La noche había caído sobre el reino hacía varias horas, Erick aun no podía conciliar el sueño, Judasan se había marchado temprano a alistarse para el viaje así que no tenía con quien hablar.
Partirían el día siguiente y no volverían a pisar aquel lugar nunca más. Se sentó planteándose la idea de intentar convencer a Arelis, pero sabía que quedarse no estaba en manos de la guardiana, volvió a dejarse caer en la cama, todo lo que había hecho era recordar a Arelis y lo que le había dicho Sinor, sus palabras lo llenaban de gozo pero recordar que ella jamás accedería a convertirse en su pareja lo desanimaba. Cerró los ojos tratando de dormir pero nuevamente se sintió frustrado al no poder lograrlo “Arelis
Judasan busco con desespero a algún sanador, el salon de cuidados estaba totalmente vacío, no había rastro de nadie por allí, las mesas, las camas y los utensilios estaban volcados; señal de que los paganos habían pasado por ahí, llamó a gritos a alguien pero nadie apareció, busco salón por salón puerta por puerta, pero parecía que todos en el reino se habían esfumado. Se dirigió hacia la torre del consejo, busco las pociones que ellos tomaban cuando caían heridos, pero quedaban pocas, las tomo todas y corrió de vuelta hacia la casa real, en el camino se topó con Sinor, estaba terriblemente herido, le costaba caminar y en cualquier momento se desmayaría, lo sostuvo cuidadosamente y lo llevó hasta la habitación de príncipe.-Arelis- dijo entrando sin aviso- no he
-Su majestad- entró el jefe del consejo con un a gran sonrisa- el reino de los piratas está a punto de caer- le tendió un gran pergamino al joven rey, los azules ojos del rey detallaron el papel sin tomarlo.-¿De que se trata?- preguntó sin moverse, el consejero desenrollo el pergamino y le mostró. Era una series de mapas de todo el reino pirata-Las equis son cada uno de los puntos que nuestros ejércitos ha tomado. Actualmente, el rey solo ha mandado a proteger la ciudad principal, en donde se encuentra el castillo central- explicó el consejerose ha filtrado la noticia que el joven heredero está herido de muerte, sus días están contados-¿Hay noticias de la princesa?<
Sinor observó la nota de Arelis, se preguntó porqué había tardado tanto en llegar, se levantó sin pensarlo y se colocó su ropa de viaje y un par de armas. Era entrada la noche, esperaba que Arelis continuara con vida. Salió a su encuentro. Anduvo un par de horas hasta que la divisó recostada en una piedra, se veía cansada y un par de ojeras grandes se dibujan alrededor de sus ojos. Unos cuantos soldados la ayudaron a ponerse de pie, se aproximo rápidamente a ellos pero dos de ellos le cerraron el paso apuntándole con sus armas, al verlo, Arelis lo reconoció y pidió que lo dejaran pasar.-¿Pero qué locuras haces?- preguntó tomándola en brazos- ¿quieres morir?-No-Pues si sigues asi te v
Arelis sintió que acariciaban su cabeza, alzó la mirada y se encontró con aquellos ojos violeta que recordaba.-Por favor- suplico al borde del colapso-Mi querida niña- respondió una voz femenina bajo aquel gran abrigo de piel- si tan solo me escucharas cuando debes- Arelis se sujetó de las rodillas de la mujer, no podía verle el rostro pues iba cubierta de pies a cabeza pero sabía que era ella.-Por favor, permítame salvarlo una vez más- Jadu la ayudó a ponerse de pie sosteniéndola del brazo-Pero que cosas dices- la abrazo con cariño- en la condición que estas y ¿aun te sigues preocupando por el?-Por favor- Arelis se s
Arelis sintió sus párpados pesados, algo pesado rodeaba su cintura y un aire cálido chocaba contra sus labios. Abrió los ojos lentamente, se sobresaltó al notar la situación en la que se encontraba. Lo primero que vio fue la boca del príncipe, su rostro estaba a menos de un centímetro de distancia y tenía su brazo sobre su cuerpo, Arelis se dio cuenta que sus manos estaban sobre el pecho desnudo del heredero, se apresuró a levantarse cuidadosamente, no quería pasar por la vergonzosa situación de despertar al príncipe, sobre todo porque sabía que él disfrutaría viéndola tan avergonzada, sin embargo el brazo del príncipe alrededor de su cintura era firme, cuando intento moverlo el príncipe la pegó más hacia el. El corazón de Arelis parecía que iba a salirse de su pecho, aquello era mucho m&aacut
La sangre brotaba de cada una de las heridas del cuerpo, los ojos desorbitados por el dolor, un eterno grito silencioso que nunca logró salir.Un sentimiento de impotencia la invadió al ver que solo era una niña de cinco años no podía evitar nada de lo que estaba sucediendo. Su madre estaba muerta, ya no sufría, ya no sentía dolor, pero sus ojos inertes la miraban, con tristeza. Escucho el nefasto ruido que genera la carne al ser desgarrada, cientos de manos tratando de obtener una presa de su víctima. Vómito ante la escena un par de veces, el estómago se le revolvía al ver como su madre empezó a desaparecer hasta convertirse en un puñado de huesos.Vio la satisfacción en los ojos de aquellos seres que devoraron a su madre viva, vio el d
-¿Y ahora que le está sucediendo?- preguntó el príncipe-No lo sé- respondió confundido Sinor- se supone que si pasa la prueba magia le perdonara la vida-¿La… pase?- pronunció con dificultad Arelis antes de desmayarse.Sinor colocó a la joven el la cama, la observo con tristeza, el estado en el que se encontraba la guardiana era en parte culpa suya por haberla perdido de vista. Le preocupaba que la magia no tuviera piedad de ella, muy pocos guardianes sobrevivía a una prueba de magia.Erick observó cuidadosamente al guardián, le molestaba la cercanía que tenia con Arelis; aunque sabia que gracias a Sinor se había enterado de los sentimientos que Arelis ten&iacu
Arelis se levanto feliz. Después de tantos años sintió que finalmente tenía algo que quería hacer. Se bañó y se puso su uniforme; a pesar de que era muy temprano prefirió no volver a la cama ya que no podía dormir, el príncipe le había dicho que debía darle algo importante.Arelis se sentía diferente, desde que el príncipe y ella había tenido aquella conversación las cosas habían cambiado mucho, el rey se había vuelto realmente agradable con ella y constantemente le decía que ella era como una hija para él; después de ese día empezó a sentirse en familia poco a poco.Sinor la visito seguido, a ella le alegraba ver bien al guardián y él parecía alegrarse al ver la bien a ella.