Capítulo 14 —RespuestasNarrador:El pasillo principal de la Fundación Duval estaba en silencio, salvo por el eco distante de pasos. Cédric cerró la puerta de su oficina con lentitud y, al girar, la vio. Colette estaba sentada en uno de los sillones del vestíbulo privado. Impecable como siempre, pero con la mirada perdida y la mano aún apoyada sobre el móvil, como si acabara de colgar. El gesto de su rostro no era habitual, no en ella. Cédric se acercó con cautela.—¿Todo bien?Colette levantó la mirada despacio. Sus labios ensayaron una sonrisa, pero ni siquiera se molestó en fingirla del todo.—He tenido una conversación desagradable —respondió —Nada grave. Solo agotadora.—¿Con alguien de la fundación? —preguntó él, sentándose a su lado.—No. Con mi hija Desirée. —Eso bastó para que se le helara la sangre en las venas, pero Cédric se mantuvo en silencio unos segundos. No preguntó más, solo la observó. —Ella cree que he cometido un error al ponerte al frente de esto —añadió Colette,
Capítulo 15 —He cometido un delitoNarrador:El reloj marcaba las once y media. Desirée acababa de terminar una reunión con el Fiscal en jefe por un acusado de fraude y tenía la cabeza a punto de estallar. Cerró el expediente, se quitó las gafas y masajeó el puente de la nariz cuando sonó el timbre interno de su línea.—¿Sí? —respondió con desgano.La voz de su secretaria sonó clara, profesional como siempre.—Hay una persona esperando. No dio su nombre. Dijo que prefería mantener el anonimato, dice que tiene información importante para la fiscalía. Quería hablar directamente contigo, si estás disponible.Desirée frunció el ceño. No era raro. Los informantes las delicados, los de asuntos oscuros y pesados, solían pedir discreción incluso antes de presentarse.—Hazlo pasar —dijo, aún sin sospechar nada.Se puso de pie, se acomodó la blusa blanca, recogió su cabello con un lápiz y se volvió hacia la puerta, con la expresión neutra que solía usar para no mostrar nada. Unos segundos despu
Capitulo 16 —Fue como un disparoNarrador:La clínica privada estaba ubicada en un edificio moderno, rodeada de ventanales de cristal y líneas limpias. Discreta, elegante, como todo lo que solía rodear al doctor Adrien Moreau. Cédric no había anunciado su llegada. Solo apareció en la recepción, pidió por él, y esperó.Adrien apareció a los pocos minutos, con una bata blanca abierta sobre la camisa arremangada, y la misma sonrisa de siempre.—Mira a quién tenemos aquí —dijo mientras le tendía la mano y lo atraía para un abrazo rápido —¿Te echaron ya de la fundación o solo vienes a respirar aire puro?—Necesito hablar contigo —dijo Cédric, serio.Adrien lo estudió por un segundo. Luego asintió.—Consultorio vacío. Cinco minutos.El lugar estaba silencioso. Apenas un leve murmullo detrás de las puertas cerradas. Adrien cerró con llave cuando entraron, se quitó la bata y se sentó en una de las sillas de descanso, con los pies sobre la mesa.—Dale, suéltalo.Cédric no sabía por dónde empez
Capítulo 17 —El mismo planetaNarrador:La tensión era tan feroz, que las velas sobre la mesa parecían arder más fuerte.Y en ese restaurante de lujo, en medio de una ciudad que no sabía nada, dos enemigos que ya se habían tenido desnudos… se comían ahora con los ojos, con palabras y con silencios.—¿Y tu primera esposa? —preguntó ella, sin miramientos.Cédric no pestañeó.—No hubo una primera esposa.—¿Entonces… nunca estuviste enamorado?—No de verdad.Desirée lo estudió en silencio. Apoyó los codos sobre la mesa, entrelazó los dedos y dejó caer el mentón sobre ellos.—¿Y ahora? ¿Con mi madre?—No hay amor. Solo un acuerdo. Lo dije antes.—¿Y te alcanza?—Me alcanzaba —respondió, mirándola fijo —Hasta que apareciste tú.Desirée tragó saliva, pero mantuvo el gesto firme.—¿Qué viste en mí esa noche?—Todo lo que me faltaba.Ella soltó una risa seca.—Eso suena tan poético como patético.—Lo es —admitió —Pero no por eso deja de ser cierto.La copa de vino giraba lentamente entre los d
