—Entonces, un día… ese hombre… vio a tu madre, la mujer de su más grande rival del pasado, sentada, triste y a abonada en un restaurante, llorando la falta del mayor rival su vida. Iris cerro los ojos con pesadez, de repente comenzando a entender todo.—Desearía que no lo hubiera hecho… —Aunque no me creas, mi padre también, más que nadie. En ese momento, pensó… "¿Por qué Di Castro tenía la vida perfecta cuando yo la perdí? ¿Por qué era feliz y yo miserable? ¿Por qué siempre me superaba en todo?" Pudo notar su cara de abandonada en el restaurante, y creyó… que sería divertido averiguar sí había problemas en su paraíso. —Tu padre es un bastardo —gruñó. —Lo sé, y todavía lamenta mucho usar el mismo truco que uso su ex empleada. Ella usó grandes cantidades de esa droga en la bebida que le dio, pero mi padre además uso la fuerza para someter a tu mamá y obligarla a besarlo…—Escucho el auto de tu padre mientras la besaba. Sabía que iban a aparecer. Su plan salió a la perfección… pero
La terapia era una gran ayuda para Ethan y Kate, tanto de forma individual como las sesiones en pareja, los dos se estaban sintiendo con cada vez más confianza en sí mismos como individuos y en la posibilidad de retomar una relación. Ethan todavía tenía mucha culpa, y eso era algo que a Kate le costó entender, ella nunca había imaginado que él se sintiera en verdad tan pero tan mal por todo lo que pasó y sobre todo por todo el mal que pasaron sus hijos en medio de esos años separados. Gracias a las sesiones de terapia, ella ahora sentía que entendía mucho mejor a su ex marido y sus luchas internas, y también sentía que Ethan la entendía más y que en verdad le creía, que ya no dudaba de que su historia con David fuera falsa, que de todo corazón había comprendido su error, que nunca le fue infiel con David, que siempre lo amó solo a él. No había imaginado la paz que le trajo el solo saberse comprendida, el saber que él sí le creía, que él confiaba… Era una sensación bella, una se
Después del día de diversión, todo comenzó a mejorar en la familia Di Castro – Saddler. El invierno comenzó a quedar atrás, y con el cambio de clima Kitt se enfermó. Ethan estaba muy, muy, muy preocupado de que su hijo pequeño pudiera sufrir de alguna infección peligrosa, pero resultó ser que solo fue un simple resfriado y solo necesitaba quedarse unos días en casa a descansar, cosa que igual tranquilizó mucho a Kitt.—Que bueno que fue solo algo leve —dijo el niño mientras se limpiaba ruidosamente la nariz—. Todavía faltan dos partidos para comenzar con el torneo oficial de la temporada, habría odiado perdérmelo, más porque ya me declararon el siguiente capitán del equipo. —Sonrió emocionado de solo recordar aquello. Kate le acarició el cabello con ternura y luego le puso el termómetro bajo la axila otra vez, ignorando sus quejas de que podía hacerlo solo porque ya era un niño grande que además era capitán de todo un equipo con niños incluso mayores que él. —Eh, Kate, quizás s
—Saben, pronto será el cumpleaños de Iris, va a cumplir diecisiete… —Sonrió con algo de tristeza y nostalgia por lo grande que estaba su pequeñita. Y mejor ni pensar en todos los años de su vida que se había perdido gracias a su estúpido error con David… —Es verdad, será mejor que planeemos una fiesta. —Ethan sonrió—. A Iris no le gustaba que festejáramos sus cumpleaños desde… hace tiempo… pero ahora seguro estará feliz con una fiesta. —Sus ojos se iluminaron y Kate le correspondió a la sonrisa. —¡Genial, y podemos invitar a todos sus amigos de la escuela y también a toda la familia! —dijo ella, pensando en su cuñado y sus sobrinos. —¿Eso significa que podemos invitar al tío David y a Rosalinda y sus hijos? —preguntó Kitt de pronto, congelando a sus dos padres apenas esas palabras salieron de su boca. Ethan volteó a ver a Kate de inmediato, pero ella fue incapaz de devolverle la mirada. Ethan y Kate permanecieron en silencio tanto tiempo que Kitt comenzó a extrañarse. —Oiga
