—¡Tenemos que hablar! —gritó Kitt en medio de la cena de esa noche, sorprendiendo a todos, ya que normalmente se dedicaba a comer a dos manos y tratar de jugar videojuegos a escondidas de su madre. —¿Qué pasa ahora, hijo? ¿Te sientes bien? —Kate se espantó de inmediato de solo pensar que podría haber vuelto a enfermar. —Nop, estoy mejor que nunca de salud, ¡lo cual me viene súper bien, en el mejor momento, por que pronto tendré un partido amistoso entre compañeros del club de futbol! Se decidirá al nuevo capitán, ¡y yo soy de los favoritos! —¡Qué bien, Kitt! —exclamó Iris de inmediato, haciendo que él le sonriera con simpatía como rara vez hacía, aunque cada vez era más y más común de su parte, por suerte. —Te felicito, hijo. —Kate le sonrió sinceramente. A veces le preocupaba que jugara futbol ya que debía estar en constante contacto con el piso, los otros jugadores y hasta podían lastimarlo, pero ella amaba el futbol tanto como él, ella fue la que le inspiró esa pasión por el
—Entonces ¿cuándo te darán el puesto de capitán? —preguntó Iris a Kitt mientras regresaban a la mansión en el auto de su padre acompañados por su madre también. —El equipo todavía debe discutir algunas cosas, pero tampoco es que el cambio sea oficial pronto, debo esperar a que el actual capitán pase de año porque ya se va a secundaria, y mientras me va a enseñar todo lo que necesito saber, si gano… aunque bueno, creo que ya es bastante obvio que gane. —Sonrió con algo de arrogancia, haciendo a Iris reír. —Bueno, sin duda fuiste el mejor de todos, y estar confiado es importante, pero trata de ser más humilde. —Le palmeó la cabeza, mientras que Kitt solo bufó. Kate los miró con una sonrisa, volteando a ver de reojo a Ethan, que igual sonreía con suavidad, contento de ver que esos dos se llevaran medianamente bien como hermanos. Al llegar a la mansión, Kitt corrió con sus mascotas para darles la buena noticia, ya que amaba tanto a sus mascotas que siempre les contaba todo, e Iris d
La cena de celebración con Kitt por haber ganado su partido de futbol fue menos incómoda de lo que Kate esperó, sorprendentemente. Su hijo estaba muy feliz y comió a dos manos, Iris no dejaba de querer mimarlo y Kitt por una vez no parecía muy descontento con eso, para alegría de Kate. De verdad la hacía sentir muy feliz ver que sus hijos podían llevarse bien. La verdad la cena la relajó mucho, pero no pudo dejar de sentirse nerviosa mientras los minutos avanzaban, sabiendo que luego tendría que enfrentar a Ethan. En cuanto terminó la cena, decidió llevar a su hijo a dormir, ignorando sus protestas de que ya era grande y podía irse a la cama solo. —Vamos, deja que mamá te cuente un cuento como cuando eras pequeño, por favor —casi que le suplicó, en parte por que de verdad quería hacerlo y en parte por que quería retrasar lo más posible el momento de tener que ir a hablar con Ethan. —Ay, está bien… —Por suerte, Kitt no se le resistió demasiado, ya que este día estaba de tan bue
—Ethan… —La voz de Kate tembló—. Aquel día… Aquel día David… —Tragó saliva—. David me dio… ¿De verdad lo haría? ¿De verdad le diría que David cometió el terrible y asqueroso acto de darle una droga para someterla? Aunque la droga no era fuerte y solo actuaba unos minutos, aunque fue solo lo suficiente para que Ethan llegara a verla y así arruinarles la vida, seguía siendo un acto prácticamente criminal, quizás no condenable por un juez penal, pero sí por un juez civil. Pero Ethan no solo iba a querer demandar a David si se enteraba, ¡iba a matarlo! Y David fue el que la ayudó en sus peores momentos, sí, claro que fue por que se sentía culpable y por que en verdad era su culpa todo lo que pasó entre ellos, pero Kate no era una desagradecida como para no valorar que si no fuera por la ayuda de David ahora mismo su hijo quizás ya habría sucumbido a su enfermedad. Y la culpa de que su hijo estuviera enfermo no era de nadie más que de ella, por no cuidarse y por ser tan estúpida com
