Helmut sabía que no podía darle una seguridad a un niño que en la mayoría de las veces, le había demostrado cuan incompetente era para mantener una familia. Pero, no sentía que no podía ceder a ello, aunque él también había pensado que era lo mejor.
—No sea obstinado, señor. Es claro que no podemos quedarnos a su lado. Así pasamos más peligro del que pudiéramos pasar estando lejos de usted— dice Albert.—Puedes odiarme. Incluso maldecirme sin que yo me dé cuenta de ello. Pero, no voy a permitir que se marchen. Arreglaré esto, al punto de que esto solo será un mal recuerdo. Solo…——No puedo marcharme confiando en su palabra, señor. Los tres hemos pasado por muchas cosas que nos han hecho ser muy unidos y anhelar la paz que usted no nos puede dar. — Dice Albert y Dyder abre sus ojos sorprendido.Narra AitanaNo podía entender porque actuaban así, era como si yo fuera alguien demasiado importante y no, una niñera que solo había hecho su trabajo de proteger y cuidar a los niños que estaban a su cargo.Ellos seguían pidiendo disculpas mientras los médicos, como si no le sorprendiera lo que estaba pasando, me revisaban. Sentía que estaba en una dimensión totalmente extraña a lo que estaba acostumbrada a vivir o por lo menos, lo que mi mente, recordaba.Incómoda por todo lo que estaban diciendo las personas que se encargaban del cuidado de la casa, intento levantarme de la cama para ayudarlos a que se levanten. Pero ni los médicos ni Albert, me dejan levantarme.—Aunque su cirugía fue un éxito, lo mejor es que no se levante a menos que sea estrictamente necesario. Hay heridas que son recientes y es mejor evitar todo incidente que pueda abrirlas. &mdas
Dos días después.Los hombres lobos se movían de un lado a otro, mientras Albert y Ariana estaban conmigo en la cama hablando de sus deseos y todo lo que querían hacer cuando fueran grandes. Me sorprendía que supieran perfectamente qué era lo que querían.Sobre todo, porque dudo que yo hubiese tenido mi vida resuelta a su edad. Pero, era evidente que no podía compararme con ellos porque siempre me han demostrado que son unos niños sobresalientes que hacen cosas que ningún niño de su edad realizaría, y que incluso, a un adulto todavía se le dificultaría.—Lo único que espero es que la mudanza a esa dichosa isla no dañe mi proyecto de vida y mucho menos me aleje de mi Joel. — Dice Ariana y eso hace que su hermano bufe molesto.—No comprendo porque lo llamas tuyo, si Joel no es tuyo. — dice Albert.—Claro que es mí
Bajo del auto mientras todos sacan las cosas de los autos para poder entrarlos a uno de los dos castillos. Los niños estaban a cada lado mío, pero, aun sintiendo su calidez, no podía dejar de sentir escalofríos al ver el lugar.—¿Estas bien? Pareces un poco pálida— dice Helmut y yo trago duro.—Es extraño, no hay un solo pensamiento que me dé una muestra gráfica de que conozco este lugar, pero, siento que aquí pasaron muchas cosas que me hacen sentir mal. Es como si entrará a una casa de sustos— murmuró y Helmut baja su mirada como si hubiese dicho algo malo.—Quizás no fue buena idea traerlos aquí— susurra Helmut con tristeza.—¿Si es buena idea quedarnos aquí? Aunque este lugar es lejano, hay maneras de llegar a él. — Dice Albert y su padre no le responde.Es como si se perd
Dos días despuésNo comprendía que era lo que sucedía. En el lugar donde nos encontramos, no he tenido ninguna experiencia extraña de miedo o angustia como lo que viví en aquellos dos castillos que habíamos visto cuando llegamos aquí.Pero, sigo sintiéndome extraña. No veo las calles como si las conociera o las hubiese visto en alguna parte, pero, las personas me hablan como si ellos si me conocieran. Y eso es extraño, porque con los niños no son así.Es como si yo si hubiese estado aquí e incluso, mi cuerpo me hace sentir que si he estado, no me ha causado daño, porque no está alerta. Sin embargo, la incomodidad como ahora, no puedo pasarlo desapercibido.—Es una alegría inmensa que se encuentre entre nosotros, señora— dice una mujer con sus ojos nublados.No la conocía, no tenía ni la más remota idea
