Horas después
Con las cosas compradas para la bebé, regresamos al cementerio donde Day recientemente había dejado a su padre. Ella, no mira a su alrededor, solo se aferra a un pequeño vestido de color rosado, mientras camina.Sus amigas, la acompañan a cada lado de su cuerpo, mientras yo miro a mi alrededor, reafirmando que no vendrá ninguna loca a molestar. Day llora en silencio, al igual que yo lo hago, pero, ella tiene personas a las que sentirse apoyada, pero, yo…‘Vuelvo a estar solo y no puedo quejarme por eso, porque esto me pasa por no saber mantener mi buena relación con mi esposa.’ Me digo mentalmente.— Señor, está todo listo. — dice Travis— Asegúrense de que la seguridad sea fuerte. No quiero que alguien más además de nosotros se encuentre aquí.— Hemos cerrado el cementerio desde hace dos horas, señorEl enojo puede más que mi razón y por eso, bajo lo suficiente la ventana para que vean que hablo en serio. Es por eso, que las preguntas dejan de realizarse y solo toman fotografías que por segundos, me enceguecen.Como no han tomado en cuenta mi advertencia, acelero un poco, causando que varios periodistas caigan al suelo, pero, no paso sobre ellos. Los periodistas a su alrededor, no los ayudan a levantar y por eso, yo retrocedo con mi auto, para buscar una salida sin atropellarlos.— Si creen que es una amenaza que no cumpliré, pueden quedarse donde están.— Pero, señor Volkova… — dice mi conductor.— Estamos en duelo, queremos estar en paz y por eso hice un anillo de seguridad que ustedes se atrevieron a burlar solo para molestar a mi esposa que ya está lidiando mucho con la muerte de nuestra hija.>> Así que, si ustedes no respetan el dolor ajeno, no se aso
No supe como moverme o hablar, ya que, su respuesta y la forma en que lo dijo, fue tan impactante para mí, que me quedé inmóvil observando como todos pasaban a mi lado, con su mirada cargada de lástima.— Señor, marchémonos, dejemos que la señora Volkova descanse. — dice Travis.— Ella no puede hacerme esto.— Dejemos que descanse, señor Volkova. Han sido días difíciles. — dice Travis, pero, yo me niego a marcharme.Por eso, obligo a mis piernas moverse para llegar a la puerta y abrirla, observando así a mi esposa sentada frente a la ventana. Nadie la acompaña y parece que es su petición, porque sus amigas rara vez la dejan sola.— No puedes hacerme esto, Day — digo intentando controlar mis inmensas ganas de lanzar todo.— No quiero hablar contigo. — dice ella y yo tensiono mi cuerpo.— Sé que
Narra DayRyan se marcha y yo suspiro profundo, deseando que no vuelva a entrar. La doctora, llega en poco tiempo y me envía a la habitación que le he pedido, mientras Ryan habla con alguien más e incluso firma documentación del hospital.— No quiero recibir visitas. Si lo cree necesario, asistiré a todas las reuniones grupales, pero, no acepte que me visiten.— ¿Ni siquiera sus amigas?— No quiero que ellas vengan.— Pensé que se llevaban bien.Con todo lo que he vivido y cuanto han estado ellas para mí, sería imposible para mí que podamos separarnos o desagradarnos. Es por eso, que he tomado está medida, porque así como las quiero, deseo lo mejor para ellas y no es quedarse conmigo como mi guardiana.— Nos llevamos muy bien, pero, es porque las quiero mucho que no quiero que estén constantemente en este hospital conmigo. Yo sol
En silencio, miro a mi alrededor, sintiendo que ellas debieron ser boxeadores en su vida pasada, porque incluso Ryan está tan golpeado que parece que viene de un ring de boxeo. Todo es un desastre, al punto que las chicas tienen el cabello desordenado y los demás están heridos en cualquier parte del cuerpo, porque incluso uno se está atendiendo una mordida que tiene en el hombro.Aunque debo enojarme por todo el escándalo que tenían en la entrada del área de psiquiatría, no puedo hacerlo, porque es su forma de demostrarme que están para mí aunque sus familias le compliquen la vida.— Ustedes son terribles. — digo con mi vista completamente nublada.— Claro que lo somos, ¿Por qué crees que nos han querido llevar a reformatorios, conventos e incluso orfanatos? — dice Hanna llorando.— Es que tú si eres un caso perdido. — se burla Nina.
