«Son síntomas propios del embarazo»«Están ustedes esperando un hijo»«Un hijo»Sienna miró a Hasan, su corazón latía fuerte dentro de su pecho, tan fuerte que tuvo la impresión de que iba a subirle por la garganta y salirse por su boca. En ese momento Sienna no sabía qué sentir, no sabía cómo un hombre como Hasan podía reaccionar ante la noticia.—¿Embarazada? —preguntó él como si no hubiese escuchado bien.—Así es, las pruebas no mienten, la señora Rafiq tiene cinco semanas, es aún muy pequeño, pero es el motivo de los dolores de la señora —explicó el médico.Hasan sintió ahogarse por la emoción, no esperaba que tan pronto fueran a convertirse en padres.—¡Estás embarazada! —gritó.Sienna dio un pequeño brinco, no sabía si Hasan la regañaba o estaba celebrando la noticia, ella estaba tan concentrada en la reacción de su marido, que no se dio cuenta cuando el galeno abandonó la habitación, ni siquiera se dio cuenta del gesto que Hasan le hizo al médico. Quería ese momento de privacid
«Volveré, Sienna, siempre volveré a ti»«Siempre volveré a ti»Aquellas palabras retumbaron en la mente de Sienna e hicieron eco en su corazón, ella miró a Hasan y sin explicación alguna se lanzó a sus brazos. Sentía una fuerte opresión en el pecho que amenazaba con ahogarla.—No vayas —le pidió con voz angustiada. Ella podía achacarlo a las hormonas propias del embarazo, pero no estaba muy segura.Sienna tenía una angustia que no podía explicar con palabras, era un miedo sin sentido.—No te daré tiempo a que me extrañes, vendré y te haré el amor hasta el amanecer —prometió junto a su oído, para evitar que Callie escuchara su promesa.Sienna asintió.—Llama apenas llegues a casa, por favor —pidió.Hasan le sonrió, acarició su mejilla y le dejó otro beso.—Cuida de nuestro bebé —le pidió, tocando su vientre plano.—Esperaremos por ti —respondió.Hasan no alcanzó a alejarse ni dos pasos, cuando Sienna lo haló del brazo y lo besó de manera apasionada, como si fuera el último beso que se
«Ayad Ali»«Ayad Ali es el responsable de lo ocurrido con las calderas de la fábrica»Desconfianza, ese fue el primer sentimiento que Hasan tuvo al escuchar las palabras de su primo. No tenía ningún sentido que Ayad tuviera algún interés particular en arruinarlo. ¿Qué ganaba él saboteando la fábrica de aluminio, cuando su negocio era otro? —¿Cómo estás tan seguro? —preguntó, mirando con interés el rostro de su primo.—No te olvides que ahora estoy emparentado con Ayad.—Eso no me dice nada —intervino Hasan con prontitud, interrumpiendo las palabras de Jahir.—Cállate y deja que termine de contarte o me levantaré y me largaré de aquí —amenazó.Hasan gruñó, pero accedió a escuchar lo que Jahir tuviera para decir.—Fui a su tribu por el asunto del contrato. Antes tengo que admitir que me apresuré a aceptarlo, llevo semanas casado con Samira, pero no he tenido una sola gota de petróleo para refinar y convertirlo en gasolina. Estoy a punto de perder millones de dólares, por eso —c
«Soy el jefe de la policía en la ciudad de Abu Dabi, lamento informarle que el avión del señor Rafiq desapareció del radar de aviación»«Lamento informarle que el avión del señor Rafiq desapareció del radar de aviación»«El avión del señor Rafiq desapareció del radar de aviación»«Desapareció del radar de aviación»«Desapareció»«Desapareció»El teléfono cayó de sus manos, su cuerpo se balanceó. El sonido estrepitoso de la taza al romperse llenó la habitación y gruesas lágrimas cayeron sin control de los ojos de Sienna mientras negaba con movimientos de cabeza.—No —susurró con voz ahogada, no podía ser Hasan, él no podía irse, el policía debió confundirse.Sienna buscó su móvil y marcó incansablemente el número de Hasan sin poder evitar que las lágrimas corrieran por sus ojos. La angustia y el dolor barrían por cada célula de su cuerpo hasta convertir su sangre en lava ardiente, haciendo que el aire fuera caliente y no alimentara sus pulmones de oxígeno.Ella insistió, pero ninguna d
