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Kate le miró incrédula, pero al ver que su padre hablaba en serio, sonrió. —No hay nada que no haría por ti, papá. —Vuelve cuando lo hayas matado, y arreglaremos el hecho de que pueda salir de aquí, y escúchame bien, niña. —Kate. —Como sea, no lastimes a Marbella, o yo mismo te destrozaré a ti. Kate sintió rabia, sus ojos brillaron, pero no pudo oponerse a ese hombre, asintió. *** Lugh entró a su despacho, Celestia fue con él. —No puedes tratar así a Denzel, sé que él se ha equivocado, y no es la mejor persona en este mundo y también le guardó mucho rencor por hacer sufrir a mi hermana, pero, padre, no puedes intervenir en sus asuntos, debemos apoyar a Magnolia, pero ayudarla a tomar sus mejores decisiones. —La mejor decisión es que se aleje para siempre de Denzel, no necesita a ese hombre, tampoco necesita un padre para su hijo, el bebé tendrá muchas figuras paternas que lo adoren. —¡Es el padre, no puedes robarle esa oportunidad a Denzel! Tampoco puedes negarle a un hijo a
Elena también volteó a verla, sentía tanto odio contra ella. —¿Qué quieres aquí? ¿Acaso no ves que sales sobrando? Denzel está a mi lado, me prefiere a mí. Magnolia esbozó una sonrisa. —Acabo de escuchar cómo te envía al mismo infierno, mujer, así que deja tu aire de grandeza, y vete de esta casa, porque esto le pertenece a mi hijo. Elena la mirò con rabia. —Buena jugada, embarazarte para amarrar a un hombre, veamos cuanto te dura. —Bueno, no soy yo la que vino a rogar por un poco de amor, esa eres tú. Elena quiso abofetearla, pero sintió la fuerte mano de Denzel deteniéndola. —¡No te atrevas a tocarla o juro que no respondo! Elena le mirò asustada, Denzel la sujetó con fuerzas del brazo, la llevó hasta la puerta, y la hizo salir. —¡No vuelvas a buscarme! —cerró la puerta en sus narices, la mujer aún gritó y lloró. Denzel se volvió a Magnolia, observó su mirada triste, decepcionada contra él. —Magnolia…. Escúchame, por favor. Ella levantó la mirada. —Vine a hablar sobre n
Salieron del hospital, Clyde abrazó a Celestia, la llenaba de besos y mimos, estaban felices, era como si les hubiesen devuelto la felicidad, era como si de nuevo se sintieran vivos. Marbella estaba con ellos, Lugh no tardó en llegar. —¿Qué fue lo que pasó? —Nuestro pequeño nieto está bien, pero, debemos ir al consultorio de la otra ginecóloga, debemos demandarla. Clyde estuvo de acuerdo, decidieron ir ahí. Cuando Lugh se enteró de lo que pasó, sintió una rabia que lo inundaba. Al llegar al consultorio, la doctora decidió recibirlos, Clyde les pidió esperar. Celestia y èl entraron, miraron a la mujer con ojos recelosos. —Me alegro verlos de nuevo, vamos a hacer un ultrasonido, quiero saber si el bebé aún vive. —¡Mi hijo está completamente sano, mujer! ¿Qué es lo que ganas con mentir? La doctora se quedó perpleja, sabía que había una posibilidad de que eso pasara, pero creyó que podía salvarse. —¿Qué…? No, señora Blyth… Clyde la tomó del cuello con fuerza, la mirò con rabia.
