—Ethan… —La voz de Kate tembló—. Aquel día… Aquel día David… —Tragó saliva—. David me dio… ¿De verdad lo haría? ¿De verdad le diría que David cometió el terrible y asqueroso acto de darle una droga para someterla? Aunque la droga no era fuerte y solo actuaba unos minutos, aunque fue solo lo suficiente para que Ethan llegara a verla y así arruinarles la vida, seguía siendo un acto prácticamente criminal, quizás no condenable por un juez penal, pero sí por un juez civil. Pero Ethan no solo iba a querer demandar a David si se enteraba, ¡iba a matarlo! Y David fue el que la ayudó en sus peores momentos, sí, claro que fue por que se sentía culpable y por que en verdad era su culpa todo lo que pasó entre ellos, pero Kate no era una desagradecida como para no valorar que si no fuera por la ayuda de David ahora mismo su hijo quizás ya habría sucumbido a su enfermedad. Y la culpa de que su hijo estuviera enfermo no era de nadie más que de ella, por no cuidarse y por ser tan estúpida com
Ethan siguió abrazando a Kate hasta que la sintió quedarse dormida, entonces la cargó en sus brazos y la llevó hasta su habitación, donde la recostó en su cama y la cubrió con las mantas, para luego sentarse a su lado y contemplarla con ojos suaves. Sentía que un peso se había levantado de su pecho, después de ocho años sintiendo que la vida no dejaba de arrastrarlo a un pozo oscuro sin salida, por fin se sentía libre de respirar sin sentir que se estaba hundiendo cada vez más y más en la oscuridad, en la amargura, en el rencor, en la incertidumbre de qué hubiera pasado si le hubiera creído en su momento. En estas semanas a su lado, conviviendo con ella, viendo lo maravillosa que era incluso aunque su rencor prevalecía, recordó todos los años que pasaron juntos, lo mucho que se conocían el uno al otro, lo mucho que se apoyaron en sus peores momentos, lo mucho que… que la amaba. Habían cambiado, los dos, tanto él como ella, por supuesto que habían cambiado un poco en esos ocho añ
Kate permaneció recostada en la cama, y en cuanto se levantó sintió un mareo considerable que la hizo volver a sentarse. Se sentía medio mal, aun así se levantó a ordenar un poco su habitación y luego bajó a desayunar, pero se tambaleó mucho y al final Iris la interceptó y la obligó a volver a la cama, le llevó el desayuno y le dijo que debería llamar a Mirian para que la atendiera. Kate efectivamente llamó a Mirian, que le dijo que debía quedarse en cama a descansar. Kate quiso protestar que no le parecía buena idea no ir a trabajar a la clínica solo por unos mareos, pero Mirian la dejó muy callada cuando le recordó que era por el bien de su bebé, para cuidarlo adecuadamente, eso la hizo reflexionar y aceptar hacer reposo, ya que lo último que quería era hacerle mal a otro bebé por culpa de sus descuidos. Sus hijos fueron a despedirla antes de irse a la escuela, y luego Kate se quedó sola, sola con sus pensamientos… Y comenzó a pensar, a pensar sobre todo en su situación con
Llegó el cumpleaños de Ethan y, para sorpresa de Kate, él realmente se quedó para desayunar con ellas por una vez, a diferencia de los otros días en los que a veces ni siquiera les daba los buenos días y se iba incluso de madrugada a su trabajo. De todas maneras, no se quedó por su esposa, no, se quedó por su hija, le prestaba mucha más atención a Iris que a Kate, pero ella estaba bien con eso o, mejor dicho, no es que estuviera bien con eso, si no que ya estaba resignada a que las cosas eran así, a que la prioridad de Ethan era primero el trabajo, luego Iris, y a lo último de todo ella, su esposa. De cualquier forma, a pesar de todo Kate aún tenía la pequeña esperanza de que Ethan le dedicara algo de su tiempo ese día, ya que en todos sus cumpleaños desde que empezaron a ser novios pasaban sus cumpleaños juntos, y ahora, aunque su relación no fuera la mejor, solo esperaba que en la noche pudiera tener su propio momento con él. Hace meses que no la tocaba y lo extrañaba muchísimo.
