablaste conmigo, por eso no puedo dejarte pasar sin anunciarselo antes.
Lyra suspiro. —Está bien. En ese caso, anúnciame. Veremos si quiere recibirme
La mujer asintió y se marcho
***
El joven empresario James Brown se encontraba en su oficina analizando unas estadísticas frente a su escritorio cuando su puerta sonó.
—Adelante —murmuro sin prestar mucha atención.
Habia estado fuera mucho tiempo y casualmente cuando volvía todos en la oficina solían volverse locos, más cuando sabían que se quedaría tanto tiempo. Suponía que su presencia, por alguna razón que no comprendía, ponía de nervios a todos. Claro que era tajante, decidido, y poco tímido, pero aun asi lo consideraba una exageración.
Nadie podía culpar su actitud, el mundo de las finanzas era un mundo cruel y despiadado, la gente era mentirosa, ambiciosa e interesada, sabia lo malo que podía ser el mundo con las personas debiles.
Por eso no podía bajar la guardia nunca, el mundo era un lugar oscuro...
—Adelante—dijo esta vez mas alto cuando escucho otra vez el toque en la puerta
La mujer alta de tacones y lentes habia entrado por la puerta — Señor presidente tiene una visita afuera
—No recuerdo haber concordado ninguna cita —contesto sin mucho interés mientras sus ojos no se habian despegado de sus papeles
—Es una que cayo de sorpresa, y…
—No recibo gente sin una cita previa—y esta vez sus ojos fríos cual hielo la observaron duramente
—Pero… es alguien importante y…
—¿Qué acabo de decir?
Entonces la mujer asintió —entiendo señor, discúlpeme. Le diré a la señorita Lyra que vuelve a su casa.
Aquel nombre pareció despertarlo del trabajo. Despertarlo de todo. Hay ocasiones que estamos tan sumergidas en todo lo que hacemos, que hay que cosas que nos descolocan, como un balde de agua fria. Desconectar, para volver a conectar.
« ¿Lyra? ¿Qué hacía aquí Lyra? »
—¡No! Espere.—pidió
Y la mujer se paro en la puerta atenta para escucharlo
James se recostó sobre su silla —hágala pasar.
Tal vez habia pasado algo en su casa, o a ella misma. Necesitaba saberlo.
—Rápido. —pidió con urgencia — tráigala ante mi —ordeno
La mujer asintió y se marchó.
James se sintió inquieto, y nervioso mientras esperaba ver aparecer en su habitación a aquellos ojos mieles que habían sido su compañía en todos estos años. Aquellos que habia odiado, aquellos que habia amado. Aquellos que eran su salvavidas.
« Porque mientras ella existiera... » entonces la vio aparecer « este mundo no podía ser un lugar tan oscuro »
Lo primero que hizo fue recorrerla con la mirada en busca de algún daño físico, pero se tranquilizó al ver que a simple vista se veía a salvo. O quizás era su mansión. ¿Acaso se estaba quemando? De otro modo no imaginaba nunca haberla visto pisar esta empresa. —Dime que tan malo es— fue lo primero que soltó—¿Qué?—la muchacha luce confundida—¿Se prendió en fuego? ¿Qué tan graves son los daños?—¿Qué?— volvió a repetir—No me imagino la razón de tu presencia en mi oficina, pero me imagino uno de los escenarios más catastróficos posibles asi que, dilo de una vez. ¿Qué tan malo es? Lo que sea que sea.Ella suspiro —James, la casa no se está quemando.—¿Tu estas bien entonces?Ella por fin tomo asiento—¿No te he dado permiso para tomarlo ?— le indico con rapidezElla solo se lo quedo mirando aburrida, era el tipo comportamiento que ya esoeraba de James —Se que esta silla no me pertenece, y nada en casa lo hace. Pero no vine aquí a discutir eso, asi que solo te ignorareEl alzo una cej
¿Cómo que su asistente? —Pero… ¿Por qué? Tú me oídas, ¿acaso lo has olvidado? —Y porque te odio te doy trabajo, muy lógico Ella hizo una mueca extraña y algo confundida. —no entiendo de que hablas. Además, no tengo mucha experiencia para cubrir un cargo tan alto — lo que no menciono es que tal vez no tenia la paciencia ni la voluntad para servirle a el directamente. —Hace un rato parecías muy dispuesta a hacer lo que sea. Y ahora tratas de convencerme de que ¿no eres capaz? —No se trata de eso — contesto ella a la defensiva —¿Entonces de que se trata? « De ti » pensó ella —Lyra, escucha. Te guiare en el proceso, ¿Quién mejor persona para aprender todo que de mí? Ganaras experiencia, y aprenderás mas de lo que quisieras. Y ganaras bien. Bueno, no del todo bien. Pero un sueldo estable si es lo que quieres. —¿De cuento seria…? —¿Por qué mejor no lo conversamos esta noche? —¿Esta noche? —Si. Como dos personas a punto de volverse socios. O al menos conocidos cercanos del trabaj
Andrea se marcho temprano aquel dia. No quería distraer a Lyra de que se arreglara bien para su “no cita”Para Lyra la idea de eso era simplemente ridícula. ¿Quién sabe para que estaba organizando James todo esto de verdad? ¿Para burlarse de ella? O quizás solo para decirle que la aceptación de su nuevo trabajo había sido solo una broma cruel y que en realidad no le daría nada¿Quién sabe? Se trataba de James después de todo. Y el nunca había sido especialmente blando con ella.Se coloco unos pendientes largos y brillantes. No llevo collar esta vez. Luego se puso un vestido rojo. No era su color favorito. Tampoco sentía que le favoreciera. Pero era uno nuevo que aun no había estrenado.Una prisionera en esta casa que poseía solo las mejores cosas. Un enemigo un poco controversial ¿no?Se puso tacones muy en contra de su voluntad. No es que no le gustaran. Es solo que siempre se le había hecho difícil caminar con ellos. Como James siempre solía estar fuera, muchas veces la cacho estand
