Hasan salió de la habitación con la intención de encontrar a Sienna, no quería pensar en todas las ideas que podía estar pasando por la cabeza de su esposa, él no iba a permitirle siquiera dudar de su palabra.—Hasan —la voz temblorosa y el cuerpo de Nayla le impidió avanzar hacia su objetivo. De todas las personas que deseaba ver a hora, su prima no era una de ellas.—Apártate, Nayla —ordenó, ella bajó la cabeza, pero no se movió.—Necesitamos hablar, Hasan.—No hay nada que decirnos, mi madre y tú se han equivocado totalmente si creen que un anuncio oficial podrá obligarme a hacer algo que no deseo —atacó sin piedad.Hasan estaba lo suficientemente molesto por las acciones de su madre y el hecho de que Nayla lo aceptara, lo hacía mucho peor.—Yo no decidí nada, solo me queda obedecer. No me culpes por favor —rogó.—Ahora mismo no tengo palabras buenas para decir y si insistes en retenerme solo conseguirás palabras hirientes de mi parte y te aseguro que no podrás olvidarlas jamás —re
Farid se puso de pie y cambió su semblante a uno serio.—¿Qué hombre pensaste que era? —cuestionó mirando a Callie detenidamente.—No quiero hablar contigo.—Te guste o no, tendrás que hacerlo.—¡No puedes obligarme a hacer algo que no quiero! ¡No hablaré con un hombre que solo me ha usado para sus propios planes! —gritó Callie perdiendo la paciencia.Farid se apartó de la cama y la joven salió de tras de él, teniendo una ligera esperanza en el corazón, deseando que todo fueran ideas suyas, pero él se mantuvo callado, cosa que desesperó a Callie.—Niégalo, Farid. Dime que no te acercaste a mí sabiendo que era la amiga de Sienna y que no me hiciste todas esas preguntas para saber de ella y las condiciones de su matrimonio —pidió.Farid se alejó otro paso de ella, pues desde el momento que ambos subieron al avión había sabido quien era Callie Costner y cuál era su motivo de viaje a Los Emiratos, incluso había despedido al capitán de su avión privado para volver en un vuelo comercial.Sa
«¡Assim Bashar!»Assim se giró para ver a Zaida parada en la puerta de su habitación con los ojos llenos de furia y el rostro desencajado.—Señora, ¿puedo ayudarle en algo? —preguntó, tratando de recuperarse de la sorpresa, pues la mujer jamás se había atrevido a irrumpir en su habitación.Zaida miró a Assim y parpadeó un par de veces, mirando los documentos que el hombre tenía en la mano.—¿Estás solo?—Completamente, solo, mi señora, no debería estar aquí —le respondió y recordó Assim al mismo tiempo.Zaida se sonrojó ante las palabras de Assim, aun así, miró sin discreción a todos los lados de la habitación con el fin de encontrar a Jenna, pero no había rastro alguno de su hija.—Mi señora —llamó Assim, dejando los documentos sobre su escritorio y caminando sin llegar a acercarse a la mujer del todo—. ¿Puedo saber el motivo de su presencia sin la compañía de una doncella? —preguntó.Una nueva ola de enojo se abrió paso por el cuerpo de Zaida, que no tenía nada que ver con Assim, si
«¡Tienes que casarte con mi hija, Hasan, la has deshonrado!»El grito del hombre resonó en la cabeza de Sienna, la joven se abrió paso y entró a la habitación para encontrar a su marido en la cama con otra mujer.El corazón se Sienna se estrujó dentro de su pecho, gruesas lágrimas acudieron a sus ojos y se derramaron por sus mejillas.—Hasan —susurró, con la voz y los labios temblorosos, mientras el dolor se abría paso por su cuerpo.Hasan estaba confundido, todo en su cabeza no era más que imágenes revueltas, pero la voz de Sienna atrajo su atención y el corazón se le rompió al verla parada delante de él con el llanto mojando su rostro.—Sienna —murmuró.Zaida miró con regocijo la presencia de Sienna en la habitación, mientras se paraba junto a los padres de Nayla, quién cubría su cuerpo desnudo con falsa modestia.—Ya no existe razón para no llevar a cabo esta boda, Hasan, te has llevado la pureza de mi hija y eso es algo que solo puedes arreglar convirtiéndola en tu esposa —soltó A
