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Al día siguiente. Todos estaban muy nerviosos, sabían que era el día en que se debían entregar los resultados de la prueba de paternidad. Cornelius llegó a la casa para sorpresa de los presentes. —Soy un Ackerman, supongo que tengo derecho a saber si tengo un sobrino. La abuela Delia rodó los ojos con fastidio, el hombre llegó con regalos para los niños que les entregó, Lugh no tuvo el valor para impedirle ver a sus hijos. —Supe que van a casarse, estoy muy feliz por ustedes. Ni Marbella, ni Lugh se atrevieron a decir nada, menos a mirarle a los ojos, pensaban que era un ser hipócrita, y que estaba llegando demasiado lejos. Cory y Niall bajaron la escalera, y detrás de ellos estaba Orson. Delia y Amelie bajaron juntas, esperaban todos en el salón, cuando llamaron a la puerta. Al abrir, era Bryce, siguió y obedeció a la empleada con ir al salón principal. Caminó, antes vio en la segunda planta, recargada sobre el barandal, estaba Lucy Mont, quien le dedicó una breve sonrisa.
—¡Hemos hecho un gran drama para nada! Lo ven, ese hombre no es mi hijo, no lleva sangre Ackerman en la sangre, solo quiso lastimarnos, como lo hizo con Cory, ahora que sabemos la verdad, debemos dejar esto atrás y continuar —sentenció Orson con una voz que a Amelie le pareció cínica. —Estoy de acuerdo, olvidemos esto —dijo el abuelo Blard. —¡De ninguna manera! —sentenció Amelie—. Aun así, Bryce no sea tu hijo, yo quiero el divorcio, Orson. Los ojos del hombre le miraron incrédulos, no podía creer que ella siguiera pidiendo eso. —¿Qué dices, mujer? ¡No seas caprichosa! No seas rencorosa, soy inocente, ¡no dejes que el odio te consuma! —exclamó severo Amelie le miró con ojos pequeños, inquisidores, no le importaba si estaban ante todos, incluido Niall, porque ella sabía lo que sentía, ese hombre ante ella juró amarla en el altar, serle fiel en la salud y en la enfermedad, pero la había engañado sin piedad en la primera oportunidad. —Si quieres verlo como un capricho o rencor, hazl
Cornelius se sentó frente al gerente del laboratorio, el hombre le tendió un sobre en la mano. —Son los resultados originales, señor, entregamos los anteriores con el resultado negativo que querían. Cornelius sonrió, le extendió un cheque por casi quinientos mil dólares, como lo había solicitado. Luego, el hombre salió de ahí, abrió el sobre, solo para saciar su gran curiosidad, esbozó una cínica sonrisa. —Vaya-vaya, y estabas muriendo de miedo, Orson —dijo y luego se fue. Bryce lo vio, sintió rabia. «Parece que sé a quién salí en esta familia, mamita; se las dan de moralistas, y perfectos, pero son peores que yo, ¿no es así, querido abuelo y padre? Bueno, es hora de que obtenga mis propios resultados positivos, supongo que no puedo hacer nada aquí, pero tengo un mejor plan, te costará caro, Orson, lo pagarás con tu hijo preferido», pensó. Amelie deambulaba sin rumbo, sollozaba al recordar todo lo vivido, y la cruel traición de Orson. Una lluvia repentina comenzó a caer, quiso
Vanessa estaba enfurecida, juró que apelaría la sentencia, al salir de ahí se enfrentó cara a cara con Lugh y su abogado. —¡Esto no se quedará así, Lugh, soy la madre de Celestia! Tengo derecho a verla —exigió —Podremos negociar las visitas de la menor, abogado, lo veré con su cliente para negociarlo —sentenció el abogado de Lugh Lugh tenía una expresión de ganador que Vanessa detestó «Juro que haré que borre esa estúpida expresión», pensó Lugh y Marbella salieron del juzgado, estaban realmente felices del éxito conseguido, cuando se encontraron con Cornelius. —Lugh, debemos hablar. Marbella se puso nerviosa, pero Lugh se negó. —No quiero hablar contigo, escúchame de una vez y por todas, Cornelius, no voy a perdonarte, me traicionaste de una forma cruel, incluso no mostraste arrepentimiento, así que, no me busques más, nuestra relación padre e hijo, no existe más. Lugh no dejó que el hombre dijera más, tomó la mano de Marbella y la llevó con él. Cornelius se quedó perplejo, e
