«No hay esperanza de encontrarlo con vida»«No hay esperanza de encontrarlo»Sienna se quedó de piedra, su corazón se detuvo momentáneamente y las lágrimas se secaron. Sus ojos ya no derramaron una sola gota más.¿Cuánto dolor podía soportar un corazón y no morir?Esa era la pregunta que rondaba la cabeza de Sienna, la golpeaba una y otra vez, porque necesitaba una respuesta. Ella no sabía si vivir después de esto sería vivir o intentar sobrevivir.—Sienna —llamó Callie, la serenidad de su amiga le asustó.—Quiero estar sola —pidió.Assim miró a Callie y ambos sabían que era una mala, muy mala idea.—No creo que sea lo mejor, Sienna —refutó Callie en tono amable.Sienna la miró.—No voy a matarme, tengo que vestirme —dijo.—Sienna.—Compláceme, por favor —insistió.Callie asintió y junto a Assim salieron de la habitación dejando a Sienna sola.—Voy a esperarte, Hasan, me prometiste volver, dijiste que siempre volverías a mí y yo creo en ti. No demores, nuestro bebé no puede nacer sin
«Sienna corrió por un largo sendero, tratando de encontrar el camino de regreso, pero todo era oscuridad, no había nada. Nada le era conocido.Su corazón latió fuerte dentro de su pecho, mientras su respiración se tornó agitada y el aire que entró a sus pulmones se calentó, haciéndole imposible respirar.Sienna pensó que se ahogaría, que ese sería el final de su vida, así, en aquel frío y oscuro lugar.—Sienna.Ella giró para atender la voz que la llamaba desde algún sitio, sin embargo, no podía encontrar al dueño de aquella aterciopelada voz. Sienna podía jurar, que conocía aquel tono cálido y dulce.—Despierta, Sienna, has dormido mucho tiempo —dijo.Sienna se giró y caminó por donde creyó que la voz llamaba, pero solo había oscuridad. Aun así, ella avanzó.—Debes volver, Sienna, tienes que cuidar a nuestro bebé.El cuero de la joven tembló y sus lágrimas pronto fueron cascadas desbordándose de sus ojos y corriendo libres por sus mejillas.—¿Hasan, eres tú? —preguntó ella, apresuran
«Estoy embarazada»«Estoy esperando un hijo de Farid»«Un hijo de Farid»Callie no sabía qué sentir o cómo sentirse en ese momento, llevó la mano a su vientre, mientras gruesas lágrimas se desbordaban por sus mejillas. Ella volvió a ver el test, tenía ocho semanas de embarazo y no pudo evitar recodar ese día que dejó a Sienna por atender el llamado de Farid a su casa.Callie cerró los ojos, mientras era golpeada por los recuerdos.«Como lo había imaginado, él no había ido a recogerla, sino que envió al chofer, quien, sin decirle una palabra, la había llevado a la casa de Farid. Durante todo el camino, intentó no prestar atención a las palabras que Sienna le había dicho, pero ahí estaban latentes en el fondo de su mente. Al entrar a la casa, Farid se levantó al verla, caminó con prisa y la tomó entre sus brazos, no hubo palabras entre ellos en ese momento, él reclamó su boca y ella no pudo negársela, pues lo deseaba tanto, que bebió de él como si fuera un manantial en el desierto.Call
«¡Hasan!»Farid se quedó de piedra al ver a su hermano en la cama, tenía algunos moretes y otros rasguños que no parecían frescos, pero ¿era todo lo que tenía? Él no podía comprender, cómo su hermano había salido casi ileso del accidente y su padre seguía en coma, casi sin esperanzas.—¡Es Hasan, Farid! ¡Mi hijo está vivo, está vivo! —exclamó Zaida, acercándose a la cama.—Podemos hacer pruebas de ADN para confirmar que se trata de su hijo, señora Rafiq, no queremos equivocarnos —dijo el médico.—No hay necesidad, no sería su madre si no soy capaz de reconocerlo. Este es Hasan, mi hijo adorado que ha regresado de la muerte —dijo con una sonrisa en los labios, mientras acariciaba la frente de su hijo.Entre tanto, Farid miró aquella acción y algo en su pecho se quebró, sus pensamientos se llenaron de culpa y ansiedad. Si hubiera escuchado a Callie ese día, si las hubiese protegido el tiempo necesario, ellas no estarían en otro continente y no él tendría que rendirle cuentas a su h
