Capitulo 4

Cuando Lyra se levanto al dia siguiente, para su tranquilidad, James ya no estaba en la mansión.

Tomo su celular e hizo una llamada “Dime” contesto la voz del otro lado

“¿Asi contestas siempre?”

“Estoy ocupada apunto de entrar al rodaje. ¿Qué quieres?”

“Solo saber si estabas libre porque quería verte”

“Puedes venir a verme modelar. Unas fotos. Unas firmas. Lo usual”

“Suena aburrido Andrea”

“Dímelo a mí, ¿Y, que tal la cena de ayer?”

“Terrible. Peor de lo que me imaginaba.”

“¿Y qué harás hoy?”

“Aparte de esperar mis resultados de la tesis que entregue, no mucho.” Lyra suspiro a través del intercomunicador “desde que sali de la universidad y espero a mi sustentación no he tenido nada que hacer. Debo hallar una forma de tener dinero, o buscar trabajo”

“¿Y la mesada de James? ¿sigues castigada?”

“Lo que me da no me alcanza para nada. Su teoría es que si me da mas me iré a la fuga”

“Y seguramente lo harías”

Ella rueda los ojos “iré a verlo a su oficina mas tarde. Aun quiero esclarecer unas cosas extrañas que pasaron ayer”

“Asi que "bella" ira tras su bestia”

“Eso es grosero. Pero no me importa.” Tomo una carpeta en sus manos “en realidad, le daré mi informacion profesional”

“¿Buscaras trabajo en su empresa?”

“No especialmente en su empresa. En algunas de sus cadenas”

“¿Trabajaras con ellos en alguna franquicia lejana? ¿de verdad crees que el querra ayudarte a darte trabajo?”

“No pido mucho. Sino puede al menos que me facilite un contacto, una recomendacion. Soy responsable, sea lo que sea lo hare bien.”

“Repito. ¿Crees que querrá ayudarte?”

Ella bajo los hombros “No... No lo se. Pero no conozco a nadie mas aquí. El es todo lo que tengo. Aunque suene horrible y masoquista decirlo. Quizás se apiade de mí. Solo tiene que aguantarme dos meses mas y se librara de mi. ¿Qué más puede pedir?”

“No se en que este pensando James. Nunca he logrado descifrarlo”

“Entonces deséame suerte amiga”

“Mucha suerte, Lyra.”

Cuando la muchacha cuelga, esta sale de la mansión lista y preparada. Apenas da un paso fuera los guardias se le acercan, y ella pide a un chofer que la lleve hasta la empresa del señor James Brown.

Y con esa misma rapidez, más temprano que tarde ella llega. Habia estado aquí un par de veces antes, no demasiadas. Debía aceptar que mas venia de niña cuando su padre aún vivía.

La muerte de su padre pesaba en su pecho peor que un ancla. Habían pocas cosas que le anclaban a la vida, pero antes no era asi. Solia recordar sentir que nada tenía sentido desde que él se marcho lejos. Pero habia encontrado su fortaleza en los libros. La lectura la mantenía viva, y la habian hecho sentir que no estaba sola, habia gente más allá de lo que podía ver, gente que sentía y pensaba como ella, asi que resistió. Es lo que haces en la vida por cuán difícil sea; resistes.

Asi que Lyra seguio caminando por los pasillos de la gran empresa, un poco perdida, pero guiándose exitosamente gracias a las instrucciones de las recepcionistas. Al inicio no habían querido dejarla pasar, pero luego de escuchar su nombre estas habían abierto sus ojos como platos

—Señorita Lyra, ¿de verdad es usted? —la mujer parpadeo pensando que quizas estaba soñando. Como si ella fuera un invento de su imaginacion. 

Lyra sonrio incomoda y asentio

—Vaya ha crecido mucho, la ultima vez que la vi era apenas una niña de la mano del señor Brown. No la habia vuelto a ver por aquí desde entonces. Se murmuraban muchas cosas, pero… pero eso es un poco grosero de mi parte. Lo que quiero decir, es que me alegro de verla bien

Ella presintió que lo que quería decir en realidad esta mujer era “me alegro de verla viva”

—¿El señor James Brown sabe que esta aquí? Si la hago pasar y el no lo sabe, quizás…

—No debe anunciarme.—dice simple — Yo entrare sola, y le aseguro que me hare responsable de su reacción

—No creo que funcione asi… una disculpa.

—Solo dígale que nunca me vio. Que me escabullí.

Ella le hizo un gesto de disculpa nuevamente, y miro hacia una de las esquinas del pasillo-Hay cámaras por todas partes. Si el las revisa sabrá que hablaste conmigo, por eso no puedo dejarte pasar sin anunciarselo antes.

Lyra suspiro. —Está bien. En ese caso, anúnciame. Veremos si quiere recibirme

La mujer asintió y se marcho

***

El joven empresario James Brown se encontraba en su oficina analizando unas estadísticas frente a su escritorio cuando su puerta sonó.

—Adelante —murmuro sin prestar mucha atención.

Habia estado fuera mucho tiempo y casualmente cuando volvía todos en la oficina solían volverse locos, más cuando sabían que se quedaría tanto tiempo. Suponía que su presencia, por alguna razón que no comprendía, ponía de nervios a todos. Claro que era tajante, decidido, y poco tímido, pero aun asi lo consideraba una exageración.

Nadie podía culpar su actitud, el mundo de las finanzas era un mundo cruel y despiadado, la gente era mentirosa, ambiciosa e interesada, sabia lo malo que podía ser el mundo con las personas debiles.

Por eso no podía bajar la guardia nunca, el mundo era un lugar oscuro...

—Adelante—dijo esta vez mas alto cuando escucho otra vez el toque en la puerta      

La mujer alta de tacones y lentes habia entrado por la puerta — Señor presidente tiene una visita afuera

—No recuerdo haber concordado ninguna cita —contesto sin mucho interés mientras sus ojos no se habian despegado de sus papeles

—Es una que cayo de sorpresa, y…

—No recibo gente sin una cita previa—y esta vez sus ojos fríos cual hielo la observaron duramente

—Pero… es alguien importante y…

—¿Qué acabo de decir?

Entonces la mujer asintió —entiendo señor, discúlpeme. Le diré a la señorita Lyra que vuelve a su casa.

Aquel nombre pareció despertarlo del trabajo. Despertarlo de todo. Hay ocasiones que estamos tan sumergidas en todo lo que hacemos, que hay que cosas que nos descolocan, como un balde de agua fria. Desconectar, para volver a conectar.

« ¿Lyra? ¿Qué hacía aquí Lyra? »

—¡No! Espere.—pidió

Y la mujer se paro en la puerta atenta para escucharlo

James se recostó sobre su silla —hágala pasar.

Tal vez habia pasado algo en su casa, o a ella misma. Necesitaba saberlo.

—Rápido. —pidió con urgencia — tráigala ante mi —ordeno

La mujer asintió y se marchó.

James se sintió inquieto, y nervioso mientras esperaba ver aparecer en su habitación a aquellos ojos mieles que habían sido su compañía en todos estos años. Aquellos que habia odiado, aquellos que habia amado. Aquellos que eran su salvavidas.

« Porque mientras ella existiera... » entonces la vio aparecer « este mundo no podía ser un lugar tan oscuro »

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