Un día tranquilo y algo caluroso se hacía presenté y el solitario lobo, se encontraba en su forma humana, acostado en el sofá de la sala, con sus ojos cerrados mientras disfrutaba la paz.
La pequeña Esmeralda, se acercó lentamente al hombre y se arrodilló en el suelo, jugando con sus manos, algo nerviosa.
-Señor Telence.- llamó la pequeña al hombre que fruncio el ceño.
-Me vuelves a llamar así y despidete de tus cuerdas vocales, además, es Terence.- explicó, con fastidio.
Adiós paz y tranquilidad, los iba a extrañar.
-Señor lobo, ¿quiere jugar conmigo a algo?- preguntó la rubia, de manera tranquila.
El hombre abrió sus ojos y la miró, creyendo que lo dijo de broma para molestar un poco pero no, ella lucía sería.
-¿Qué me ves cara de querer jugar?- preguntó
El medio día se acercaba y nuevamente estaba lloviendo.En el solitario y arruinado castillo, el lobo con forma humanoide subía las escaleras hacía su habitación, con sus ojos amarillos del mismo enojó.Ésa cría humana lo ignoró cuando la llamó para desayunar y ahora casi estaba el almuerzo y no se levantaba.¿Dónde rayos creía que estaba que todavía no se levantaba?Ayer fue amable y le cumplió ése capricho de enseñarle a montar a caballo, pero que no se le suba a la cabeza, ésa era su casa y tenía que obedecer sus reglas, y una de ésas reglas era respetar cada hora de comer.
Una agradable mañana daba inició y el lobo feroz con forma humanoide, estaba todavía acostado, sintiendo el canto de las aves, la pereza de la mañana y la humedad en su cama.Nada era mejor que tener un agradable desper...Un momento, ¿cama húmeda?-¿Qué rayos?- preguntó el hombre mientras despertaba completamente, abría sus ojos y se sentaba en su cama, para perder toda la calma.Una gran mancha de algo mojando su cama, arruinó completamente su mañana.-¡Mocosa!Y los pájaros que cantaban, se fueron volando, asustados por el gritó
El feroz lobo caminaba lentamente por el bosque, con su respiración agitada y su mirada de depredador latente, tan aterradora en ése momento que hasta las aves de alrededor huían.Otros lobos se aliaron y le quisieron tender una trampa a él, el dueño de ése bosque, el ser más peligroso, para así tener su territorio pero logro acabar con todos, como siempre.Saliendo de la parte llena de árboles, diviso su hogar, donde en la entrada, en los tres escalones que había antes de la puerta principal, estaba sentada ésa niña humana, con su habitual caperuza roja puesta mientras abrazaba su tonto juguete de peluche.Se acercó más y más hasta quedar delante de ésa niña que lo ve
Un hombre con barba y bigotes, de cabello castaño, ojos azules, vestido de leñador y de gran altura, caminaba por el bosque con un rifle en manos.Se dice que en ése bosque nadie dentra por que es acechado por un temible lobo solitario que reclamó todo el lugar como parte de su territorio.Cuando era niño la historia decía que era el territorio de una bruja, pero ahora al parecer la historia fue cambiada y era un lobo.No sabía cual era verdad o sí una lo era, lo único que sabía es que era su deber acabar con cualquier posible amenaza que pueda acercarse a su familia un día.El hombre oyó leves sonidos y camino lentamente, evitando hacer ruido mientras
Una fuerte tormenta había dado inició, el viento era muy violento y el cielo era ilimitado una y otra vez.En ése punto la luz había cortado y el lobo feroz caminaba por su casa, con expresión seria y hasta algo de fastidio, con una vela que imulinaba levemente su camino.-Mocosa, fue sólo una broma, esta tormenta no la ocasiona ninguna malvada bruja que va tras las niñas que no quisieron comer todas sus verduras, llegandole de atrás en la oscuridad, rodeandole con sus manos, acariciando sus rostros con sus largas uñas para luego meterlas a una bolsa, llevársela a su casa y comerlas, siendo el viento, los estruendo y los rayos, el camuflaje perfecto para que nadie oiga los gritos de socorro de las niñas.- dijo el hombre, aguantando un poco la risa.Sólo se lo dijo por que no quiso terminar de comer todas sus verduras, pero casi al instante comenzó ésa tormenta y la
En el pueblo humano.El lobo con forma humanoide se encontraba en una panadería, con cara de disgusto al ver que exactamente cuando llegó, la mujer que atendía subió el precio de las cosas y fingió que era lo más normal del mundo.Tenía el suficiente dinero para pagar pero no podía aceptar éso.No era para presumir pero sabía que su apariencia era muy atractiva y no usarlo sería un desperdicio.Por suerte la cría humana se quedó en el carruaje con los caballos y no lo vería hacer éso.Acercándose a &
Lobo con forma humanoide y niña humana iban de regresó a casa, caminando tranquilamente los caballos que movían el carruaje.El silencio era hasta algo incómodo para Esmeralda que como todo niño, ya estaba muy aburrida por tanta calma.-Señor lobo, ¿está enojado?- preguntó la pequeña, mirando al rubio.-No.- respondió el hombre de manera seca y cortante, con su ceño fruncido.Claro que estaba enojado con ésa niña por ser tan pequeña y ya andar seduciendo a niños.Los niños humanos de hoy en d&
Por el bosque corría una niña con caperuza roja, lo mas rápido que podía mientras era seguida por dos grandes lobos, uno un poco mas grande que el otro.La verdad podían calzarla cuando quieran pero era tan divertido ver correr a su presa, intentando cuidar su patética vida, intentando negar que ése era su fín.La niña se detuvo al estar delante de una gran roca, sin salida ni escapatoria de sus cazadores.Volteo mientras recuperaba el aliento luego de tanto correr y vio a ésas bestias mirandola con hambre.Bueno, ya no tenía donde huir y aceptaba su destino, después de todo, renunció a su vida hace tiempo, cuando fue separada de su madre, pero… sería algo bueno que pudiese despedirse del señor lobo y darle las gracias por devolverle por un momento, un poco las ganas de vivir.-¿Por qué tu mirada no refleja miedo