Denzel y Lugh fueron a un bar cerca del centro de la ciudad. Se sentaron a platicar. —Te traje aquí por varias razones, Magnolia es mi tesoro, Denzel, igual que mi pequeña Celestia, pronto serás padre, Denzel y entenderás que en la vida no hay algo que importé y duela más que un hijo. Quiero confiar en ti, y en que amarás a mi hija. —Lo juro, Lugh, fallé, sì, me fijé en la peor de las mujeres, estaba deslumbrado, caí en mi trampa, pero eso es el pasado, voy a reconquistar el amor de Magnolia, sé que no lo merezco, sé que ella merece a un mejor hombre que yo, pero me voy a convertir en el mejor hombre para amarla, dame una oportunidad, cree en mí. Lugh sonrió. —Tenía más o menos tu edad cuando cometí el peor error de mi vida, no confié en mi esposa, la traicioné, la perdí, también perdía mi hija, y al igual que tú, tampoco fui el mejor hombre para Marbella, también luché contra viento y marea, para ser alguien digno de su amor, incluso ahora, hay veces que no sé si soy el mejor,
Al día siguiente. Denzel y Magnolia decidieron ir a su nueva casa, a pesar de que Lugh y Niall insistieron que se quedaran ahí, pues les parecía que era más seguro quedarse en casa, pero Denzel eligió irse, él cuidaría de su esposa, después de todo. Denzel había pagado servicio de seguridad para estar resguardados, pero para èl era imperioso estar con Magnolia a solas. Se había propuesto reconquistarla, para que ella no pensara que todo eso era solo por el bebé, claro que amaba a su hijo, pero quería que Magnolia también se sintiera amada. *** Lugh y Niall fueron hasta la comisaria, se sentaron en la oficina del comisario y escucharon todo. —Elijah se ha culpado a sí mismo de todo, pero niega que su hermana Katherine sea su cómplice, ahora se han realizado investigaciones para poder obtener pruebas en su contra. Lugh estaba furioso. —¡Esa mujer es culpable! Todos lo saben. —Son necesarias pruebas, señor Lugh, como sabe, ahora no lo tenemos, pero, no les mandé a llamar solo por
Magnolia sintió que Denzel detuvo el beso, tomó su mano y la llevó hasta la habitación de los dos. Sus nervios se pusieron a flor de piel, cuando sintió como la estrechó en sus brazos y reanudó el beso, podía recordar esa noche, cuando hicieron el amor, pero esta vez no había alcohol de por medio, solo ellos dos, y el amor que ella sentía. Quería amarlo, quería ser amada, pero no quería ninguna otra decepción, no estaba segura de poder volver a perdonar. Denzel detuvo su beso, acarició su rostro. Él sonrió y ella lo besó, era un beso ardiente de esos que robaban el aliento, sus lenguas acariciándose en la humedad, el deseo desenfrenado. Denzel la tomó de la cintura, se quitó la camisa, su pecho estaba desnudo, sus manos subieron por debajo de su vestido, acariciando sus glúteos, sintiendo su piel que se erizaba, ese descontrol, esa temperatura elevándose, el inicio de un amor flotando en ese aire que los asfixiaba de deseo sexual, un hombre y una mujer con ganas sedientas de amar,
Orson sentía miedo profundo, no podía hablar, no podía decir nada, ni mover ninguna parte de su cuerpo, el único sonido que salía por su boca, era una especie de bufido, como si se tratara de un animal herido. Bryce se echó a reír. —¡Mira como acabaste! Ni en mis mejores sueños imaginé verte así, casi me das lástima, pero la verdad es que no, no siento lástima, eso lo puedes dejar para los débiles de Niall y Lugh, yo no siento lástima, ni por ti, ni por nadie. Bryce sonrió. —Me abandonaste como si fuese un perro, pero ni los perros dejan a sus crías, incluso ellos sienten lástima de sus cachorros, ¿alguna vez sentiste lástima de mí? Tal vez cuando yo no iba a la escuela por falta de dinero, y tu hijo sì, o tal vez cuando tú comías pavo en Navidad, y yo tenía que elegir las sobras, ¿Cuándo te di lástima? Los ojos de Orson solo lo miraban, lágrimas se formaban en èl. —Siempre esperé que mi padre me quisiera, incluso siendo un vil jardinero, pero solo recibí sus insultos y golpes, t
August supo que había pasado el tiempo indicado, tomó su móvil e hizo la llamada, su padre respondió al instante. —¡¿En dónde estás, August?! Las cosas no van bien, te necesito en casa de forma urgente, hijo. —¡Padre, vi a Kate y a Bryce juntos! Ese hombre escapó de prisión. —¡¿Qué dices?! ¡Dios mirò, August, dime! ¿Dónde estás? ¿Estás a salvo? Marbella, que recién entraba tuvo temor por su hijo, se acercó a su esposo, se abrazó a su espalda, y trató de escuchar en el teléfono, con desesperación. —¡Estoy bien, padre! Te he enviado mi ubicación, debes venir, porque presiento que hay alguien en esa casa, y no puedo dejarlo ahí. —¡No entres sin mí! Voy de inmediato y llamaré a la policía. Te llamaré y llegaré en segundos. Lugh colgó la llamada, Marbella estaba angustiada, lanzó un montón de preguntas que el hombre no sabía cómo responder. Èl acunó su rostro. —Querida, confía en mí, cuidaré a nuestro hijo, nada malo pasará. —Dime la verdad, es peor si me dejas con este miedo. Èl