«No hay esperanza de encontrarlo con vida»«No hay esperanza de encontrarlo»Sienna se quedó de piedra, su corazón se detuvo momentáneamente y las lágrimas se secaron. Sus ojos ya no derramaron una sola gota más.¿Cuánto dolor podía soportar un corazón y no morir?Esa era la pregunta que rondaba la cabeza de Sienna, la golpeaba una y otra vez, porque necesitaba una respuesta. Ella no sabía si vivir después de esto sería vivir o intentar sobrevivir.—Sienna —llamó Callie, la serenidad de su amiga le asustó.—Quiero estar sola —pidió.Assim miró a Callie y ambos sabían que era una mala, muy mala idea.—No creo que sea lo mejor, Sienna —refutó Callie en tono amable.Sienna la miró.—No voy a matarme, tengo que vestirme —dijo.—Sienna.—Compláceme, por favor —insistió.Callie asintió y junto a Assim salieron de la habitación dejando a Sienna sola.—Voy a esperarte, Hasan, me prometiste volver, dijiste que siempre volverías a mí y yo creo en ti. No demores, nuestro bebé no puede nacer sin
«Sienna corrió por un largo sendero, tratando de encontrar el camino de regreso, pero todo era oscuridad, no había nada. Nada le era conocido.Su corazón latió fuerte dentro de su pecho, mientras su respiración se tornó agitada y el aire que entró a sus pulmones se calentó, haciéndole imposible respirar.Sienna pensó que se ahogaría, que ese sería el final de su vida, así, en aquel frío y oscuro lugar.—Sienna.Ella giró para atender la voz que la llamaba desde algún sitio, sin embargo, no podía encontrar al dueño de aquella aterciopelada voz. Sienna podía jurar, que conocía aquel tono cálido y dulce.—Despierta, Sienna, has dormido mucho tiempo —dijo.Sienna se giró y caminó por donde creyó que la voz llamaba, pero solo había oscuridad. Aun así, ella avanzó.—Debes volver, Sienna, tienes que cuidar a nuestro bebé.El cuero de la joven tembló y sus lágrimas pronto fueron cascadas desbordándose de sus ojos y corriendo libres por sus mejillas.—¿Hasan, eres tú? —preguntó ella, apresuran
«Estoy embarazada»«Estoy esperando un hijo de Farid»«Un hijo de Farid»Callie no sabía qué sentir o cómo sentirse en ese momento, llevó la mano a su vientre, mientras gruesas lágrimas se desbordaban por sus mejillas. Ella volvió a ver el test, tenía ocho semanas de embarazo y no pudo evitar recodar ese día que dejó a Sienna por atender el llamado de Farid a su casa.Callie cerró los ojos, mientras era golpeada por los recuerdos.«Como lo había imaginado, él no había ido a recogerla, sino que envió al chofer, quien, sin decirle una palabra, la había llevado a la casa de Farid. Durante todo el camino, intentó no prestar atención a las palabras que Sienna le había dicho, pero ahí estaban latentes en el fondo de su mente. Al entrar a la casa, Farid se levantó al verla, caminó con prisa y la tomó entre sus brazos, no hubo palabras entre ellos en ese momento, él reclamó su boca y ella no pudo negársela, pues lo deseaba tanto, que bebió de él como si fuera un manantial en el desierto.Call
«¡Hasan!»Farid se quedó de piedra al ver a su hermano en la cama, tenía algunos moretes y otros rasguños que no parecían frescos, pero ¿era todo lo que tenía? Él no podía comprender, cómo su hermano había salido casi ileso del accidente y su padre seguía en coma, casi sin esperanzas.—¡Es Hasan, Farid! ¡Mi hijo está vivo, está vivo! —exclamó Zaida, acercándose a la cama.—Podemos hacer pruebas de ADN para confirmar que se trata de su hijo, señora Rafiq, no queremos equivocarnos —dijo el médico.—No hay necesidad, no sería su madre si no soy capaz de reconocerlo. Este es Hasan, mi hijo adorado que ha regresado de la muerte —dijo con una sonrisa en los labios, mientras acariciaba la frente de su hijo.Entre tanto, Farid miró aquella acción y algo en su pecho se quebró, sus pensamientos se llenaron de culpa y ansiedad. Si hubiera escuchado a Callie ese día, si las hubiese protegido el tiempo necesario, ellas no estarían en otro continente y no él tendría que rendirle cuentas a su h