Dejadme en paz

No sé cuanto tiempo llevo dormitando, y si, digo dormitando, porque lo que estoy haciendo no se puede llamar de otra manera. Mi cuerpo no está descansando, sino que más bien ha entrado en una especie de letargo del que le cuesta salir.

Ahora me siento un poco más espabilada, y a pesar de la niebla que empaña mi mente, algo me ha sacado del sopor en el que estaba sumida. Me giro hacia un lado, y veo a una mujer curándome las heridas.

- Perdóneme, señorita Emerald,  yo nunca quise que usted sufriera ningún mal.

- ¿Enfermera?

Trato de distinguir los rasgos de la buena mujer, pero me resulta imposible, pues va totalmente tapada. Su voz es idéntica a la de la enfermera de la manada, pero sé que eso no tiene ningún sentido, porque si fuera ella, no estaría aquí,

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo