Cinco días después
Después de pasar los días relacionándome por medio de actividades en el área de psiquiatría y tener visitas con mis amigas y Ryan, sin que hagan un escándalo, finalmente me dan el alta.Físicamente, ya me encuentro estable, pero en mi pecho, aún sigue el dolor de los que se fueron, porque como he entendido en las charlas en el pabellón de psiquiatría, soy una sobreviviente a la muerte.— ¿Estás bien? — pregunta Hanna con su ropa bastante extraña.— No lo creo, al verte vestida así, no sé si se ha escapado alguien del área de psiquiatría o eres más inestable por no has estado allí.— No me molestes, soy la mascota de mi nuevo proyecto y por eso, estoy vestida así.— En conclusión, te has escapado del trabajo.— Solo unos minutos.&mTodos tensionan su mandíbula con lo que menciono, por lo que, me concentro en darles el numero de la casa donde ahora viviré. Cuando bajamos del auto, el vigilante aparece con las llaves de la casa y su sonrisa amable.— Buenas tardes, señora Creswell.— Es Volkova. — corrige Ryan— Creswell está bien. — digo y eso hace que Ryan tensione su mandíbula.— Oh, bien. Pensé que había cometido un terrible error. — dice el vigilante y yo niego.— ¿Viene a darme la llave?— Sí, señora. Aquí tiene. — dice el vigilante y de inmediato, Ryan intenta tomarlas, pero, el vigilante las aleja.La reacción del vigilante, molesta a Ryan, pero, eso no me causa malestar, ya que, es algo que anticipaba de él. Por eso, camino hacia el vigilante y este me entrega las llaves, atento a Ryan.— ¿Qué es
Me quedo en silencio, notando que su suplica no es solo verbalmente, si no que, su mirada también me implora que le permita hacer eso por los bebés o por mí. Por eso, miro hacia el camión de la mudanza, notando que hay más de lo que quiero tener de él.— Ryan…— Déjame darles un poco de calidez al menos con esto.— No recibiré todo, Ryan. — digo y eso hace que Ryan suspire profundo.— Estas son las consecuencias de tener una esposa joven, ¿no? Son tan…— También puedo rechazar todo esto, Ryan.— Buenas mujeres. Es que la bendición de un hombre consiste en tener una increíble mujer joven. — dice él cambiando rápidamente el discurso que tenía pensado.Niego ante su abrupto cambio, pero, no me intereso en comenzar una discusión innecesaria cuando estoy agotada.— Acepta
Aunque sé que no es buena idea, decido no estresarme y por eso, regreso a mi casa, colocándole seguro a la puerta y con mi comida, sentarme en la única silla que hay en la sala.— Que molesto. — susurro sabiendo que no hay manera de que pueda hacerlo cambiar de opinión.Así que, me concentro en comer y seguir subiendo fotos de las cosas que quiero vender. Por fortuna, todo estrés que me causa la mudanza de Ryan, queda en el olvido, porque unos mensajes interesantes aparecen en mi página.Sin saber si es una estafa o no, me comunico con ellos y es en eso que me concentro hasta que finalmente aseguramos un encuentro para que ellos me den cosas que pueda patrocinar e incluso, les sirva como modelo de una marca para mujeres embarazadas.Agotada, camino hacia mi habitación y me acuesto teniendo como único mueble mi cama, esa que me trajo Ryan, agotada, comienzo a cerrar mis ojos, pero, apenas e
La molestia me invade y aunque Ryan intenta hablarme, yo hago una señal de alto y camino hacia donde se encuentra la puerta, deseando que no sea un daño demasiado grande, pero, los fragmentos de la puerta en el suelo, me dicen que no es posible que yo duerma con esa puerta así.— Ryan, ¿Qué debería hacer contigo? — pregunto molesta, al ver lo arruinada que quedó mi pobre puerta.— Pensé lo peor, Day. Al llamarte y no aparecer siquiera para decirme que no quieres verme, hizo que pensara lo peor y por eso, destruí la puerta para poder rescatarte.— Estoy bien, solo estaba muy cansada para abrir la puerta, ¿no podías pensar que estaba dormida?— ¡No! La desgracia es lo que abunda en mi vida, por eso, todo lo que los demás ven como algo normal, yo veo un riesgo que quiero evitar. — dice Ryan y yo suspiro profundo.Sabiendo que discutir no
Al día siguientePara mi fortuna, aunque he tenido discusiones constantes el día de hoy, pude dormir tanto anoche, que no tengo tantas ojeras y tengo más energía que los días en los que despertaba en el hospital.— Señora Day, buenos días. — dice uno de los chicos.— Lamento haberlos hecho descansar en una casa vacía, pero, pronto eso terminará. — digo saliendo hacia la calle.— ¿Va a algún lado?— Sí, tengo una entrevista de trabajo. Así que, preparen el auto, les diré a donde iremos.— Buen día, Day, ¿vas a algún lado? — pregunta Ryan entregándome una bolsa con ensalada de frutas, granola, yogurt y un jugo natural.— Ryan…— Vine a darle comida a mis hijos y a demostrarle a la madre de mis hijos que no soy solo un vecino que destruye la casa de su veci
Horas despuésMe alisto con el vestido y zapatos que él me mandó. Como tengo mi propio maquillaje, soy quien se peina y maquilla, sabiendo como debo hacerlo de acuerdo con la ocasión. Por eso, al ser la hora para salir, sonrío al ver que todas esas reuniones aburridas con mi padre, donde pocas veces asistí me sirvieron para saber que hacer o no.Justo cuando salgo de mi habitación, alguien toca el timbre de la puerta y no debo ser adivina para saber que la puntualidad de Ryan es grande. Por eso, camino hacia la puerta y me sorprendo al verlo perfectamente vestido, al punto que se ve muy atractivo.— Te ves hermosa. — dice Ryan sonriéndome incluso con la mirada.— Gracias, Ryan. También te ves muy bien. — digo y él me sonríe.— Los bebés serán muy hermosos. — dice Ryan y yo miro hacia mi vientre que no se ve casi abultado.&mdash
Los dos se quedan mirándose fijamente al punto que siento que he desaparecido. Pero, todo se vuelve más molesto al ver como ella coloca su mano sobre el pecho de Ryan y acercándose a la mejilla de Ryan le deja un beso marcado con el color rojo que parece ser únicamente suyo esta noche.Ryan retrocede un poco, pero, no veo desagrado en él. Por eso, dudo que lo haya hecho por molestia. Por eso, los observo esperando que justifique porque retrocedió, pero, solo mira a la mujer que se lo está follando con la mirada.— ¿Nos presentan o necesitan espacio? Porque si me dicen que hacer, no cometeré un error. — pregunto recordándole que estoy aquí.— Oh… lo siento, Day. — dice Ryan recordando que estoy aquí.— Perdón también, pensé que estábamos solos. Es la costumbre de que todos se marchen apenas nos vemos, ¿no es as
Se nota que se esfuerza, es evidente que intenta que yo me quede a su lado, pero, no quiero eso. No creo que pueda hacerlo cuando tengo mucho dolor del que no he sanado y tampoco quiero sanar a su lado.— Ryan, no te aferres.— ¡¿Cómo vas a decirme que no me aferre si tú y nuestros hijos es lo único que tengo?! — exclama Ryan liberando sus lágrimas acumuladas.— Cariño, no tenemos otra oportunidad. Es triste lo que digo, pero, es la verdad. No estábamos destinados y no es bueno forzarnos en algo que no funcionará. Ya no hay otra oportunidad.Ryan niega y de inmediato, entra conmigo al ascensor donde presiona el último piso, mientras yo intento alejarme de él.— Puedes odiarme, Day. Te di muchos motivos para hacerlo, pero, el odio también es un sentimiento y es tan fuerte que solo puede igualarse con el amor, por la intensidad y sus capacidades de