Hasan salió de la habitación como alma que llevaba el diablo, no iba a tener paz hasta encontrar la punta del hilo en todo ese enredo. Sin embargo, estaba muy seguro de que no iba a casarse con Nayla por nada del mundo y menos cuando tenía la completa seguridad de que todo era una trampa y tal como se lo había dicho a su madre. Iba a encontrar al responsable o responsables y los haría pagar, les haría lamentarse por sus acciones y cobraría con creces el sufrimiento y llanto de Sienna. Los siguientes días pasaron y en el palacio era como si hubiese muerto alguien de la familia, todo era silencioso, el ambiente era denso y oscuro, nadie se atrevía a levantar la voz. Hasan miró la puerta de su habitación, Sienna se negaba a hablar y él estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba. —Callie —llamó, cuando la chica salió de la habitación. —Hasan. —¿Cómo está? —preguntó. Callie suspiró. —Apenas ha querido comer, Sienna no está bien y me temo que termine enfermando. Tienes que hacer
Hasan contempló el rostro sereno de Sienna, se había quedado dormida al final de la tarde luego de probar bocado. —Hay que dejarla descansar, la ha pasado realmente mal —dijo Callie en tono bajo, mientras Hasan cubría el cuerpo de Sienna con una fina sábana. —Todo esto es mi culpa, no debí traerla y lo peor es que cuando me di cuenta de que no debí hacerlo, no hice nada por llevarla de aquí. No hice nada para protegerla de mi madre —comento. —Tendrás que perdonarme por lo que voy a decirte, pero como dice el dicho, el casado casa quiere. No puedes vivir bajo el techo de tus padres toda la vida, Hasan. Tienes que saber quién es más importante en tu vida, Sienna o la hiena de tu madre —pronunció sin que le temblara la voz, aun sabiendo que podía ser reprendida o incluso castigada por sus palabras. Sin embargo, Hasan ni siquiera se molestó, sus ojos estaban fijos sobre el rostro de Sienna. —Nos iremos de aquí, obviamente no puedo dejar el país hasta que descubra quien ha organizado t
Sienna intentó moverse, sentía el cuerpo dolorido, la posición en la que estaba no era la mejor, sin embargo, pronto se dio cuenta de que no estaba sola y que unos fuertes brazos se cerraban sobre su cintura y la cabeza de Hasan la presionaba sobre el hombro.—Hasan —llamó ella con cuidado, quería levantarse y correr al baño, su vejiga pedía a gritos liberación, pero Hasan estaba profundamente dormido.Sienna intentó apartarse de sus manos y alejarse lo suficiente para poder levantarse, pero sus intentos fueron fallidos, solo consiguieron que Hasan se aferrara más a su cintura y su mentón presionara su hombro y cuello.La muchacha suspiró y lo intentó una tercera vez.—No te muevas, Sienna —pidió Hasan con voz ronca y perezosa por el sueño.El cuerpo de la joven se tensó al sentir el aliento de Hasan golpear la piel de su nuca, haciendo que cada vello se le erizara y un escalofrío le recorriera la columna vertebral.—Tengo que ir al baño —susurró Sienna en tono bajo, tratando de que s
Hasan se puso de pie como un rayo, fue tan rápido que su silla cayó al piso, pero poco le importó. Su atención estaba puesta en las palabras de Assim.—¿Tienes toda la información? —preguntó casi ahogándose con sus palabras.—Las tengo, señor, y todo sucedió tal como usted se lo imaginaba.Hasan sonrió al escuchar la confirmación de Assim, no necesitaba perder más tiempo para volar a Dubái, limpiar su nombre y darle a Sienna la tranquilidad que tanto necesitaba.—Prepara todo, estaremos de regreso lo más pronto posible, pero no alertes a nadie, Assim, no quiero errores —le advirtió.—Señor.—No confíes en nadie, ni siquiera en Jenna, de esas pruebas depende mi vida —dijo antes de cerrar la llamada.Hasan se paseó por su oficina, su corazón estaba eufórico, finalmente todo saldría a la luz y no tendría ninguna obligación con Nayla, ni con nadie de su familia, él estaba más que dispuesto a romper todos sus lazos si era necesario con tal de ser feliz y hacer feliz a Sienna.Pensar en su