Ryan, vuelve a caminar de un lado al otro susurrando cosas que no puedo entender. Por eso, espero que se calme un poco para hablar como corresponde, pero, Ryan parece no cansarse de tanto caminar y por eso, debo hablar con él.— Deja de caminar tanto, Ryan. Vas a marearme si sigues así. — digo y él suspira profundo y se acerca a mí.— Day, sin duda, no eres una esposa rebelde, eres una esposa complicada que pone en juego el límite de mi paciencia, solo mencionando unas pocas palabras. — dice Ryan.— También puedo ayudarte con eso. — digo con seriedad.— Lo dije antes y te lo voy a volver a repetir, yo no pienso separarme de ustedes. Si quieres trabajar, está bien, puedes hacerlo. Pero, primero debo cerciorarme de que no sufrirás ningún peligro.— No necesitas hacer todo esoRyan de inmediato niega y se acerca aún más, al punto que
Cinco días despuésDespués de pasar los días relacionándome por medio de actividades en el área de psiquiatría y tener visitas con mis amigas y Ryan, sin que hagan un escándalo, finalmente me dan el alta.Físicamente, ya me encuentro estable, pero en mi pecho, aún sigue el dolor de los que se fueron, porque como he entendido en las charlas en el pabellón de psiquiatría, soy una sobreviviente a la muerte.— ¿Estás bien? — pregunta Hanna con su ropa bastante extraña.— No lo creo, al verte vestida así, no sé si se ha escapado alguien del área de psiquiatría o eres más inestable por no has estado allí.— No me molestes, soy la mascota de mi nuevo proyecto y por eso, estoy vestida así.— En conclusión, te has escapado del trabajo.— Solo unos minutos.&m
Todos tensionan su mandíbula con lo que menciono, por lo que, me concentro en darles el numero de la casa donde ahora viviré. Cuando bajamos del auto, el vigilante aparece con las llaves de la casa y su sonrisa amable.— Buenas tardes, señora Creswell.— Es Volkova. — corrige Ryan— Creswell está bien. — digo y eso hace que Ryan tensione su mandíbula.— Oh, bien. Pensé que había cometido un terrible error. — dice el vigilante y yo niego.— ¿Viene a darme la llave?— Sí, señora. Aquí tiene. — dice el vigilante y de inmediato, Ryan intenta tomarlas, pero, el vigilante las aleja.La reacción del vigilante, molesta a Ryan, pero, eso no me causa malestar, ya que, es algo que anticipaba de él. Por eso, camino hacia el vigilante y este me entrega las llaves, atento a Ryan.— ¿Qué es
Me quedo en silencio, notando que su suplica no es solo verbalmente, si no que, su mirada también me implora que le permita hacer eso por los bebés o por mí. Por eso, miro hacia el camión de la mudanza, notando que hay más de lo que quiero tener de él.— Ryan…— Déjame darles un poco de calidez al menos con esto.— No recibiré todo, Ryan. — digo y eso hace que Ryan suspire profundo.— Estas son las consecuencias de tener una esposa joven, ¿no? Son tan…— También puedo rechazar todo esto, Ryan.— Buenas mujeres. Es que la bendición de un hombre consiste en tener una increíble mujer joven. — dice él cambiando rápidamente el discurso que tenía pensado.Niego ante su abrupto cambio, pero, no me intereso en comenzar una discusión innecesaria cuando estoy agotada.— Acepta