Ethan siguió abrazando a Kate hasta que la sintió quedarse dormida, entonces la cargó en sus brazos y la llevó hasta su habitación, donde la recostó en su cama y la cubrió con las mantas, para luego sentarse a su lado y contemplarla con ojos suaves. Sentía que un peso se había levantado de su pecho, después de ocho años sintiendo que la vida no dejaba de arrastrarlo a un pozo oscuro sin salida, por fin se sentía libre de respirar sin sentir que se estaba hundiendo cada vez más y más en la oscuridad, en la amargura, en el rencor, en la incertidumbre de qué hubiera pasado si le hubiera creído en su momento. En estas semanas a su lado, conviviendo con ella, viendo lo maravillosa que era incluso aunque su rencor prevalecía, recordó todos los años que pasaron juntos, lo mucho que se conocían el uno al otro, lo mucho que se apoyaron en sus peores momentos, lo mucho que… que la amaba. Habían cambiado, los dos, tanto él como ella, por supuesto que habían cambiado un poco en esos ocho añ
Kate permaneció recostada en la cama, y en cuanto se levantó sintió un mareo considerable que la hizo volver a sentarse. Se sentía medio mal, aun así se levantó a ordenar un poco su habitación y luego bajó a desayunar, pero se tambaleó mucho y al final Iris la interceptó y la obligó a volver a la cama, le llevó el desayuno y le dijo que debería llamar a Mirian para que la atendiera. Kate efectivamente llamó a Mirian, que le dijo que debía quedarse en cama a descansar. Kate quiso protestar que no le parecía buena idea no ir a trabajar a la clínica solo por unos mareos, pero Mirian la dejó muy callada cuando le recordó que era por el bien de su bebé, para cuidarlo adecuadamente, eso la hizo reflexionar y aceptar hacer reposo, ya que lo último que quería era hacerle mal a otro bebé por culpa de sus descuidos. Sus hijos fueron a despedirla antes de irse a la escuela, y luego Kate se quedó sola, sola con sus pensamientos… Y comenzó a pensar, a pensar sobre todo en su situación con
Llegó el cumpleaños de Ethan y, para sorpresa de Kate, él realmente se quedó para desayunar con ellas por una vez, a diferencia de los otros días en los que a veces ni siquiera les daba los buenos días y se iba incluso de madrugada a su trabajo. De todas maneras, no se quedó por su esposa, no, se quedó por su hija, le prestaba mucha más atención a Iris que a Kate, pero ella estaba bien con eso o, mejor dicho, no es que estuviera bien con eso, si no que ya estaba resignada a que las cosas eran así, a que la prioridad de Ethan era primero el trabajo, luego Iris, y a lo último de todo ella, su esposa. De cualquier forma, a pesar de todo Kate aún tenía la pequeña esperanza de que Ethan le dedicara algo de su tiempo ese día, ya que en todos sus cumpleaños desde que empezaron a ser novios pasaban sus cumpleaños juntos, y ahora, aunque su relación no fuera la mejor, solo esperaba que en la noche pudiera tener su propio momento con él. Hace meses que no la tocaba y lo extrañaba muchísimo.
Antes de que Ethan pudiera siquiera darse cuenta, ese breve periodo de paz con el montón de problemas de su trabajo pasó, volvieron los problemas, volvió a tener que concentrarse en su trabajo y no pudo arreglar las cosas con su mujer. La competencia, las empresas rivales que lo metieron en este problema en primer lugar, en especial la principal empresa competidora, estaba decidida a aplastarlo de una vez por todas, y sí flaqueaba en su empresa ahora, todo el trabajo de su vida se iría al diablo. Debido a ese problema, tuvo que concentrarse casi al cien por ciento en su negocio, el trabajo comenzó a ocupar todo su tiempo, solo dejándole muy pocas horas a la semana para poder pasar tiempo junto a Iris, y por desgracia no le quedó nada de tiempo para pasarlo con su esposa, aunque la verdad de todos modos parecía que ella no quería pasar tiempo con él, siempre estaba discutiendo con él y quejándose por todo, incluso de cosas sin sentido. Las pocas veces que tenía al menos unos pocos