Estoy nervioso, en todo mi tiempo al frente de mi manada, nunca he tenido que hacer una visita como la que mi Beta y yo vamos a hacer hoy. Hemos decidido afrontar los problemas de frente, y vamos a presentarnos en casa de nuestros atacantes.
Evidentemente, como no esperamos una buena recibida, iremos con varios guardias bien entrenados, y con nuestras armas. Además, tanto Michael como yo, somos perfectamente capaces de tumbar a varios hombres en una pelea cuerpo a cuerpo.
Busco en el armario, y saco una camiseta de color negro, me la pongo, y veo que me queda holgada, pero me gusta que sea grande, porque de este modo podré disimular el chaleco antibalas que quiero llevar puesto. No sé hasta que punto serán hostiles nuestros anfitriones, pero prefiero estar preparado para cualquier contingencia.
Acabo de vestirme, y tras revisar mi apariencia en el espejo de la habitación, cojo m
- De acuerdo, ¿podéis llevarnos hasta donde se encuentre vuestro Alfa?Veo que el guardia introduce la mano en en el pantalón, e inmediatamente me pongo alerta, es posible que trate de sacar un arma. Tal vez la llamada de teléfono era solo para solicita permiso para acabar con nosotros, quien sabe. En cambio, lo veo tendernos unos trapos de color negro. Cojo el que extiende hacia mi sin entender de qué se trata, y cuando lo examino de cerca, veo que me acaba de entregar un antifaz negro.- Poneoslos.- Mira, soy un Alfa, y ningún guardia puede socavar mi autoridad. He venido hasta aquí para discutir temas muy importantes con tu Alfa, y lo he hecho de buena fe, pero eso no implica que vaya a haceros caso, y me vaya a poner este antifaz, arriesgando mi vida, y lo que es más importante, la de mis hombres.El guardia ni siquiera me responde, se da la vuelta, y vuelve a llamar por teléfono. Tras un
En cuanto me desperté esa mañana, supe que algo no estaba bien. No sé el motivo, pero el hecho de que Vicenta estuviera recogiendo mi habitación, y el hecho de que hubiera una bandeja con algunas opciones de desayuno, me hizo pensar que algo iba mal en la manada.- Buenos días, Vicenta, me alegro de verte, pero ¿qué es todo este despliegue?- ¡Oh, señorita Emerald! Es que Alfa Denzel ha pedido que lo avise en cuanto pudiera venir a la habitación.- ¿De verdad?Yo intenté contener el nudo de mi estómago, y tragué saliva para parecer más tranquila, aunque realmente, era consciente de que las únicas situaciones en las que había recibido tantos mimos por parte de mi manada, habían sido cuando me habían envíado al internado; de hecho, en aquella ocasión, me mimaron más, y me sirvieron mi tarta de chocolate pre
Después de que Denzel me asegurara que no le importaría cuidar del hijo de su hermano, salió de mi habitación, y no me dio más detalles. Yo me quedé confundida, porque esperaba que me preparar algún tipo de contrato o algo así, alguna forma de garantizar que trataría a mi primer hijo, como al resto de la descendencia que tuviéramos juntos, pero no recibí semejante garantía.Después de eso, me pasé el día paseando por la casa, pensando en la decisión que tenía ante mi.Tras una visita rápida a la biblioteca, en la cual intenté leer varios libros, pero ninguno pudo captar mi interés, así que subo a mi habitación y encuentro a Danisa echando una siesta en mi cama.La zarandeo muy suavemente, preguntándole con la mirada qué está haciendo aqu&iacu
La boca de Alfa Denzel se deslizó por mi piel, chupando, besando y excitando, hasta que lo único que pude hacer, fue suplicarle que me marcara.Él se tomó su tiempo, me cubrió el cuerpo de besos, y cuando vio como frotaba mis piernas entre sí, para buscar un poco de alivio a mi excitación, me penetró muy suavemente, mientras me contemplaba. Yo me deshice de amor ante su mirada profunda, y él, mientras jadeaba mi nombre, deslizó sus labios por mi cuello, hasta alcanzar la clavícula y dejar su marca en mi cuerpo.Yo nunca había creído que la marca pudiera ser placentera, pero en ese instante descubrí que si. Mientras Denzel dejaba su impronta en mi piel, yo sentí como olas de inmenso placer me recorrían, hasta tal punto, que me dejé ir en un largo orgasmo que me dejó desmadejada por su intensidad.
Tardé casi una semana en darle una respuesta a Denzel, y no porque no deseara poner fecha a nuestra ceremonia de apareamiento, sino porque sentía que necesitaba tomarme un tiempo, expulsar de mi mente los infinitos recuerdos que aún pululaban en ella, y cuando al fin me sentí lista para ello, decidí que estaba lista para seguir adelante con mi vida. -Denzel.- murmuré una mañana, justo cuando empezaba a despuntar el sol.- he decidido como y cuando quiero que sea nuestra ceremonia de apareamiento. Él se frotó los ojos, bostezó, y me miró como si no entendiera de que le estaba hablando. - ¿Realmente tenemos que hablar de ello tan temprano? - Bueno, bueno, si no te apetece hablar de ello, no pasa nada,podemos tomarnos todo el tiempo que necesites. Me di la vuelta en la cama, fingiendo un enfado, y cerrando los ojos. Sabía que él reaccionaría inmediatamente. - Emerald, deja de poner mohines,
Después de la Hija del Alfa...Descubre el destino de Idris, en Luna Solitaria. Una historia independiente de la Hija del Alfa, pero que os contará la historia de lo que realmente sucede con Idris cuando se decide a abandonar su manada, y dejar la única vida que ha conocido atrás.¿Conseguirá localizarla Alfa Denzel? ¿Podrá esconderse para siempre? ¿Le deparará el futuro un verdadero compañero?Descubre su historia en los próximos capítulos que siguen a esta historia. En las próximas páginas, Idris descubrirá que vivir lejos de su manada puede llegar a ser muy peligroso, si, pero también muy... excitante.
Camila notó las primeras contracciones, que indicaban la inminente llegada de su bebé al mundo, a primera hora de la tarde. Maldijo entre dientes, porque era una tarde lluviosa, y porque su marido estaba fuera, ayudando al Alfa de la manada a cuidar de los siervos de los alrededores.Se dirigió hacia la casa que compartía con su marido, y con su hermana pequeña, y se sentó en una silla intentando aguantar el dolor.- Camila, ¿dónde estás? Me ha parecido escuchar el sonido de la puerta de entrada.Camila nunca se había sentido tan feliz como ahora al escuchar la voz de su hermana pequeña. La vio entrar en el salón, y se fijó en su joven rostro ovalado, y en su cabello rojizo cayendo sobre los hombros. Su expresión dulce adquirió un tono preocupado en cuanto vio a su hermana respirando entrecortadam
Diecinueve años despuésIdris se despertó con el sonido de un mensaje de móvil, y se incorporó en la cama con la sensación de que algo malo sucedía. Si alguien le hubiera preguntado, no habría sabido decir de qué se trataba, pero lo cierto es que la sensación le recorría las entrañas. Agarró su teléfono móvil,y vio un mensaje con una fotografía adjunta que hizo que su orgullo se partiera en pedazos. En la fotografía estaba el hombre que le había prometido fidelidad y seguridad, llevando a otra muchacha en brazos, y eso fue mucho más de lo que pudo soportar.Por supuesto, necesitaba confirmar personalmente que era cierto, por lo que salió de su cuarto aún en pijama, y bajó las escaleras a toda velocidad. No se molestó en saludar a nadie, simplemente bajó los escalones sin saludar a los prese