Cuando Lyra tenía catorce y James quince años, su padre los llevo a ambos de vacaciones a Hawái. Alquilaron un gran hotel en una playa privada solo para los residentes de aquel local exclusivo. En secreto, el señor Jace Brown solo quería pasar sus últimos tiempos al lado de sus hijos, ordenando sus pendientes, y la empresa. Preparando a James para heredar todo, y pasar sus últimos meses con ellos dos. Jace Brown estaba enfermo y lo sabía. Y poco a poco moria. Bueno, técnicamente todos estamos muriendo. Cada día que vivimos es un día menos donde tu organismo funciona cada día peor. Pero morirse de vejez no es lo mismo a morirse por una enfermedad terminal. No es que el hiciera algo para merecer aquella enfermedad, el no tomaba, no fumaba, no tenia sobrepeso y aun así estaba enfermo. El era la prueba, de que la muerte no discrimina ante nadie, ni entre pobres o ricos. Ni entre buenos o malos. Morir es como una lotería a la inversa. Nadie desea esa suerte, y a alguien siempre le toca.
Ella pestaño. Esto era increíble.¿Burlarse así de ella?-¿Tienes una novia, y tu te quieres casar con otra mujer? Eres increíble -soltó sorprendida y ofendida a partes igualesJames negó con la cabeza mientras estaba en el volante -Ya te dije que Evelyn no es mi…-No puedes negarlo. Yo te vi. Y no esta bien negar a tu novia-¡Que no es mi novia! ¡Ni siquiera salimos! ¡Apenas y es mi amiga! ¡Somos solo conocidos!-Pues no lo parecían… -se cruzó de brazos -además, que tonterías dices. ¿Por qué me propondrías algo así? Tu me oídas. Me detestas. ¿Me llevaría algo estando contigo? Que barbaridades dices…-volteo su vista hacia la ventana mientras el auto estaba en movimiento-Te dije que así te llevarías algo. Hablo de la herencia. Una herencia real. Pues no tienes nada-¿Por qué me harías ese “favor”? Además en un par de meses me iré. Quieres que nos casemos para que me regales ¿Qué exactamente? ¿la mitad de tus bienes? -solto en tono burlon-No soy tan despiadado. Lo creas o no, Lyra, no
“¿Ser amigos? ¿Lo dices enserio?”“Si, eso fue lo que dijo” sonó Lyra desde el otro lado de la línea “al parecer, esta guerra ya ha acabado.”“Quizás todo pueda ser diferente. Es decir, te dio trabajo. Y ahora quiere llevar la fiesta en paz. Me agrada el nuevo James. Tu vida se ha solucionado en cuestión de segundos. Y solo basto tener una conversación de adultos, ves, siempre te lo he dicho”No es que Lyra no hubiera querido tener antes esa conversación seria con James, pero consideraba al chico demasiado irracional cuando se trataba de ella que solo dejaba el tema en el aire. “Tienes razón, ojalá puedas estar más libre y pueda verte en estos días Andrea”“Lo se… te amo Lyra. Cuídate mucho. Ya tengo que irme. Por cierto, vi tus notas subidas hace poco, te felicito. Eres muy inteligente y te mereces ese premio. Estoy muy orgullosa de ti pequeña Lyra. Hablamos despues” entonces cortoUna amistad que no envidiaba; una amistad que solo amaba. Eso era lo que tenían Lyra y Andrea. Por sie
Cuando Lyra tenía dieciséis y el diecisiete. James empezó a notar que ella llegaba triste de la secundaria, rostro decaído y siempre sin hambre. Su padre ya los había abandonado un año atrás con su partida y la convivencia se había vuelto más complicada. Él se encargaba que Lyra tuviera todo lo que necesitaba, además de horarios muy estrictos. Le tenía prohibido miles de cosas, y el resentimiento que tenía aún era bastante grande en su corazón. Era egoísta, claro. Pero estaba nublado por su molestia del pasado. Aun así, no era un desalmado. No del todo. -Mañana salgo de viaje por tres meses- le informo a medio pasillo Lyra no lo miro solo asintió. El frunció el ceño. ¿No era digno de siquiera una mirada? -si vas a bañarte asegúrate de dejar todo bien cerrado. Las duchas toman veinte minutos a lo mucho Otro asentimiento. El muchacho se irrito. Lyra a medida que crecía había empezado a cambiar. Cintura pequeña, labios sonrosados, y sus cabellos crecieron largos y caían como rocíos
