Ethan de inmediato tomó a su hijo en brazos, dejando su cabeza reposar en su hombro, y corrió para salir de la casa y llegar a su auto con Kate detrás de él, ignorando los gritos y preguntas de los demás.Abrió la puerta del vehículo y estaba a punto de colocar a Kitt en el asiento del pasajero cuando su ex mujer posó una mano en su hombro antes de extender sus brazos.—Iré con él en el asiento trasero y lo mantendré tranquilo, sigue semi-consciente y no creo que en este momento estar contigo lo haga sentir mejor. —Eso dolió, pero él obedientemente le entregó al niño. Ella era enfermera y no estaría conduciendo, por lo que era la opción lógica a pesar de que quisiera estar cerca del pequeño.No se entretuvo más con el pensamiento y de inmediato se dispuso a conducir un poco por encima de la velocidad permitida, alarmado por ser demasiado lento pero consciente de que debía conservar la calma y no provocar un accidente.Kate le indicó ir a la clínica Quincy mientras hablaba por teléf
Cuando Kitt despertó con la familiar sensación de una mascarilla de oxígeno en la cara y agujas en los brazos, aparte del dolor general de su torso, su garganta y su cabeza, y el cansancio, supo que otra vez fue hospitalizado. Y en navidad, genial.Miró a su alrededor, notando a su tía Mirian leyendo algo sentada cerca de su cama, del otro lado su madre dormía con la cabeza apoyada a un lado de sus piernas y con una mano sujetándose a una de sus manos. El Dr. Quincy no estaba por ningún lado, pero al mirar a la pared detrás de su madre con más atención vio a Ethan Di Castro con la mirada clavada en él."—… ¡Estaría bien sí no hubieras rechazado a tu propio hijo!"Al recordar esas palabras que grito su madre, de inmediato frunció el ceño y movió una mano para apartar la mascarilla y gritarle que se largara.—¡Kitt, no hagas eso! Quincy, ¡él ya despertó! Pon atención.—su "padre" regañó a su tía Mirian, que de inmediato dejó su libro y se acercó a Kitt para impedirle seguirse movien
Iris se sentía más frustrada que nunca. Había tenido todas sus esperanzas en la navidad y al final todo se arruinó y quedó peor de lo que ya estaba, aparte Kitt le dio el susto más grande en su vida cuando una enfermedad potencialmente mortal lo dejó al borde de la inconsciencia frente a sus ojos.Rápidamente sus padres se lo llevaron y ella quiso seguirlos, pero fue abordada por Marie y Rachel queriendo saber qué pasó y para cuando terminó de decirles ya se habían marchado y tuvo que quedarse en la casa con todos preocupados por Kitt hasta que su madre llamó diciéndoles que Kitt estaría bien y cuando varios quisieron ir para hacerlo compañía ella insistió en que lo mejor era que se quedaran allí. Eso la puso de muy mal humor hasta que su tío Albert y sus primos llegaron alegrando un poco el ambiente y haciendo que su pecho se sintiera más ligero al poder estar con familiares, aunque su familia principal no estuviera, igual era bueno tener a su tío y primos que hace tanto no veía. E
Kate bostezó, maldiciéndose por no haber estado durmiendo bien últimamente. Ahora que necesitaba estar atenta por su hijo estaba casi cayéndose del sueño. Para colmo no podía seguir faltando al restaurante, su jefe era comprensivo pero el resto de empleados la estaba detestando por faltar tanto obligándolos a cambiar turnos y trabajar extra a algunos de ellos.El Dr. Quincy y Mirian tenían otros pacientes que atender en la clínica, no podían dedicarse solo a Kitt, mientras que Rosalinda siempre estaba ocupada por estas fechas así que no podía hacer de niñera, James tenía universidad, y su cuñado Albert también debía trabajar aparte de que Kitt aún no lo conocía formalmente. Le gustaría pedirle a su ex esposo, pero probablemente solo empeoraría las cosas pidiéndole ayuda a Ethan y, por otro lado, ni loca le pediría ayuda a David, por más que él muchas veces le ofrecía su ayuda como niñero ya que como trabajaba mayormente en computadoras podía trabajar en cualquier sitio. También aho