Kate se encerró en su cuarto y casi no durmió de lo estresada que estaba, pero intentó tomar respiraciones profundas y pensó en su bebé, por lo que por fin pudo dormir al menos unas cuatro horas. Se despertó muy temprano igual mente, para al fin salir corriendo fuera de la mansión antes de que los demás pudieran despertarse, prácticamente huyendo de todos, yendo a trabajar muy, muy temprano en la clínica de los Quincy. No quería tratar con Ethan, no tenía ni idea de qué se suponía que iba a decirle. Y la verdad ni siquiera quería pensar en qué decirle, sentía que le dolía la cabeza de solo pensar en eso. Cuando llegó a la clínica solo estaba la enfermera de la noche, la que solo estaba en caso de emergencias y para recetar algunas cosas sencillas o para llamar a los doctores si venía alguien con algún problema grave. Al verla, la enfermera le preguntó si necesitaba algo, preocupada por su embarazo, pero Kate le dijo que todo estaba bien y que solo sintió la necesidad de venir
Los días pasaron y Kate siguió ignorando a Ethan como una completa cobarde. Todos ya se daban cuenta de que algo pasaba entre ellos, pero ellos se negaban a decir nada. Y no es como si Ethan estuviera buscando una forma de que todo volviera a la normalidad, él había comenzado a quedarse hasta tarde en el trabajo para no tener que cenar con ellos, y eso le trajo malos recuerdos a Kate de la época en la que todo comenzó a dañar se en su matrimonio, una de las épocas más dolorosas para ella, una época que él le juró en terapia que no iba a repetirse… Quería hablar con él y aclarar le toda la situación, claro, pero no se atrevía, y la actitud que él estaba tomando no la estaba ayudando en nada, más bien la estaba haciendo pensar que ellos en verdad no estaban destinados a volver a estar juntos, que los ciclos solo podrían repetir se, que ser una pareja otra vez solo podría volver a traerles más y más sufrimiento. Seguían yendo a terapia, los dos, pero ya no iban a terapia de parej
Iris planeaba ir a quedarse en casa de sus primos para que sus padres no pudieran molestarla al menos por una noche, pero… al cruzar la calle, de repente un auto que había estado estacionado frente a la casa arrancó a toda velocidad, yendo directo hacia ella. Iris jadeó, y no tuvo tiempo para nada más. El auto la golpeó, justo delante de sus horrorizados padres. Mientras el auto se daba a la fuga, la joven quedó allí tirada en el suelo, con su sangre comenzando a esparcirse por el concreto. —¡Iris! ¡No puede ser! ¡Iris! —gritaba Ethan con desesperación mientras corría hacia su hija tendida en el suelo. Kate estaba justo detrás de él, sollozando y sin poder creer lo que acababan de presenciar, pero con su entrenamiento como enfermera dándole la suficiente fuerza para sacar su celular y llamar a emergencias.Ethan se arrodilló junto a Iris, con el corazón en la garganta, sin atreverse a tocarla y sin saber qué hacer. Kate tuvo que empujarlo a un lado y comenzar a trabajar en busca
Mientras Ethan se iba a hacer todo lo posible para encontrar un donador de sangre para Iris, Kate se quedó en el hospital, pero tuvo que hacer unas llamadas para asegurar se de que Kitt estuviera siendo bien cuidado. —Estamos haciendo todo lo que podemos, Katie… —dijo Rachel con pesadez al otro lado de la línea—. Desgraciadamente, lo que pasó fue demasiado… fuerte, y Marie está destrozada, su esposo tuvo que salir del trabajo para venir a consolarla, y bueno… yo intento poner buena cara, pero Kitt ya se ha dado cuenta de que algo pasa… y no sé muy bien qué hacer. —Entiendo… y te agradezco por todo lo que haces, ahora mismo no puedo dejar a Iris, pero… tal vez puedas llevar a Kitt con mis jefes, los Quincy, ellos ya saben tratar con él incluso cuando está de mal humor o así de angustiado, así que… creo que eso podría ser lo mejor por ahora.—Muy bien, entiendo… entonces lo llevaré con ellos, supongo que estará mejor pudiendo pasar tiempo con su amiga Kelly y distrayendo se con eso, a