«Tú y Nayla están prometidos»Hasan miró a Nayla y una sensación de rechazo nació en su corazón.—¿Esperas que me crea esto? —preguntó con dureza.—Hasan, no seas cruel con Nayla, tú no puedes recordar, pero es verdad lo que te digo. No hay razones para mentirte —aseguró Zaida, mirando a su hijo, esperando que él aceptara sus palabras sin chistar.Hasan sonrió ante las palabras de su madre.—Lo último que recuerdo, es que no tenía ningún interés sentimental en ella, la he visto como mi prima toda la vida y, aunque en nuestra cultura podemos contraer matrimonio, no me veo casándome con ella —soltó.—¡Hasan! —gritó Zaida.—No discutas con él, tía, es normal que Hasan no pueda recordar nuestra historia, ni el momento de nuestro compromiso, pero presionarlo no ayudará en nada. Deja que descanse, mañana será otro día —dijo Nayla con timidez y sumisión.Hasan se armó de paciencia, odiaba esa actitud en ella y no sabía exactamente la razón.—Me iré a mi habitación, mañana espero ver
«Vuelve a mí, Hasan»«Vuelve a mí» «Vuelve»Sienna acarició la delicada gardenia, no tenía idea de que como la pequeña planta sobrevivía tan lejos de su tierra, pero allí estaba. Tan fuerte, tan bella, mientras ella solo pedía por el regreso de su amor. Tenía confianza, su corazón le gritaba que Hasan estaba vivo, quizá solo era su loca imaginación, su deseo de creerlo, pero no iba a pensar lo contrario, mientras no mirase su cuerpo, para ella Hasan Rafiq seguiría vivo.—¿Vas a contemplarla todo el día o vendrás con nosotras cenar? —preguntó Callie, detrás de ella.La mano de Sienna se detuvo, pero no liberó la flor de su toque.—¿Qué quieres cenar? —No lo sé, no tengo antojos, pero se me puede antojar todo —respondió Callie.La joven se llevó una mano a su vientre, tenía casi cuatro meses y estaba redondita como una pelota, su único consuelo era que, no era la única, Sienna con sus seis meses estaba más gordita.Sienna negó, pero le sonrió.—Espero que Scarlett no pierd
Zaida no podía odiar más a Sienna Mackenzie, porque más, era imposible. La odiaba con cada fibra de su ser, con cada célula de su cuerpo, con cada gota de su sangre. Ella jamás tendría un solo pensamiento bueno para esa mujer, lo peor era, que la odiaba sin razón alguna.Sienna nunca había sido un peligro para Zaida Rafiq, no fue la culpable de que su familia se dividiera, simplemente porque Zaida había nacido con la maldad tatuada en su alma, ella solo necesitó una excusa, una víctima para tratar de justificar su maldad. Su grado de manipulación era tanto, que no le importaba arrastrar a quien fuera en el proceso.—No puedes estar hablando en serio, tía —dijo Nayla con el corazón agitado dentro de su pecho y los ojos dilatados por la impresión.—¿Me ves sonriendo para dudarlo? —cuestionó ella, mirando a Nayla con determinación.—Pero eso que me pides va contra toda buena costumbre —susurró.Zaida dejó escapar una carcajada que erizó los vellos del cuello de la joven.—¿Buena costumbr
«Mackenzie»«Mackenzie»Hasan revisó los documentos, él no recordaba haber firmado ese documento. El original debía tener el nombre de la chica, jamás haría un trato a ciegas y menos, un contrato de matrimonio.El Emir se concentró en buscar la hoja original, de hecho, esos papeles no debían estar en su escritorio, no era algo que tenía que revisar ahora, pero a falta de mayor información decidió investigar por su cuenta.Hasan tecleó el nombre de Steven y esperó a que la página desplegara la información sobre el empresario norteamericano, lo que él no se esperaba era saber de su muerte y lo peor, no era reciente. Steven había fallecido casi dos años atrás, entonces, ¿había cumplido ya el acuerdo? ¿Se había casado con la hija de Mackenzie y era la mujer que no podía recodar?Él lo pensó por varios minutos, existía la posibilidad de que fuera así o también de haber llegado a un acuerdo favorable con la hija del difunto…—Vamos a ver —susurró mientras buscaba la información que necesita