Subo al auto y de inmediato, veo como el hombre que se supone que es mi jefe, rodea el auto y cuando llega al asiento del conductor, este ya se ha bajado.—Yo voy a conducir— dice Helmut y el hombre asiente sin decirle algo más.—¡Vaya, hoy es día de sorpresas, mi padre va a conducir! — dice Ariana emocionada.—Quiero que pasemos tiempo en familia. Así que, por eso no quiero que haya personas extrañas a nuestro alrededor. Entonces, espero que se porten bien, porque no va a haber algún guardaespaldas que los estén cuidando.>> Van a actuar como niños comunes con familias comunes que no tienen personas que corran con cada cosa que piden o que deben estar defendiéndolos o simplemente…— dice Helmut.—Una familia normal que tiene chicos independientes, pero, que saben que los adultos no supervisan. — Dice Albert cortando el discurso de su pad
Después de caminar un poco, nos sentamos mientras observamos a los niños relacionarse con otros niños lobos. No tenía una idea clara de cómo ellos se relacionaban con otros, porque los recuerdos que tengo posterior a mi cirugía, solo están llenos de ellos jugando conmigo o su padre molesto porque Joel se acercaba a Ariana.Pero, ahora, no solo eran los mellizos o ellos relacionándose con Joel, si no, ellos con varios niños contemporáneos a su edad, divirtiéndose y conversando como si nunca hubiesen pasado por un ataque o riesgos de salud.Estaba feliz, era inmensamente feliz al ver que esos momentos duros, no habían afectado su forma de relacionarse con otros. Su padre, parecía pensar lo mismo, porque no solo sonreía feliz al verlos, si no que, lo veía limpiar sus mejillas con disimulo.No había duda. Aunque era una persona complicada que no sabía c&o
Nos marchamos a la que ahora es nuestra casa, sin estrés o aburrimiento, subimos al piso donde vivimos. La pequeña Ariana termina durmiéndose en el auto y por eso, su padre la lleva en su hombro, mientras Albert está pendiente de que no me caiga por las complicaciones que aún se ven cuando camino.Albert, abre la puerta y yo me sorprendo cuando veo toda la sala llena de libros. Helmut, entra a la habitación donde deja a Ariana durmiendo, mientras yo intento procesar lo que está sucediendo.Aturdida, me siento en el sillón mientras observo títulos literarios que me hacen latir frenéticamente el corazón. Suspiró profundo llevando mis manos a la cabeza, mientras intento controlar las ganas de llorar que siento.Mi corazón, sentía que no podía soportarlo y yo, sentía que en cualquier momento moriría de la emoción. Sentía que estaba so&
Una semana despuésCada día caminaba mejor. Las terapias físicas, aunque eran molestas, estaban dando los resultados que esperábamos. Por eso, ya no me tropezaba tanto conmigo misma e incluso, sentía que podía realizar mis demás actividades sin tanta dificultad.Lo único malo era que la memoria seguía igual. Según los especialistas, no había forma de que ellos pudieran ayudarme a recuperar la memoria de una forma más rápida. Por lo que, debíamos hacer siempre los ejercicios de memoria que muchas veces resultaban más agotadores que los físicos.—Entrega para mi madre, la amiga más querida de mi padre— dice Ariana sonriendo, mientras Albert gira sus ojos con desagrado.Para Ariana, era divertido ver como su padre todos los días me traía o enviaba un ramo con un libro y varias flores a su alrededor o un ramo con un li