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Magnolia estaba recostada en la cama, no había querido probar comida, y lloraba. La puerta de su alcoba se abrió, Kate entró. —¿Qué fue lo que pasó? Me dijo Paula que todo fue un caos. —Lo arruiné, Kate, arruiné mi vida. Kate se sentó en la esquina de la cama. —No seas tonta, solo cuando estás muerta está arruinado, pero estando viva, todo tiene solución. Dime, ¿qué pasa? —Me acosté con Denzel. Los ojos de Kate se abrieron enormes. —¿Y no deberías estar feliz? —¡Él no me ama! No quiere casarse, ni siquiera me quiere como una novia, estoy arruinada, estoy pensando volverme monja Kate se echó a reír. —Vamos, no seas tonta, claro que no, ¿Acaso crees que la virginidad es importante en estos tiempos? Magnolia, tendrás otros amantes, esto pasará. —¡Pero, yo solo quiero a Denzel! —Entonces, ve y díselo a tu papá, dile que tú lo amas, y que Denzel está con la esposa del alguacil, verás que, tu padre se lo dirá a su madre, y Jazmín hará que su hijo entre en razón. —No, no puedo,
Magnolia se alejó de ellos. Subió la escalera. Marbella sintió dolor al ver así a su hija, miró a Denzel. —No quiero lastimarla, Marbella. —Es muy tarde, Denzel, me temo que ya lo hiciste. Marbella tenía un gesto de decepción, se alejó de él. Denzel tuvo que irse, pero antes de irse, encontró a Kate. —¿Por qué no quieres a Noli, Denzel? Tú sabes que ella te ha amado desde siempre. —Kate, tú más que nadie sabe sobre cuánto amo a Elena, has sido cómplice de nuestro amor todo este tiempo. La chica siseó. —Denzel, no digas nada, por favor, si Noli sabe que fui yo quien te la presenté, me odiará por siempre, yo nunca pensé que ustedes fueran a enamorarse. —¿Has hablado con ella? Kate asintió. —Sé que vuelve mañana, Denzel, yo adoro a Magnolia, pero si Elena es tu amor, no dejes de luchar por ella, contra viento y marea. Kate sonrió y Denzel se marchó. Por la noche, Magnolia seguía en su alcoba, llamaron a su puerta, su padre pidió entrar. Ella enderezó su postura. Él se acerc
—¡Abuelo! La mujer se levantó, cayó de rodillas ante él. —¡Por favor, no diga nada, se lo suplico! —exclamó casi en sollozos Denzel se apuró a levantarla. —Abuelo, ya basta. —¡Qué descarada eres, mujer! Conozco a las de tu tipo, ¿qué Miles es un hombre agresivo, violento y maltratador? —Edward sonrió—. Mientes, y eres perversa, ambos sabemos que Tyron Miles es todo, menos eso, él te trajo de un bar, creyendo en un amor a primera vista, ¿Es así como le pagas? ¿Acaso no tienes piedad ni de tu propio hijo? —preguntó La mujer hundió la mirada. —Ya basta, abuelo, no lo hagas. El hombre se levantó, miró a la mujer que era incapaz de verlo. —¡Desvergonzados! Están aquí engañando a un hombre, ¿sabes a lo que te enfrentas, mujer? Miles puede tener grandes cuernos, pero créeme que esos cuernos lo pueden volver un diablo. —Por favor, no arruine mi vida así, ¡Denzel, haz que se calle! Por favor. —Si me callaré, solo con una condición; que mi nieto se case con Magnolia Ackerman, y tú, mu
Clyde se quedó sin palabras, solo miró los ojos de Denzel. Ambos salieron del hospital antes de que los guardias fueran por ellos, se sentaron en la banqueta, afuera del hospital. Denzel fumó un cigarrillo, aun con el labio partido, y la sangre escurriendo por su labio roto. —Yo… lamento haberte golpeado —dijo Clyde—. Realmente te odio, ahora. Esas palabras fueron difíciles de digerir para Denzel, ellos no solo eran los mejores amigos, habían ido a estudiar juntos al colegio naval que su padre dirige, habían pasado mucho tiempo viviendo juntos, Clyde no podía entender como su mejor amigo, casi hermano había cambiado tanto. —¿Quién es Elena? Ni siquiera me dijiste nada, es que pensé que éramos amigos, pero, veo que el único amigo era yo —dijo Clyde frustrado. —No digas eso, es que, sé que, si te lo decía, no ibas a apoyarte. —¿Cómo podría apoyar que mi amigo se enrede con una mujer casada? Destruirías un hogar, ¿no pensaste en el pobre hijo de esa mujer? —¡Yo la amo! La amaba…