Capítulo 18 —El documentoNarrador:El celular vibró sobre el escritorio justo cuando Desirée intentaba concentrarse en un informe judicial. El nombre en pantalla la hizo tensarse. Charlotte.Resopló, cerró los ojos un segundo y contestó.—¿Qué quieres?—Te envié un correo —dijo la voz de su madre al otro lado—. Necesito que lo revises cuanto antes.Desirée alzó una ceja, fastidiada.—¿Y ahora qué es tan urgente?—Los estatutos de la Fundación. Hay una cláusula que necesito que leas.—¿No podías decírmelo por mensaje?—No. Necesito que lo leas tú. Eres abogada. Y, aunque lo hayas olvidado, aún llevas el apellido Duval.Desirée apretó los dientes.—¿Cuál cláusula?—La número seis, por lo que interpreto la presidencia debe ser tuya.—¿Y por qué justamente ahora?—Porque no puedo seguir fingiendo que tengo fuerzas para encargarme de esto —dijo Charlotte, sin alterar el tono —Porque no puedo ser presidenta de una institución que, por ley, me está vedada. Estuve presa, Desirée. Tengo antec
Capítulo 19 —AceptoNarrador:Marcó el número con los labios apretados. No necesitó practicar lo que iba a decir. Ya lo había hecho en su cabeza veinte veces, mientras Margot la obligaba a pensar con el corazón en vez de con las piernas.La voz de Charlotte sonó al segundo tono, como si estuviera esperando esa llamada.—¿Sí?—Acepto —dijo Desirée, sin rodeos.El silencio fue breve. Calculado.—¿Estás segura?—No. Pero lo voy a hacer igual.—Bien. Me alegra oír eso.—No te alegra nada. Solo te da alivio.—Es cierto —admitió —Pero aún así… gracias.—No lo hago por ti. Lo hago por él; por papá y por todo lo que construyó.—Lo sé. —Hubo una pausa. Tensa. Como si una de las dos tuviera algo más para decir… y no se animara. Charlotte lo dijo primero. —Cédric está en un simposio en esa ciudad. Justo esta semana. Podrías encontrarte con él, discutir los términos y…—No. —La interrupción fue seca, definitiva.—Desirée…—Dime dónde es. El lugar, la hora. Pero no le digas nada.—¿Perdón?—No qui
Capítulo 20 —El deseo no entiende de protocolosNarrador:Al día siguiente, Desirée esperaba en la acera, justo frente a la entrada lateral del Hotel Delacroix. El sol se se había ocultado y la ciudad estaba teñida con esos colores cálidos que solo hacían más insoportable la contradicción que le ardía bajo la piel.No iba a entrar, no pensaba escucharlo otra vez proyectando su voz desde el escenario, ni verlo rodeado de admiradores, ni soportar cómo la devoraban los ojos ajenos cada vez que alguien la reconocía. Solo iba a esperar. Y cuando lo vio salir, se escabulló entre el vaivén de médicos y asistentes, y no dudó, dio dos pasos al frente, lo detuvo con la mirada. Cédric frenó en seco.Había sonrisas a su alrededor, murmullos, saludos. Pero para él, en ese instante, solo existía ella. Desirée. De pie con los brazos cruzados, la chaqueta ajustada al cuerpo y el rostro tallado en mármol.—Desirée... —dejó escapar en casi un murmullo —Que agradeble sorpresa verte hy tambiénNo había d
Capítulo 21 —Socia y castigoNarrador:El despertador no había sonado. Ni falta hacía.Desirée ya estaba despierta, sentada al borde de la cama con los pies en el suelo y las manos cerradas sobre las rodillas. No había dormido. O al menos no lo suficiente como para que su cuerpo lo notara. Tenía el rostro cansado, los ojos secos y una sola idea fija atravesándole la cabeza.Se puso de pie con decisión, cruzó el dormitorio en silencio y tomó el celular del escritorio.Marcó sin pensarlo.—¿Margot?La voz de su amiga sonó apagada del otro lado de la línea.—¿Desirée? ¿Qué hora es?—Necesito que me consigas un vuelo. Hoy.Margot tardó un segundo en reaccionar.—¿A dónde?—A la Fundación. No importa el horario, no importa si es conexión o directo. Lo antes posible.—¿Estás bien?—Estoy decidida. Eso es suficiente.—Entendido —dijo Margot, más alerta ahora —Dame veinte minutos.—Gracias.Cortó sin decir nada más. Luego se quedó mirando la pantalla del celular durante un largo segundo.Y re