Después de tener una cena tardía, Iris golpeó a la habitación de Kim sabiendo que aunque fuera casi medianoche ella estaría despierta. Efectivamente lo estaba y le abrió con una gran sonrisa, detrás de ella Erick jugaba con una consola sentado en el suelo.—¡Fresita, querida! ¡¿Cómo te fue con el pequeño gruñón que tienes por hermao?! Estuvimos esperándote.— la dejó pasar, pero Iris le impidió cerrar la puerta con una expresión muy seria. –Uhh… ¿Fresita?—Necesito hablar contigo. A solas. —Miró intencionalmente a Erick, que chasqueó la lengua y no se movió—. ¡Ya veté, Erick! Esto es conversación privada de mejores amigas.—Agh, ustedes últimamente siempre me excluyen —se quejó mientras se ponía en pie—. Bien, me iré ahora, pero no pueden mantenerme en la oscuridad por siempre. No pueden guardarme secretos ni… —Iris le cerró la puerta en la cara.—Wow, parece que tienes algo muy importante de lo que hablar sí sacas a patadas a tu amorcito —señaló Kim luciendo impresionada.—¡No es mi a
Mientras Ethan trabajaba, no podía evitar que varias dudas asaltaran su mente. ¿Cómo estaría su hijo? Sabía que ya lo habían enviado a casa, cosa que lo hacía sentir muy aliviado. Estaba algo ofendido de que Kate no se lo dijera, él mismo tuvo que llamar a la clínica Quincy y en un principio la que atendió la llamada fue Mirian, que lo mandó al diablo y no le dio ninguna información, por lo que esperó un tiempo antes de volver a llamar y por suerte en esa segunda ocasión contestó el Dr. Quincy. Ryan Quincy era un hombre sensato al que siempre le gustó actuar de manera neutral ante los conflictos, Ethan bien lo sabía porque conocía a Kate y su familia desde muy joven, y el Dr. Quincy solía ser amigo del hermano mayor de Kate. No era tan ingenuo como para creer que le agradaba, ya que era amigo de Kate y todos sabían que él fue el idiota que la abandonó embarazada, pero al menos sabía que el Dr. Quincy era capaz de empatizar con él como padre. La verdad le sorprendía que no lo
—¡KITT! ¡KITT, HIJO! —Al escuchar los gritos frenéticos de su madre, el niño de ocho años levantó la vista del video de gatitos que estaba viendo en su nuevo reproductor y salió corriendo fuera de su habitación luego de dejarlo cuidadosamente en la cama (adoraba mucho su nuevo reproductor). —¡¿Qué ocurre, mamá?! —gritó bajando las escaleras, ignorando el dolor todavía persistente en su garganta. Al llegar a la cocina, se quedó con la boca abierta al ver el lugar lleno de humo y fuego arrastrándose por la puerta y la pared que daba al patio. —Mamá… ¿volviste a quemar la cocina? —La miró con reproche, ya que la única otra vez que vio tanto humo fue cuando se le quemó el pollo. Creía que quizás esta vez hizo algo peor, pero al ver su mirada severa supo que era algo mucho más grave y no debería haber abierto la bocota. —¡Este no es momento para bromas, jovencito! —le dio un pequeño golpe en la cabeza. —¡Rápido, toma a todas tus mascotas y sal afuera! —ordenó con voz frenética, tomand
Ethan estaba preocupado. Más que muy preocupado en muchos sentidos.Después de recibir la llamada de Kate y escuchar que su casa se estaba incendiando, salió de su oficina corriendo sin dar explicaciones a nadie. Desafortunadamente su lugar de trabajo no estaba tan cerca de su casa como la mansión, así que tardó más de lo que quería a pesar de ir muy por encima del límite de velocidad, sin importarle nada más que llegar.Cuando llegó y vio todo ese humo casi tiene un ataque por la preocupación y el miedo, pero el alivio lo invadió al ver a su hijo y a su ex mujer a salvo en la acera. Sin embargo, volvió a preocuparse al ver al pequeño llorando de forma tan desconsolada.Le partía el corazón ver a ese niño normalmente tan vivaz, y tan malhumorado, de esa forma… tan triste… Aquel perro estaba desangrándose, y su hijo estaba llorando de esa forma por eso, así que de inmediato decidió que intentaría salvarlo a cualquier costo. Pero al enterarse que el animal salvó a su hijo de un secues
