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Marbella escuchó el llanto de la niña, estaba por ir a ella, cuando se detuvo horrorizada, sus ojos se ensancharon. —Es… ¡Lugh! —exclamó Marbella estuvo a punto de desmayarse, pero Duncan la detuvo, la alejó. —Quizás sé bajo su presión arterial, Chloe ve por los niños. Chloe corrió por los niños. Lugh no dejaba de ver a la pequeña. «Es tan dulce, me recuerda a alguien, pero, ¿a quién?», pensó Luego ella vino a su mente «Marbella era así de dulce cuando era una niña», pensó —¡Magnolia, Clyde! Vengan ahora mismo, su mami los busca. La mujer miró al hombre. —Yo… lo siento, tropezamos. —¡Yo quiero jugo, nana! Lugh fue de inmediato a la máquina de dulces, compró dos jugos y los trajo, le dio una botella a cada niña. —¡Jugo! —exclamaron los niños al unísono. —Gracias, caballero. Vamos, niños, mamá nos espera. Lugh los siguió con la mirada, Clyde y Magnolia se giraron a mirarle y le dijeron adiós hondeando sus manos, Lugh no pudo evitar sonreír. «Si hubiese tenido hijos con M
Lugh se quedó dónde estaba, observó a la mujer que saludaba a muchas personas, luego la vio bailar una balada suave al lado de Constantine Backer. Ese hecho le causó escalofríos, la sola idea de perder la empresa que su abuelo tanto se esforzó en crear, le hizo sentir miserable. «Esta mujer, quiere jugar con fuego, mejor será que tenga piel de agua, o se va a quemar», pensó. La canción terminó, Marbella estuvo por llegar a una mesa, donde ya la esperaba el señor Duncan, cuando sintió que una mano fuerte tomó la suya, sus ojos se encontraron con Lugh Ackerman. Su cuerpo se estremeció al verlo frente a ella, otra vez fue como si el tiempo se detuviera en su mirada. Bryce y Cory estaban cenando en ese restaurante, era el más lujoso del pueblo, pero la mirada de Bryce estaba distraída. Cory lo notó, se quedó callada solo para no discutir. —Amor, ¿estás bien? —Sí —dijo con algo de enfado. Luego recibió una llamada, al hacerlo se alejó de ella. Cory le miró con duda. Observó a Nia
—¡Quita tus asquerosas manos de ella! —bramó Niall, quien sacó al hombre del auto, lo lanzó al suelo, y comenzó a golpearlo con todas sus fuerzas. Cory salió del auto, chillaba asustada. «¡Ha sido mi culpa!» —¡Niall, por favor, detente! Niall dio un último golpe al hombre al verlo tirado sobre el suelo, fue en ese momento que por fin se calmó, Cory llevaba el teléfono en sus manos, él acunó su rostro. —¿Estás bien? —Sí, pero por favor, no sigas, vámonos. Él asintió, la llevó lejos de ahí hasta el auto, y arrancó para irse, dejaron al hombre en el suelo. Nial condujo alejándose. Cory se echó a llorar, Niall detuvo en una gasolinera, tomó sus manos. —Por favor, no llores, Cory, está bien, ahora ese tipo tiene lo que merece, yo siempre te voy a cuidar, nunca dejaré que nada malo vuelva a ocurrirte. Ella alzó su mirada, solo para encontrar que Niall estaba tan cerca de su rostro, podía sentir su cálido aliento, sus dedos largos limpiaron sus lágrimas, pero su mirada tenía un ges
Marbella sintió que temblaba, estuvo segura de que él podría sentir como su cuerpo se estremecía ante él. Odió ser tan frágil en sus brazos. —Señor Ackerman, ¿puede soltar a la señora Blyth? —exclamó Duncan, solo en ese momento el hombre la liberó Estaba perplejo por lo que había hecho. Marbella fue hasta su auto, con el señor Duncan, él condujo, se marcharon. Lugh se quedó ahí, de pie, atormentado. «¿Qué estoy haciendo? ¡Casi beso a una desconocida, que además es mi peor enemiga laboral! Marbella, ella me recordó a ti, te busco en todos lados, pero presiento que nunca volverás», pensó Marbella llegó a casa, Harrison Duncan la detuvo antes de que bajara del auto. —¿Está bien, señora Blyth? Creo que el señor Ackerman intentó propasarse con usted, le pido una gran disculpa por no estar atento a lo que ocurrió. Marbella negó. —Estoy bien, no se angustie. Ella bajó del auto. Al llegar a la habitación de los niños, los observó dormir, salió de ahí y encontró a Chloe, quien la si