Antes de que Ethan pudiera siquiera darse cuenta, ese breve periodo de paz con el montón de problemas de su trabajo pasó, volvieron los problemas, volvió a tener que concentrarse en su trabajo y no pudo arreglar las cosas con su mujer. La competencia, las empresas rivales que lo metieron en este problema en primer lugar, en especial la principal empresa competidora, estaba decidida a aplastarlo de una vez por todas, y sí flaqueaba en su empresa ahora, todo el trabajo de su vida se iría al diablo. Debido a ese problema, tuvo que concentrarse casi al cien por ciento en su negocio, el trabajo comenzó a ocupar todo su tiempo, solo dejándole muy pocas horas a la semana para poder pasar tiempo junto a Iris, y por desgracia no le quedó nada de tiempo para pasarlo con su esposa, aunque la verdad de todos modos parecía que ella no quería pasar tiempo con él, siempre estaba discutiendo con él y quejándose por todo, incluso de cosas sin sentido. Las pocas veces que tenía al menos unos pocos
Al sentir una mano acariciar con gentileza su rostro la mañana de un nuevo día, Kate abrió los ojos y por un momento se preguntó sí todavía no había despertado, porque ver a su esposo a su lado en la mañana, mirándola con esos ojos cálidos y esa sonrisa suave que tanto extrañaba, parecía tan irreal que de inmediato creyó que solo podía ser un sueño.—¿Ethan? —Lo miró con ojos desorbitados.—…Buenos días, mi amor. —Eso fue todo lo que dijo, antes de juntar sus labios con los suyos.Ella jadeó, dándose cuenta de lo mucho que había extrañado esto. Cerró los ojos y le correspondió desesperadamente, enredando sus brazos alrededor de su nuca cuando lo sintió alejarse, jalándolo para que se quedara un poco más, que la besara un poco más. Sus ojos se aguaron, pero se prohibió derramar lágrimas y siguió besándolo hasta que se quedó sin aire.—Buenos días… —contestó felizmente, sorprendida, rogando a todos los cielos el no estar soñando y que todo finalmente haya regresado a la normalidad, a es
Kate llegó casi brincando de alegría a su casa, corriendo a su habitación y buscando entre sus ropas más elegantes, totalmente ilusionada por la cita que tendría hoy con su marido, la cita que podría ser la salvación para su matrimonio después de tantos meses de crisis y de haber estado al borde del divorcio y la terrible separación de su familia, pero ahora con su aniversario tenía la esperanza de por fin solucionar esta terrible situación. Encontró un vestido que él compró para ella el año anterior y decidió que llevaría ese. Se duchó y cuando se miró al espejo hizo una mueca de desagrado. Seguía sintiéndose mal consigo misma, todo este tiempo creyendo que su esposo la encontraba desagradable seguía haciendo mella en ella, pero sí Ethan aún la amaba entonces no podía estar tan mal ¿verdad? Y sí él no la amaba no habría planeado esta cena romántica para ellos.Suspiró y alejó las inseguridades de su mente, repitiéndose que él la había invitado por que todavía la encontraba atractiva
Apenas su abogado pagó la fianza y logró salir de esa infernal estación de policías, Ethan recuperó sus cosas y salió corriendo hacia su auto, sin dejar de maldecir en voz baja ni un segundo, maldiciéndose tanto a sí mismo como a la empresa rival que lo metió en este problema que bien podría arruinar su matrimonio.Kate iba a matarlo. Debería haberla llamado a ella para que le trajera a su abogado y pagara la fianza,en vez de llamar directamente a su abogado, para que así su esposa supiera que no había podido evitar faltar a su cita no por que no quisiera, sino por que una empresa rival lo había mandado a prisión de forma totalmente infundada. No obstante, no estaba pensando bien y decidió usar su única llamada para contactar a su abogado... y también porque, debía admitirlo, no quería que ella se enterará de todos estos problemas aún, y menos de esta forma tan horrible. Ahora quién sabe lo que estuviera pensando de él.Pasó por el restaurante y maldijo al no verla allí, pero habían p