Iris estaba muy aburrida encerrada en su habitación leyendo un libro al azar que sacó de la biblioteca recién reinstalada, solo esperando que sea la hora de la cena.Las vacaciones no eran tan divertidas cuando tu padre sobreprotector te había prohibido salir de casa. Ni siquiera tenía clases de artes marciales u otras actividades desde que se mudaron porque aún tenía que reorganizar su agenda, aunque a este punto no es como sí le quedara mucho por aprender pero al menos ayudaba a no aburrirse. Había estado practicando kendo por su cuenta antes pero se cansó y decidió ponerse a leer algo, así que se llevó cinco libros al azar de la biblioteca y ya iba por el cuarto después de tres horas.Era todo tan aburrido.Y pensar que sus amigos traidores la abandonaron para ir al cine con su tía Serena y la dejaron allí tan solita y aburrida. Ni siquiera su tía Marie y su tía abuela Rachel estaban allí por estar trabajando. Su padre también probablemente se quedaría hasta tarde en la oficina, y
Para cuando llegaron a la casa, Kitt ya se había quedado dormido.Se veía como todo un angelito, y muy tranquilo, casi en paz, pero su respiración era algo irregular, clara señal de que su enfermedad seguía ahí, y a Kate le daba miedo de que empeorará por todo el estrés que había pasado, aunque por suerte no había inhalado mucho humo del incendio, así que no fue necesario llevarlo de regreso a la clínica.Al llegar, los dos adultos salieron del auto y se acercaron a hablar con los dos policías vigilando la casa desde su auto. Una vez los policías les aseguraron que no hubo ningún problema, Ethan se quedó hablando con ellos mientras ella iba a buscar las cosas que necesitaba llevar a su nueva estadía temporal.—Asegúrate de tener cuidado.—le dijo él tomando su muñeca antes de que se alejara. –Puede que la estructura haya sido dañada así que es peligroso estar en el segundo piso, toma lo que necesites y baja rápidamente. —Sí, lo sé.—¿Segura que no quieres que yo vaya? —Tú no sabes lo
Cuando sus padres regresaron, Iris acompañó a su madre para llevar a las mascotas de Kitt a la habitación de este, riendo cuando sus padres parecieron bastante impresionados porque la gata y los gatitos no le hayan hecho ni un rasguño y se acurrucaran felizmente en sus brazos.Siempre le gustaron los animales, pero cuando le preguntó a sus padres sí podía tener un gatito su papá le dijo las razones lógicas de porque eso era mala idea y ella desistió y no volvió a pedir ninguna otra mascota como niña buena y obediente. Ahora que lo pensaba, tal vez debería haberle insistido más a su madre, viendo todas las mascotas que ella no pudo negarle a Kitt… o tal vez simplemente eso de que consentían más a los hijos menores era cierto.Una vez le entregaron sus mascotas, Kitt pareció menos tenso e incluso sonrió al abrazar a sus tres cachorros. Y luego de acariciar a todas sus mascotas, miró a su madre con desconfianza y finamente habló.—¿Dónde está mi serpiente Fiona? La quiero ¿dónde está? —p
—Bien, entonces… —Kate bajó la flama a la salsa que estaba haciendo y se recargó contra el mostrador. Pensó un poco en qué decir, antes de tomar aire y comenzar a hablar con voz al principio dudosa, pero cada vez más y más decidida.—Todo empezó con una estafa realizada a la editorial principal de Ethan en Bella Cruz antes del divorcio, solo que yo nunca lo supe hasta que… bueno, hasta que todo se fue al mismo maldito infierno. Perdón por mi lenguaje. —Rodó los ojos cuando Marie jadeó escandalizada ante la palabrota, aunque luego soltó una risita divertida, para luego volver a ponerse seria. –Imaginó que ustedes lo sabían ¿o no? Lo de la estafa. —¿Acerca de la estafa de ese tiempo? Sí, lo sabía, el jefe me pidió que no te lo dijera. Dijo que no quería preocuparte innecesariamente —murmuró Rachel curiosa, seguramente preguntándose a dónde iba. –No obstante, no se lo dije a Marie hasta mucho más tarde, cuando estábamos a punto de resolver el problema —aclaró mientras su sobrina mayor