Lyra sabia que la evasión de este tema no seria para siempre. Así que cuando por fin arribaron a la empresa se bajaron y mantuvieron la formalidad como los dos adultos que son ahora.Pero no. No sería más débil que James. Si esto no le afectaba a el entonces tampoco a ella. Si él creía que estaba en una competencia. El perdería.Seguro se divertía con ella al ponerla tan nerviosa. Seguro la cara de desconcierto de Lyra lo satisfacía. Pero no le daría el gusto.Además, el jamás se le había declarado de un modo oficial. El jamás ha mencionado algo de la palabra amor ¿amarla? Puff no. Él dijo desearla. De un modo físico, y eso no tenía nada que ver con un amor realY solo entonces se alejoQuizás solo debía dejar que todo marchara con normalidad. Que todo retomara su rumbo de antes. Ella agachando la cabeza y tratando de evadirlo y el tratando de hacerla miserable.-Te iras hoy a talento humano -lo pensó – pero harás el trabajo acá. Dile al encargado que te de los modelos de contratos de
Cuando Lyra cumplió quince años, su padre le organizo una fiesta por todo lo alto. Una gran fiesta en su mansión donde invito a medio mundo. Todos sus allegados, colegas, e hijos de sus colegas estaban en aquella casa aquel día. Incluso casi todo el instituto del colegio de ella se encontraban alli. Lyra estaba vestida con un hermoso vestido azul y zapatos de tacones blancos bajos. Un peinado que resaltaba sus ondas y un maquillaje que resaltaba sus ojos claros. Mieles y dulces mas que nunca. La chica no es que anhelara esta fiesta, ya le había dicho a su padre que era totalmente innecesario, pero el había insistido. Incluso había hecho viajar a James devuelta a la casa para que estuviera presente en un momento tan importante en la vida de Lyra. El muchacho estaba casi irritado. Pero de todas formas lo veías alli vestido con aquel traje fucsia con la rosa cerca del traje y sus zapatos blancos bien pulidos. El color le quedaba. Toda la ropa le quedaba bien. La belleza era una enemiga
-¿Una mochila nueva?- murmuro la joven. A sus dieciséis años estaba en su ultimo curso. Pronto para ir a la universidad, escoger una carrera y luego la vida de un adulto independiente. -Si, la mando el joven Brown. -¿Sigue en el extranjero? La mujer asintió -no estará para tu fiesta, pero si vendrá unos meses antes de eso para supervisar que todo este bien aqui -Ya veo… -También mando a comprarte un uniforme nuevo -No tiene porque… ya es casi mitad de año. No hace sentido que compre uniforme nuevo. Ya no volveré a utilizarlo luego de este curso -No le sugiero cosas al joven Brown. Solo obedezco e informo, señorita Lyra Ella entendía que era así -esta bien -entonces tomo las cosas. Ella sabia que necesitaba esa mochila. -¿Se encuentra bien? Asintió -Baje a merendar -James no está aquí -dijo -¿puede traerme la comida al cuarto? La mujer sonrió con un gesto casi cómplice -igual que siempre. Pero no lo olvide, si alguien pregunta… -Yo siempre como abajo Entonces la mujer de
Andrea no se quedo mucho tiempo aquel día en la noche, después de todo ya había sido muy tarde. Lyra no entendía porque le era tan difícil contarle a ella todo lo ultimo que acontecía con James. Suponía que… ella solo… solo no quería decepcionarla. ¿Qué pensaría sobre ella luego de eso? Se sentía de alguna forma avergonzada por no saber que hacer en toda esta situación. Solo quería definir mejor lo que le estaba pasando. Tener algo solido de lo que sujetarse. Tener suelo bajo sus pies. En la mañana se metió a bañar con agua caliente. Se seco el cabello y se vistió. Se puso una falda negra con unas medias de malla negra. Zapatos bajos, y una camiseta blanca manga corta. Un lazo oscuro le adornada el pecho. Y sus cabellos sueltos caían de forma desordenada a su espalda. Bajo rápidamente esperando ver a James. No sabía si debía disculparse por la interrupción del dia de ayer. Pero… si Andrea no llegaba ¿se iban a besar de nuevo? Sacudió su cabeza apenada, sus mejillas ardiendo de ve