¿Cómo explicar el desconcierto? ¿Cómo reaccionar antes situaciones que están fuera de nuestro control o nos resultan inimaginables?De hecho, Lyra se congelo. Al inicio pensó que lo estaba imaginando. Quizás estaba soñando. Quizás aún seguía dormida en aquel sofá esperando a que James saliera del trabajo para ir a la dichosa cena en ese seguro elegante restaurante. Después de todo, la idea de estar cenando comida rápida también parecía algo que podría ser producto de su imaginación. Pero no. No. No lo era.Y la prueba de ello era la presion que el ejercia contra ella. No era un sueño, no cuando el cuerpo de el se pegaba cada vez mas al suyo. No cuando sus manos estaban sobre su cuerpo recorriendola y presionandola de esta manera. Cuando su lengua entraba y salia de su boca a velocidades increibles.Lyra jadeo tratando de recuperar el aire, tratando de girar su rostro para poder respirar. Y noto que el se alejaba tan solo unos milímetros. Solo los suficientes para que ella respirara. T
La oficina se sentía como un campo de guerra.-Pásame los papeles de alláElla los tomo-Los otros- sonó con sornaTodo era un campo minado.Lyra evito con todas sus fuerzas evitar torcerle los ojos. Se los tendió de forma casi amable mientras sonreía -¿algo más, jefe?-No. Sigue organizando lo que te deje por alla -hizo una seña movimiento ligeramnete la cabezaElla volvió a su puesto y siguió organizando todo. Su primera tarea era simple. Tenia una caja llena de papelitos de colores. Y los ubicaba en ciertos casilleros. Unos se enviaban. Otros se archivaban, y otros se guardaban de vuelta. Blanco, rosado y azul. Una tarea simple que cualquier inútil podría hacer.Lyra suspiro. No aprendería nada si hacia esto todos los días.-Solo por hoy -comento él.Ella parpadeo. ¿Acaso le leía la mente? Volvió a lo suyo y comprendió que tenia que iniciar con algo. James la estaba tratando como si fuera un pasante mas en su empresa.Seguía clasificando las cosas cuando su voz sonó nuevamente-Co
-¿Poque almorzaste sin mí?- pregunto horas más tardes cuando regreso a su oficina -las encargadas me dijeron que te vieron bajar. Pensé que me esperarías-¿Todos los trabajadores esperan a su jefe para poder almorzar? -preguntoJames hizo una mueca extraña – no... -contesto-Bien- entonces fingió seguir limpiando y acomodando unas carpetasEl joven del traje suspiro – te enseñare otra cosaElla volteo hacia el -dime.Entonces al ver que ella no lo miraba dijo – si estarás con esa actitud quizás sea hora de que te mande por hoy a uno de los otros departamentos. Cualquiera menos el mío-De acuerdo -fue lo único que contesto. Y siguió con su indiferencia. Su alejamientoJames soltó un bufido- bienY el resto del día la joven paso en el departamento jurídico. Aprendiendo a identificar documentos, leyes, como hacerlos, los modelos, que debía editar. Y demás cosas.Las horas del día pasaron rápido. Y cuando la jornada laboral llego a su fin. James paso por ella para recogerla.Solo con verl
Cuando Lyra tenía catorce y James quince años, su padre los llevo a ambos de vacaciones a Hawái. Alquilaron un gran hotel en una playa privada solo para los residentes de aquel local exclusivo. En secreto, el señor Jace Brown solo quería pasar sus últimos tiempos al lado de sus hijos, ordenando sus pendientes, y la empresa. Preparando a James para heredar todo, y pasar sus últimos meses con ellos dos. Jace Brown estaba enfermo y lo sabía. Y poco a poco moria. Bueno, técnicamente todos estamos muriendo. Cada día que vivimos es un día menos donde tu organismo funciona cada día peor. Pero morirse de vejez no es lo mismo a morirse por una enfermedad terminal. No es que el hiciera algo para merecer aquella enfermedad, el no tomaba, no fumaba, no tenia sobrepeso y aun así estaba enfermo. El era la prueba, de que la muerte no discrimina ante nadie, ni entre pobres o ricos. Ni entre buenos o malos. Morir es como una lotería a la inversa. Nadie desea esa suerte, y a alguien siempre le toca.