—Hijo, ¿puedes por favor darme la caja que tengo en ese cajón? El joven asintió, fue a tomarla, y ahí estaba una pequeña cajita de madera, la llevó a su abuelo. —Ábrela —dijo el abuelo. Ahí había fotos de la abuela, y también una cajita pequeña de porcelana, al abrirla, Denzel vio ese anillo, era de diamantes con un rubí en el centro. —¡Es hermoso! Edward sonrió. —Lo compré para tu abuela cuando el dinero valía más y el oro y el diamante eran atractivos para las chicas, tu abuela lo tuvo hasta el último día, dijo que algún día nuestra hija me daría un nieto, él debía darle ese anillo a su novia, es para Noli. Denzel miró a su abuelo con ojos enormes, asintió. Jazmín, Lugh y Marbella estaban en la cocina. —Creo que mi hijo ha entrado en razón, pronto pedirá la mano de Magnolia, estoy segura de eso. Lugh estaba perplejo. —Eso me encantaría verlo, Jazmín. —Pues a mí no, hablé con Denzel, él dijo que no ama a mi hija, no quiero una boda así, sin amor. Ambos miraron a Magnolia,
El hombre llevó a Celestia a su coche, un mesero se acercó y cerró el paso. —¿Todo bien caballero? —Sí, es mi novia, es que se mareó, está de encargo. El mesero asintió, pero vio a la chica con un gesto extraño; sin embargo, no dijo nada, y los vio salir. El hombre condujo hasta un departamento de mala muerte a una hora del centro del pueblo. Al llegar, Celestia ya estaba dormida. El hombre la cargó y la llevó adentro, ahí ya estaba Kate. —¡¿Está dormida?! —Sí. La llevaron a la cama, Kate se abalanzó sobre la chica y le quitó solo la blusa y la cubrió con una manta. —¡Apúrate! —Kate, más te vale que esto no me vaya a traer problemas —dijo el hombre asustado. Ella negó. —¡No seas miedoso, Julián, confía en mí! Hazlo. El hombre se recostó en la cama, se acercó a la chica, como si besara su cuello y sus labios. Kate tomó las fotografías, luego tomó el móvil de Celestia, mientras comenzaba a enviar mensajes al teléfono que tenía en la mano. —¿Qué haces? —Confía en mí. —¿Po
Magnolia caminaba por la orilla de la playa, miraba el cielo oscuro, las estrellas brillaban. —¿Y qué quieres, Denzel? Él la miró, aclaró su garganta. —¿Por qué bailabas con Eric? ¿Qué, te gusta? Ella le miró intrigada, frunció el ceño. —¿Y qué te importa si me gusta? En realidad, es un hombre apuesto, seguro de que cualquier chica estaría encantada de estar con él. Denzel no esperaba esas palabras, estaba acostumbrado a que Magnolia tenía ojos solo para él, verla pensando en otro hirió su orgullo. —Vaya, no pensé que me olvidarías tan rápido —dijo —¿Y qué esperabas? ¿Qué llorará por ti todo el tiempo, mientras tú piensas en la mujer casada? —Magnolia sonrió—. Al final, no sé qué reclamas, tú no mereces mi amor —dijo —Yo no te estoy reclamando, puedes hacer con tu vida lo que quieras, pero, no me gusta Eric para ti, él es muy obsesivo con las chicas, termina volviéndose un acosador. Magnolia sonrió. —Bueno, quizás me guste esa forma de cortejar, Denzel, preocúpate por tu vid
—¡¿Qué dices?! —exclamó Lugh Clyde se quedó perplejo, no podía creer lo que ella decía. Corrió hacia ella, se veía intacta, Lugh la abrazó. —Iremos a la policía ahora mismo. Clyde se quedó un instante sin saber qué decir. Marbella abrazó a su hija. —Vamos al hospital, vamos a denunciar, dime que fue lo que pasó. —Estaba en el restaurante, y no sé en qué momento pasó, bebí solo un trago con Kate, me sentí mal, ella se fue, iba a irme, y desperté en un departamento, estaba en una cama… Celestia se echó a llorar, estaba en pánico, su madre la abrazó, acunó su rostro. —Dinos, hija —insistió Marbella —No tenía mi blusa, nadie estaba ahí sola, ¡ni siquiera tenía mi teléfono! No pude llamarlos, tomé un taxi, solo pensé en venir hasta aquí, ¿Por qué dices que te engañé, Clyde? ¡Yo jamás… jamás… lo haría! —ella rompió en llanto. Clyde estaba tembloroso, le mostró el teléfono, los mensajes ahí, las fotografías. Cuando ella lo vio, se apartó y vomitó, ver esas imágenes la hicieron asq