Niall llegó al consultorio, se sorprendió de que Cory no estaba afuera, entró y preguntó a la asistente, pero ella le indicó que Cory había salido hace unos minutos. Niall intentó llamarla, pero sus llamadas no eran respondidas, eso lo perturbó. —¿Dónde estás, Cory? —murmuró con desesperación. Bryce observó a Cory, recostada en el asiento trasero, sonrió al verla. Pidió que la mantuvieran encerrada en ese auto, y tomó el teléfono de la mujer. Envió un mensaje a Niall, sonrió. «Sé que vendrás a mí, Niall, te conozco bien» Niall estaba desesperado, fue a la mansión y encontró a Lugh, él lo vio desesperado. —¿Qué pasa? —No encuentro a Cory por ningún lado. De pronto, el teléfono de Niall se encendió con un mensaje del teléfono de Cory, él lo leyó, sus ojos se abrieron enormes. «Niall, no me busques más, he decidido volver al lado de Bryce, él me pidió perdón, y solo puedo amarlo a él, olvídate de mí para siempre» Niall sintió un gran dolor en su corazón, sus ojos se volvieron g
—Creo que mientes, Vanessa, no creo en ti, ¿cuáles serán tus pruebas? —Bueno, déjame contártelo, si no me crees, entonces no me pagues nada. —Está bien, pero yo pondré el lugar donde nos veremos, no tú, no voy a atenerme a ninguna de tus sucias trampas. —Vale, parece que la pobre Marbella se ha vuelto toda una fiera, ¿no? —Con sanguijuelas como tú, cualquier se volvería una fiera, querida. —Está bien, dime donde te veré y a qué hora. —Más tarde te avisaré —sentenció Marbella y colgó la llamada. Cuando Marbella volvió a la habitación con Lugh, ella le contó todo, él estaba nervioso. —Tengo miedo de que algo malo pase. —Lo sé, pero, necesito saberlo, al final ella solo quiere dinero, podemos hacer que firme una carta donde renuncia a todos sus derechos y obligaciones sobre Celestia, está desesperada, es probable que no tenga nada de dinero, y haga lo que queramos. —Quiero estar ahí contigo. —Pero, estarás escondido, de lo demás, estaré con guardias y el señor Harrison. —¿Harr
—¡No me mientas mirándola a la cara, Cory, m*****a sea, no me mientas! Dime a la cara que no me amas, que nunca me amarás. Los ojos de Cory estaban llorosos, le dolían esas palabras. —¡Yo no iba a escapar con nadie! —gritó—. No sé dé lo que hablas, ni de donde sacaste eso… Niall tomó su teléfono, estaba húmedo, pero funcionaba, le mostró el mensaje, ella abrió ojos enormes, negó asustada. —¡Yo no lo escribí! ¡Lo juro! —¡No me mientas! —gritó él poniéndose frente a su cara. —¡Lo juro por Dios! ¡Lo juro por mis padres que están en el cielo! No iba a huir, menos con Bryce, déjame explicarte; salí de la sesión de terapia, no habías llegado, un hombre apareció y dijo que mandaste por mí, que la tía Amelie se puso mal, subí y luego me inyectaron alguna sustancia en el cuello, me desmayé, ¡no supe nada de mí, hasta que desperté y caminé, luego apareciste tú! ¡Créeme! —ella intentó acercarse a él, quería calmar su rabia. Niall retrocedió, eso le dolió, ella sollozó. —¿Cómo sé si dices
Cuando Cory abrió los ojos, Niall no estaba ahí, pronunció su nombre, pero él no apareció, se envolvió en una sábana, y no pudo evitar ver las tenues manchas que había en la otra sábana sobre la cama, por un instante se quedó perturbada. Escuchó que abrieron la puerta, la dulce sonrisa de Niall logró calmarla, pero por vergüenza ella luchó por cubrir esa mancha, provocando la intriga en Niall. Él había traído comida para los dos. Se acercó a ella, observó las manchas rojizas en la sábana, que de pronto les recordaron a rosas rojas en medio de la nieve. Se acercó a ella, besó su frente. —Te amo —murmuró, observó como ella se sonrojó. Cory sonrió. —Vamos a comer. Ella asintió, pero antes fue a darse una ducha y cambiarse. Cuando salió, Niall la estaba esperando para desayunar, comieron. —¿Por qué viste a Bryce? No entiendo aún, ¿Qué fue lo que pasó? —Bryce piensa que mi padre cambió o alteró los resultados del examen de paternidad, así que el desgraciado hizo todo esto para cha