El chofer de Vanessa, y las empleadas del colegio la habían ayudado, la mujer abrió los ojos en la camilla del área de enfermería del colegio. —¿Señora Ackerman, está bien? —exclamó al ver a la mujer tan afligida y con el rostro lívido como nieve. La mujer miró a todos lados confusos. —¿Dónde está Marbella? —exclamó confusa, desorientada. —¿Quién? —¡Marbella Ronsard! —la mujer no dejó de repetir su nombre varias veces, asustada, hasta que se calmó. «¡Ella está muerta, ella no puede volver!», pensó con desesperación, preguntándose si lo que vio hace un momento fue una pesadilla o fue algo real. Empresa Ackerman. Todos estaban reunidos en la sala de juntas. Hasta que Bryce salió. —¿Qué es esto, Lugh? ¿Cómo es posible que esa mujer maneje nuestros tiempos a su antojo? Ha pasado dos horas desde que quedamos en reunidos, y la señora Blyth no aparece —sentenció el abuelo Blard, furioso. Lugh estaba estresado. Bryce llamó por teléfono, estaba en el pasillo, su llamada fue respondid
—¡¿Tú eres Mar Blyth?! —exclamó Lugh sintiendo que todo era irreal, dio un paso atrás. Las personas también estaban muy confundidas, observándola sin entender. «¿Ella es Mar Blyth? ¡No es posible! ¿Y su nuevo apellido es…? ¿Acaso se casó con otro hombre?», pensó Lugh sintiendo como su corazón latía tan lento, se sostuvo de la silla para evitar caer. —¿Cómo es eso que tú eres Mar Blyth, hija? —exclamó el abuelo Blard. —Sí, abuelo, todo tiene una explicación, respecto a nuestros temas personales, les pido que, sobre eso, hablemos esta noche, si me dejan invitarlos a cenar. —Claro que sí, cariño, eres bienvenida a cenar esta noche en nuestra casa, querida —dijo la abuela dándole un abrazo. Marbella esbozó una sonrisa, cuando miró a Lugh pudo ver sus pupilas temblorosas, él había perdido todo su temple. —Ahí estaré, abuela. —¿Y bien? ¿Puedes explicarnos que es esto, Marbella? ¿Así que por esa razón desapareciste de nuestras vidas? No estabas muerta, corriste a los brazos de otro —e
Los ojos de Marbella se abrieron enormes al ver a ese hombre ante ella, se sintió temblorosa. —¿Qué quieres aquí? Lugh se acercó a ella. —¿A qué has regresado? Luego de cinco años, no debiste volver jamás. Ella esbozó una sonrisa que se le antojó cínica. —Hago lo que quiero, puedo volver o irme si me da la gana, tú no eres mi dueño —dijo con la barbilla altiva. Lugh la miró con rabia. —¿Así que fuiste a buscar tu nueva presa cuando saliste de mi vida? Ella sonrió. —Me estás comparando contigo, Lugh, aquí la única serpiente que muda de piel eres tú, y me parece absurdo hablar contigo, déjame en paz, tengo mejores cosas que hablar contigo, y ver como escupes tu veneno —espetó. Lugh no podía creer que ella le hablara de una forma tan cruel, cuando siempre fue una mujer dócil ante su amor. —Es muy cínico de tu parte todo esto, ¡mataste a mi bebé! Da gracias a Dios que no estás presa. Ella se encogió de hombros, sintió que la rabia volvía a su corazón. —¡Pues envíame a la cárce
Lugh corrió afuera del colegio, hasta el estacionamiento, pero ella había desaparecido de su alcance. «Tiene hijos… Marbella tuvo hijos con otro hombre, ¡me olvidó para siempre!», un dolor se clavó como una daga sorbe su pecho, hirió no solo sus sentimientos como su orgullo. —¿Papi? Él miró a Celestia, ¿acaso no había hecho lo mismo que ella? «No, yo jamás amé a Vanessa, ni la desposé, fue un error, pero al menos tuve a mi pequeño tesoro», pensó Lugh cargó a la niña en sus brazos, la llevó hasta el auto para ir a casa. Marbella fue con los niños a casa, les dio la cena. Luego hicieron tarea juntos. Antes habló con ellos. —Clyde, sabes que golpear a alguien no es algo que esté permitido, estoy triste por lo que hiciste, no fue correcto. Clyde hundió la mirada. —¡Lo siento, mami! Es que ese niño malo le pegó a mi hermanita, yo no quiero que nadie le pegue a mi hermanita, siempre la voy a proteger, mamita, a ti también. Marbella esbozó una gran sonrisa, asintió. —Debes proteg