Ella pestaño. Esto era increíble.¿Burlarse así de ella?-¿Tienes una novia, y tu te quieres casar con otra mujer? Eres increíble -soltó sorprendida y ofendida a partes igualesJames negó con la cabeza mientras estaba en el volante -Ya te dije que Evelyn no es mi…-No puedes negarlo. Yo te vi. Y no esta bien negar a tu novia-¡Que no es mi novia! ¡Ni siquiera salimos! ¡Apenas y es mi amiga! ¡Somos solo conocidos!-Pues no lo parecían… -se cruzó de brazos -además, que tonterías dices. ¿Por qué me propondrías algo así? Tu me oídas. Me detestas. ¿Me llevaría algo estando contigo? Que barbaridades dices…-volteo su vista hacia la ventana mientras el auto estaba en movimiento-Te dije que así te llevarías algo. Hablo de la herencia. Una herencia real. Pues no tienes nada-¿Por qué me harías ese “favor”? Además en un par de meses me iré. Quieres que nos casemos para que me regales ¿Qué exactamente? ¿la mitad de tus bienes? -solto en tono burlon-No soy tan despiadado. Lo creas o no, Lyra, no
“¿Ser amigos? ¿Lo dices enserio?”“Si, eso fue lo que dijo” sonó Lyra desde el otro lado de la línea “al parecer, esta guerra ya ha acabado.”“Quizás todo pueda ser diferente. Es decir, te dio trabajo. Y ahora quiere llevar la fiesta en paz. Me agrada el nuevo James. Tu vida se ha solucionado en cuestión de segundos. Y solo basto tener una conversación de adultos, ves, siempre te lo he dicho”No es que Lyra no hubiera querido tener antes esa conversación seria con James, pero consideraba al chico demasiado irracional cuando se trataba de ella que solo dejaba el tema en el aire. “Tienes razón, ojalá puedas estar más libre y pueda verte en estos días Andrea”“Lo se… te amo Lyra. Cuídate mucho. Ya tengo que irme. Por cierto, vi tus notas subidas hace poco, te felicito. Eres muy inteligente y te mereces ese premio. Estoy muy orgullosa de ti pequeña Lyra. Hablamos despues” entonces cortoUna amistad que no envidiaba; una amistad que solo amaba. Eso era lo que tenían Lyra y Andrea. Por sie
Cuando Lyra tenía dieciséis y el diecisiete. James empezó a notar que ella llegaba triste de la secundaria, rostro decaído y siempre sin hambre. Su padre ya los había abandonado un año atrás con su partida y la convivencia se había vuelto más complicada. Él se encargaba que Lyra tuviera todo lo que necesitaba, además de horarios muy estrictos. Le tenía prohibido miles de cosas, y el resentimiento que tenía aún era bastante grande en su corazón. Era egoísta, claro. Pero estaba nublado por su molestia del pasado. Aun así, no era un desalmado. No del todo. -Mañana salgo de viaje por tres meses- le informo a medio pasillo Lyra no lo miro solo asintió. El frunció el ceño. ¿No era digno de siquiera una mirada? -si vas a bañarte asegúrate de dejar todo bien cerrado. Las duchas toman veinte minutos a lo mucho Otro asentimiento. El muchacho se irrito. Lyra a medida que crecía había empezado a cambiar. Cintura pequeña, labios sonrosados, y sus cabellos crecieron largos y caían como rocíos
Lyra sabia que la evasión de este tema no seria para siempre. Así que cuando por fin arribaron a la empresa se bajaron y mantuvieron la formalidad como los dos adultos que son ahora.Pero no. No sería más débil que James. Si esto no le afectaba a el entonces tampoco a ella. Si él creía que estaba en una competencia. El perdería.Seguro se divertía con ella al ponerla tan nerviosa. Seguro la cara de desconcierto de Lyra lo satisfacía. Pero no le daría el gusto.Además, el jamás se le había declarado de un modo oficial. El jamás ha mencionado algo de la palabra amor ¿amarla? Puff no. Él dijo desearla. De un modo físico, y eso no tenía nada que ver con un amor realY solo entonces se alejoQuizás solo debía dejar que todo marchara con normalidad. Que todo retomara su rumbo de antes. Ella agachando la cabeza y tratando de evadirlo y el tratando de hacerla miserable.-Te iras hoy a talento humano -lo pensó – pero harás el trabajo acá. Dile al encargado que te de los modelos de contratos de