Después de que Denzel me asegurara que no le importaría cuidar del hijo de su hermano, salió de mi habitación, y no me dio más detalles. Yo me quedé confundida, porque esperaba que me preparar algún tipo de contrato o algo así, alguna forma de garantizar que trataría a mi primer hijo, como al resto de la descendencia que tuviéramos juntos, pero no recibí semejante garantía.
Después de eso, me pasé el día paseando por la casa, pensando en la decisión que tenía ante mi.
Tras una visita rápida a la biblioteca, en la cual intenté leer varios libros, pero ninguno pudo captar mi interés, así que subo a mi habitación y encuentro a Danisa echando una siesta en mi cama.
La zarandeo muy suavemente, preguntándole con la mirada qué está haciendo aqu&iacu
La boca de Alfa Denzel se deslizó por mi piel, chupando, besando y excitando, hasta que lo único que pude hacer, fue suplicarle que me marcara.Él se tomó su tiempo, me cubrió el cuerpo de besos, y cuando vio como frotaba mis piernas entre sí, para buscar un poco de alivio a mi excitación, me penetró muy suavemente, mientras me contemplaba. Yo me deshice de amor ante su mirada profunda, y él, mientras jadeaba mi nombre, deslizó sus labios por mi cuello, hasta alcanzar la clavícula y dejar su marca en mi cuerpo.Yo nunca había creído que la marca pudiera ser placentera, pero en ese instante descubrí que si. Mientras Denzel dejaba su impronta en mi piel, yo sentí como olas de inmenso placer me recorrían, hasta tal punto, que me dejé ir en un largo orgasmo que me dejó desmadejada por su intensidad.
Tardé casi una semana en darle una respuesta a Denzel, y no porque no deseara poner fecha a nuestra ceremonia de apareamiento, sino porque sentía que necesitaba tomarme un tiempo, expulsar de mi mente los infinitos recuerdos que aún pululaban en ella, y cuando al fin me sentí lista para ello, decidí que estaba lista para seguir adelante con mi vida. -Denzel.- murmuré una mañana, justo cuando empezaba a despuntar el sol.- he decidido como y cuando quiero que sea nuestra ceremonia de apareamiento. Él se frotó los ojos, bostezó, y me miró como si no entendiera de que le estaba hablando. - ¿Realmente tenemos que hablar de ello tan temprano? - Bueno, bueno, si no te apetece hablar de ello, no pasa nada,podemos tomarnos todo el tiempo que necesites. Me di la vuelta en la cama, fingiendo un enfado, y cerrando los ojos. Sabía que él reaccionaría inmediatamente. - Emerald, deja de poner mohines,
Después de la Hija del Alfa...Descubre el destino de Idris, en Luna Solitaria. Una historia independiente de la Hija del Alfa, pero que os contará la historia de lo que realmente sucede con Idris cuando se decide a abandonar su manada, y dejar la única vida que ha conocido atrás.¿Conseguirá localizarla Alfa Denzel? ¿Podrá esconderse para siempre? ¿Le deparará el futuro un verdadero compañero?Descubre su historia en los próximos capítulos que siguen a esta historia. En las próximas páginas, Idris descubrirá que vivir lejos de su manada puede llegar a ser muy peligroso, si, pero también muy... excitante.