Aunque seguía nerviosa por el incidente antes de tomar el taxi, Kate eligió no pensar en eso y llegó a su segundo empleo en el restaurante con todos los ánimos de poder completar un turno por una vez y ya no abusar de la confianza de su jefe y compañeros de trabajo.—¡Katie, querida! —Su jefe del restaurante, el Sr. Griego (ese no era su nombre real, pero todos lo llamaban así), la saludó alegremente al verla—. Lamento tener que hacerte trabajar con tu niño en el hospital, pero mi esposa insiste. —Le sonrió a modo de disculpa.—No se preocupe, esperó ya no tener que faltar tan seguido. —Lo miró con rostro culpable y se dirigió al vestidor para ponerse el uniforme, que era un poco demasiado corto para su gusto pero ya se había acostumbrado, y en el restaurante había calefacción así que no debía preocuparle ni que fuera invierno.—Hasta que al fin te apareces, Sra. Sadler. —Helena, la esposa del Sr. Griego, la miró mal cuando entró a la cocina.—Lo siento… —se disculpó por los días que
—Pero… —Iris miró de reojo a su madre, con los ojos aún cristalinos—. ¿Fue por qué ya no amabas a papá? ¿Fue porque amabas a aquel hombre que estaba contigo? ¿Cuánto tiempo engañaste a papá? ¿Por qué no pudiste decírselo en vez de engañarlo? ¿Por qué? No entiendo por qué. —Volvió a apartar su mirada de ella. Kate suspiró, sabiendo que ya era hora de decir la verdad. —Iris. —Apretó los labios, intentando mantener la compostura. –No sé sí me creerás, sé que tu padre nunca lo hará, y aunque no quisiera meterte en esto reconozco que te debo una explicación y sé que ya tienes edad suficiente y eres capaz de entender estas cosas, aunque una parte de mí te siga viendo como a mi pequeña bebé, sé que ya has crecido suficiente. —Colocó una mano en su hombro. —Te hablaré con la verdad, así al menos tendrás mi versión de la historia y podrás decidir en qué creer. —Kate suspiró, preparándose mentalmente para esto, para decirle la verdad a la persona a la que más dañó al ser tan tonta como para
Después de tener una cena tardía, Iris golpeó a la habitación de Kim sabiendo que aunque fuera casi medianoche ella estaría despierta. Efectivamente lo estaba y le abrió con una gran sonrisa, detrás de ella Erick jugaba con una consola sentado en el suelo.—¡Fresita, querida! ¡¿Cómo te fue con el pequeño gruñón que tienes por hermao?! Estuvimos esperándote.— la dejó pasar, pero Iris le impidió cerrar la puerta con una expresión muy seria. –Uhh… ¿Fresita?—Necesito hablar contigo. A solas. —Miró intencionalmente a Erick, que chasqueó la lengua y no se movió—. ¡Ya veté, Erick! Esto es conversación privada de mejores amigas.—Agh, ustedes últimamente siempre me excluyen —se quejó mientras se ponía en pie—. Bien, me iré ahora, pero no pueden mantenerme en la oscuridad por siempre. No pueden guardarme secretos ni… —Iris le cerró la puerta en la cara.—Wow, parece que tienes algo muy importante de lo que hablar sí sacas a patadas a tu amorcito —señaló Kim luciendo impresionada.—¡No es mi a
Mientras Ethan trabajaba, no podía evitar que varias dudas asaltaran su mente. ¿Cómo estaría su hijo? Sabía que ya lo habían enviado a casa, cosa que lo hacía sentir muy aliviado. Estaba algo ofendido de que Kate no se lo dijera, él mismo tuvo que llamar a la clínica Quincy y en un principio la que atendió la llamada fue Mirian, que lo mandó al diablo y no le dio ninguna información, por lo que esperó un tiempo antes de volver a llamar y por suerte en esa segunda ocasión contestó el Dr. Quincy. Ryan Quincy era un hombre sensato al que siempre le gustó actuar de manera neutral ante los conflictos, Ethan bien lo sabía porque conocía a Kate y su familia desde muy joven, y el Dr. Quincy solía ser amigo del hermano mayor de Kate. No era tan ingenuo como para creer que le agradaba, ya que era amigo de Kate y todos sabían que él fue el idiota que la abandonó embarazada, pero al menos sabía que el Dr. Quincy era capaz de empatizar con él como padre. La verdad le sorprendía que no lo