Eres mala...

Ya no viven en el mismo lugar, ahora viven en una casa más pequeña y llevan un perfil bajo.

"Señorita, quítese los zapatos si entra a una casa ajena, mi esposa no limpia los pisos para que vengan a ensuciarlos" protestó mi padre mientras sostenía el trapeador en la mano, y mi madre no dejaba de sonreír. "Pasa, mi amor". Papá me ayudó a quitarme los zapatos y entramos a la casa.

Montserrat se quitó los zapatos y caminamos hacia la sala.

"¿Quieren que les traiga un vaso de jugo de naranja?" preguntó mamá.

"Gracias, señora" mencionó Montserrat.

"Sí, mamá" acaricié mi vientre mientras mi pequeña bebé se movía mucho.

Mamá nos trajo galletas, leche y agua de plátano.

El agua de plátano es mi favorita.

"Aquí podrás quedarte el tiempo que quieras. Mis padres son algo extremos de vez en cuando, pero estarás bien aquí mientras hablo con Dylan y te podemos llevar a otro lugar".

"Gracias por la ayuda. No quiero meter a tus padres en problemas si mi padre se entera de dónde estoy" ella se pus
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