Camila notó las primeras contracciones, que indicaban la inminente llegada de su bebé al mundo, a primera hora de la tarde. Maldijo entre dientes, porque era una tarde lluviosa, y porque su marido estaba fuera, ayudando al Alfa de la manada a cuidar de los siervos de los alrededores.Se dirigió hacia la casa que compartía con su marido, y con su hermana pequeña, y se sentó en una silla intentando aguantar el dolor.- Camila, ¿dónde estás? Me ha parecido escuchar el sonido de la puerta de entrada.Camila nunca se había sentido tan feliz como ahora al escuchar la voz de su hermana pequeña. La vio entrar en el salón, y se fijó en su joven rostro ovalado, y en su cabello rojizo cayendo sobre los hombros. Su expresión dulce adquirió un tono preocupado en cuanto vio a su hermana respirando entrecortadam
Diecinueve años despuésIdris se despertó con el sonido de un mensaje de móvil, y se incorporó en la cama con la sensación de que algo malo sucedía. Si alguien le hubiera preguntado, no habría sabido decir de qué se trataba, pero lo cierto es que la sensación le recorría las entrañas. Agarró su teléfono móvil,y vio un mensaje con una fotografía adjunta que hizo que su orgullo se partiera en pedazos. En la fotografía estaba el hombre que le había prometido fidelidad y seguridad, llevando a otra muchacha en brazos, y eso fue mucho más de lo que pudo soportar.Por supuesto, necesitaba confirmar personalmente que era cierto, por lo que salió de su cuarto aún en pijama, y bajó las escaleras a toda velocidad. No se molestó en saludar a nadie, simplemente bajó los escalones sin saludar a los prese
Mi madre se echó a llorar de una forma tan dramática, que no me quedó más remedio que acercarme a ella, y tratar de consolarla. Se fundió entre mis brazos, y me pidió que no me fuera de una forma casi demencial. Yo me mantuve firme, aunque he de reconocer que verla así me partía en dos por dentro. Yo nunca he querido otra cosa salvo una buena vida para mi, y para mi madre; pero hasta ahora, lo único que he hecho, ha sido darle trabajo y preocupaciones.- Idris.- dijo ella serenándose un poco.- si te vas a ir, no puedes hacerlo así, a lo loco, sin pensar, necesitas un plan.- Está bien, me parece razonable.- Si vas a abandonar esta casa, hay cosas que debes saber antes de irte.- ¿Qué clase de cosas? Ya sé que el mundo exterior es peligroso, pero sé cuidarme, y estoy perfectamente entrenada para vencer a cualquier lobo en batalla.- No me
Salir de la casa de la manada no fue difícil. Todos los miembros de seguridad con un mínimo de experiencia en el puesto estaban ocupados, por lo que salir de allí no fue muy complicado. Los pocos que quedaban al cargo de la manada eran muy jóvenes, e inexpertos, así que les dije como que no quiere la cosa que iba a hacer unos recados para el Alfa, y como mi cara les sonaba vagamente, me dejaron salir sin más preguntas.No es que el Alfa nos tenga retenidos, o nos prohiba salir de este recinto, de hecho, es más bien al contrario, él está de acuerdo con que vivamos nuestra vida libremente, y salamos fuera, o incluso abandonemos la casa. Pero en estos momentos no quería dar explicaciones, ya que sé que si hubiera dicho claramente que me iba para no volver, me hubieran atosigado a preguntas, y al final hubieran llamado a algún miembro de la manada con mayor nivel de responsabilidad, que me hubiera
- Hola, Bri, no te imaginas las ganas que tenía de verte. La mujer me miró de arriba a abajo, poniendo especial énfasis en mi cara, y después de escrutarse durante un par de minutos, se colocó las manos en las caderas, y me habló con toda sinceridad. - He de decirte la verdad, no tengo ni idea de quien eres. - Tranquila, es normal que no sepas quien soy. Soy Idris, me envía Alana. Me cuesta pronunciar su nombre, y busco la mejor forma de decir que nos conocemos, sin decirle que es mi madre, porque a estas horas, ya soy vagamente consciente de que ni es mi madre, ni yo soy la misma inocente de hace unos días. - Pasa, tenemos habitaciones libres, y aunque no las tuviéramos, para los amigos de Alana siempre hay un hueco. Brizna me lleva hasta una habitación con chimenea de leña, y el hecho de que esté encendida me reconforta, porque estoy helada después de pasar el día en el bosque. Me fijo en que no hay cama, ni mesita, ni nada de lo que