HamburguesasSi. Ese fue el menú de aquella noche.¿Lo culpan? Eran las tres de la madrugada de un lunes. No es que hubieran muchas opciones abiertas tampoco...Lyra jamás había visto a James comer comida rápida. Peor una hamburguesa, casi como si fuera un simple mortal, una persona mas del montón, alguien común y corriente comiéndose un pedazo de pan con carne. No es que ella considerara eso una mala comida, ah decir verdad ella comía lo que sea. Pero no James.El tipo tenia un chef personal que solía hacerle y planificarles todos sus almuerzos. Un menú específicamente solo para el. Lleno de verduras, y proteínas. Un menú totalmente variado, balanceado y nutritivo. No sabia que el pudiera consumir algo que no saliera de sus manos.-¿No te gusta?- entonces su pregunta la sorprendió -No has empezado a comer aun.-Oh no… no es eso -habia estado distraida solo viendolo. Entonces Lyra tomo su hamburguesa con las dos manos. Si, con sus manos. No iba a usar cubiertos para tragarse una hambu
¿Cómo explicar el desconcierto? ¿Cómo reaccionar antes situaciones que están fuera de nuestro control o nos resultan inimaginables?De hecho, Lyra se congelo. Al inicio pensó que lo estaba imaginando. Quizás estaba soñando. Quizás aún seguía dormida en aquel sofá esperando a que James saliera del trabajo para ir a la dichosa cena en ese seguro elegante restaurante. Después de todo, la idea de estar cenando comida rápida también parecía algo que podría ser producto de su imaginación. Pero no. No. No lo era.Y la prueba de ello era la presion que el ejercia contra ella. No era un sueño, no cuando el cuerpo de el se pegaba cada vez mas al suyo. No cuando sus manos estaban sobre su cuerpo recorriendola y presionandola de esta manera. Cuando su lengua entraba y salia de su boca a velocidades increibles.Lyra jadeo tratando de recuperar el aire, tratando de girar su rostro para poder respirar. Y noto que el se alejaba tan solo unos milímetros. Solo los suficientes para que ella respirara. T
La oficina se sentía como un campo de guerra.-Pásame los papeles de alláElla los tomo-Los otros- sonó con sornaTodo era un campo minado.Lyra evito con todas sus fuerzas evitar torcerle los ojos. Se los tendió de forma casi amable mientras sonreía -¿algo más, jefe?-No. Sigue organizando lo que te deje por alla -hizo una seña movimiento ligeramnete la cabezaElla volvió a su puesto y siguió organizando todo. Su primera tarea era simple. Tenia una caja llena de papelitos de colores. Y los ubicaba en ciertos casilleros. Unos se enviaban. Otros se archivaban, y otros se guardaban de vuelta. Blanco, rosado y azul. Una tarea simple que cualquier inútil podría hacer.Lyra suspiro. No aprendería nada si hacia esto todos los días.-Solo por hoy -comento él.Ella parpadeo. ¿Acaso le leía la mente? Volvió a lo suyo y comprendió que tenia que iniciar con algo. James la estaba tratando como si fuera un pasante mas en su empresa.Seguía clasificando las cosas cuando su voz sonó nuevamente-Co
-¿Poque almorzaste sin mí?- pregunto horas más tardes cuando regreso a su oficina -las encargadas me dijeron que te vieron bajar. Pensé que me esperarías-¿Todos los trabajadores esperan a su jefe para poder almorzar? -preguntoJames hizo una mueca extraña – no... -contesto-Bien- entonces fingió seguir limpiando y acomodando unas carpetasEl joven del traje suspiro – te enseñare otra cosaElla volteo hacia el -dime.Entonces al ver que ella no lo miraba dijo – si estarás con esa actitud quizás sea hora de que te mande por hoy a uno de los otros departamentos. Cualquiera menos el mío-De acuerdo -fue lo único que contesto. Y siguió con su indiferencia. Su alejamientoJames soltó un bufido- bienY el resto del día la joven paso en el departamento jurídico. Aprendiendo a identificar documentos, leyes, como hacerlos, los modelos, que debía editar. Y demás cosas.Las horas del día pasaron rápido. Y cuando la jornada laboral llego a su fin. James paso por ella para recogerla.Solo con verl
Cuando Lyra tenía catorce y James quince años, su padre los llevo a ambos de vacaciones a Hawái. Alquilaron un gran hotel en una playa privada solo para los residentes de aquel local exclusivo. En secreto, el señor Jace Brown solo quería pasar sus últimos tiempos al lado de sus hijos, ordenando sus pendientes, y la empresa. Preparando a James para heredar todo, y pasar sus últimos meses con ellos dos. Jace Brown estaba enfermo y lo sabía. Y poco a poco moria. Bueno, técnicamente todos estamos muriendo. Cada día que vivimos es un día menos donde tu organismo funciona cada día peor. Pero morirse de vejez no es lo mismo a morirse por una enfermedad terminal. No es que el hiciera algo para merecer aquella enfermedad, el no tomaba, no fumaba, no tenia sobrepeso y aun así estaba enfermo. El era la prueba, de que la muerte no discrimina ante nadie, ni entre pobres o ricos. Ni entre buenos o malos. Morir es como una lotería a la inversa. Nadie desea esa suerte, y a alguien siempre le toca.