Una semana después
Narra AitanaSeguía sin poder comprender lo que me sucedía, pero, a diferencia de antes, no me asustaba ver a personas convertirse en animales. Era evidente que estaba en medio de una verdad de la que yo hacía parte.Porque sí, no había manera de que ellos me mintieran diciéndome que también soy una loba y humana, sin que lo fuera. Así que, sin saber cómo convertirme en una, sonreía al ver como dos niños jugaban a transformarse en humanos o lobos a su antojo, mientras se perseguían entre sí.—Deberían tener cuidado de herirse. Recuerden que no están en un espacio grande— les digo y los dos se quedan quietos y asienten.—Sí, mamá— dice uno de ellos sin mover su boca.Eso era lo que me hacía pensar que de verdad era una loba, porque, si era una humana, ¿Cómo eraEugene se había marchado, dejándome con la duda de su pregunta, ¿realmente quiero ser su madre? Me agradan los niños, pero, una cosa es eso y otra, es ser su madre. Niego ante ello. No es una buena idea.—Estoy loca. No debería siquiera pensarlo— digo intentando levantarme y por mi mala coordinación de mis brazos y piernas, me tambaleo.‘¿Cómo puedo ser una madre si ni siquiera puedo caminar bien o mover mis brazos como deseo hacerlo?’ me pregunto mentalmenteComo puedo, camino para no sentirme mal por saber que por más que desee ser la madre que ellos esperan, no puedo hacerlo, cuando necesito ayuda en cierta cosas y mi mente está en blanco.Agotada y aburrida de estar siempre en mi habitación, salgo y de inmediato, las mujeres que estaban limpiando el pasillo, corren hacia mí con evidente miedo y nerviosismo.—Señora, ¿Qué
No sabía que era lo que sucedía, pero, sabiendo que era alguien que necesitaba consuelo, acaricie su espalda hasta que después de varios minutos, dejó de sentirse su llanto, pero, aun su cuerpo vibraba suavemente.—¿Estas mejor? — preguntó al quedar todo en silencio, pero, él aún no se aparta de mí.—Yo…— Helmut intenta articular y yo continúo acariciándolo torpemente hasta que él se aleja limpiando su rostro con el dorso de la mano.—¿Te siente mejor? — pregunto y él asiente.—Lamento que hayas visto esto de mí. No quería romperme de esta forma, es solo que…——La que debe disculparse soy yo. No debí decir algo así, sin saber que era lo que estabas sufriendo——Tus palabras me reconfortan. He estado recibiendo ayuda terapéutica todos los d&iacut
No tenía idea de donde me estaba metiendo, pero, quería hacerlo por los niños. Sabía que en el mundo hay buenos padres que sacan a sus hijos adelante y por eso, quería ser una ayuda mientras él se esfuerza por ser un buen padre.—Gracias por aceptar——Siendo sincera, me resulta sorprendente que quiera que yo cuide de sus hijos. Después de todo lo que ha pasado entre nosotros y como me encuentro ahora… no sé si confiarme a sus hijos sea buena idea— digo y él me sonríe.—Ahora no lo recuerdas, pero, te lo diré, Aitana, a ti te confío hasta mi propia vida, aunque claramente no valga la pena— dice Helmut y yo lo observo buscando alguna parte que signifique que bromea, pero, no es así.Habla en serio. Tan en serio que me da miedo que su esposa lo escuche y quiera matarme.—Debemos dejar claro ciertas cosas. Aunque diga que me
Negué varias veces cada vez que un sentimiento molesto se instauraba en mi pecho por la mención de su esposa que ocurrió varias veces, porque, si salimos a caminar fuera de mi habitación, pero, él no dejaba de hablar de la mujer que educo tan bien a sus hijos estando sola.—Los niños la aman y por eso, la extrañan. — Dice Helmut y yo asiento.—Quizás es por eso, que están conmigo, soy la figura que relacionan como madre— comento y Helmut asiente.—Aunque intente ser buen padre, la ausencia de su madre es algo que no puedo reemplazar. Ella es demasiado para mí y es muy buena que es irremplazable para la vida de los mellizos— dice Helmut y no sé cuánto tiempo pasamos juntos, pero, terminamos comiendo en el jardín de la mansión.El hombre que seguramente está ocupado, se muestra tan relajado que no parece que sea el jefe de una
Estaba por pensar que yo no era la única con problemas mentales, ya que, ¿Por qué debería mirar solo a un hombre que se encuentra casado con alguien más que ha mostrado estar enamorado y casado de la madre de sus hijos?¿Es un jugador de mujeres acaso? Porque realmente no entiendo porque me dice algo así cuando él está casado, ¿acaso le gusta tener relaciones románticas con mujeres que trabajan con él?—Helmut, no sé si lo ha olvidado, pero, usted es un hombre casado— digo alejándome de él, pero, este no me lo permite.—Tú también estas casada. Así que, no deberías estar pensando de esa forma de Eugene, ¿lo entiendes? — pregunta Helmut y yo golpeo su mano para que me suelte.—Aléjese de mí, Helmut. No quiero que malinterpreten nuestra relación por una cercanía in
Algo me decía que debía ser cuidadosa con el hombre frente a mí, porque parecía no conocerse a sí mismo y mucho menos, lo que quiere decirme, por lo que, aunque quería empujarlo y decirle que recordara nuestra relación, lo que hice fue apartarlo lentamente de mis labios.Debía ser inteligente y por ello, no podía responder con violencia, lo que con violencia me están dando. Por ello, esperé que él respirara profundo con nuestras frentes unidas y que poco a poco, se relajara.—No sabes cuanto tiempo he extrañado tus besos, esposa— dice Helmut y es en ese momento que mi mente hace clic.Entonces es por eso, que actúa así de extraño. Él me ha confundido con su esposa.Lentamente mis defensas se bajan al sentir lastima por un hombre que extraña tanto a su esposa que la confunde con la niñera. Pero, eso no hace que ol
Narrador omnipresenteHelmut no sabía qué hacer para calmar a la mujer que temblaba frente a él. Era evidente que se había salido de control por la mención de que a ella le gustara Eugene y todo intento de controlarse, se arruinó cuando la escuchó decirle que se marcharía.Había experimentado un golpe demasiado doloroso. Él creía que cuando Aitana había desaparecido, había sido su golpe más grande e incluso, pensó después que saber de sus hijos ya grandes, era un dolor más grande.Pero, ver como temblaba de tal forma que su voz se quebraba, era aún más doloroso. La mujer que le suplicaba que no la matara en la primera noche de bodas, volvió a su mente y aunque en ese momento sintió lástima por matar a una mujer tan joven que tenía afinidad con él, ahora el dolor era inmenso.<
Eugene, quería estar para la mujer que se había convertido en algo más que su salvadora en un momento de desesperación, pero, con su condición, no podía hacer mucho. Por lo que, se quedó incluso después de que se quedó dormida completamente.Los lobos, se formaban alrededor de la casa con la intención de no interrumpir el descanso de Aitana y otros, buscaban a los mellizos. Apenas los mellizos percibieron a los lobos, se asustaron pensando que algo malo había pasado con su madre.—¿Qué pasa? ¿Madre está bien? — Pregunta Ariana.—¿Le duele algo? — Pregunta Albert apenas ve a los dos lobos aparecer con su cuerpo agitado por venir corriendo.—No, joven señores. Hemos venido a buscarlos porque el señor nos pidió que este con su madre— dice el lobo enviado por ellos.—Le hizo algo a mi