Narra Day
Ryan se marcha y yo suspiro profundo, deseando que no vuelva a entrar. La doctora, llega en poco tiempo y me envía a la habitación que le he pedido, mientras Ryan habla con alguien más e incluso firma documentación del hospital.— No quiero recibir visitas. Si lo cree necesario, asistiré a todas las reuniones grupales, pero, no acepte que me visiten.— ¿Ni siquiera sus amigas?— No quiero que ellas vengan.— Pensé que se llevaban bien.Con todo lo que he vivido y cuanto han estado ellas para mí, sería imposible para mí que podamos separarnos o desagradarnos. Es por eso, que he tomado está medida, porque así como las quiero, deseo lo mejor para ellas y no es quedarse conmigo como mi guardiana.— Nos llevamos muy bien, pero, es porque las quiero mucho que no quiero que estén constantemente en este hospital conmigo. Yo solEn silencio, miro a mi alrededor, sintiendo que ellas debieron ser boxeadores en su vida pasada, porque incluso Ryan está tan golpeado que parece que viene de un ring de boxeo. Todo es un desastre, al punto que las chicas tienen el cabello desordenado y los demás están heridos en cualquier parte del cuerpo, porque incluso uno se está atendiendo una mordida que tiene en el hombro.Aunque debo enojarme por todo el escándalo que tenían en la entrada del área de psiquiatría, no puedo hacerlo, porque es su forma de demostrarme que están para mí aunque sus familias le compliquen la vida.— Ustedes son terribles. — digo con mi vista completamente nublada.— Claro que lo somos, ¿Por qué crees que nos han querido llevar a reformatorios, conventos e incluso orfanatos? — dice Hanna llorando.— Es que tú si eres un caso perdido. — se burla Nina.
Ryan, vuelve a caminar de un lado al otro susurrando cosas que no puedo entender. Por eso, espero que se calme un poco para hablar como corresponde, pero, Ryan parece no cansarse de tanto caminar y por eso, debo hablar con él.— Deja de caminar tanto, Ryan. Vas a marearme si sigues así. — digo y él suspira profundo y se acerca a mí.— Day, sin duda, no eres una esposa rebelde, eres una esposa complicada que pone en juego el límite de mi paciencia, solo mencionando unas pocas palabras. — dice Ryan.— También puedo ayudarte con eso. — digo con seriedad.— Lo dije antes y te lo voy a volver a repetir, yo no pienso separarme de ustedes. Si quieres trabajar, está bien, puedes hacerlo. Pero, primero debo cerciorarme de que no sufrirás ningún peligro.— No necesitas hacer todo esoRyan de inmediato niega y se acerca aún más, al punto que
Cinco días despuésDespués de pasar los días relacionándome por medio de actividades en el área de psiquiatría y tener visitas con mis amigas y Ryan, sin que hagan un escándalo, finalmente me dan el alta.Físicamente, ya me encuentro estable, pero en mi pecho, aún sigue el dolor de los que se fueron, porque como he entendido en las charlas en el pabellón de psiquiatría, soy una sobreviviente a la muerte.— ¿Estás bien? — pregunta Hanna con su ropa bastante extraña.— No lo creo, al verte vestida así, no sé si se ha escapado alguien del área de psiquiatría o eres más inestable por no has estado allí.— No me molestes, soy la mascota de mi nuevo proyecto y por eso, estoy vestida así.— En conclusión, te has escapado del trabajo.— Solo unos minutos.&m
Todos tensionan su mandíbula con lo que menciono, por lo que, me concentro en darles el numero de la casa donde ahora viviré. Cuando bajamos del auto, el vigilante aparece con las llaves de la casa y su sonrisa amable.— Buenas tardes, señora Creswell.— Es Volkova. — corrige Ryan— Creswell está bien. — digo y eso hace que Ryan tensione su mandíbula.— Oh, bien. Pensé que había cometido un terrible error. — dice el vigilante y yo niego.— ¿Viene a darme la llave?— Sí, señora. Aquí tiene. — dice el vigilante y de inmediato, Ryan intenta tomarlas, pero, el vigilante las aleja.La reacción del vigilante, molesta a Ryan, pero, eso no me causa malestar, ya que, es algo que anticipaba de él. Por eso, camino hacia el vigilante y este me entrega las llaves, atento a Ryan.— ¿Qué es
Me quedo en silencio, notando que su suplica no es solo verbalmente, si no que, su mirada también me implora que le permita hacer eso por los bebés o por mí. Por eso, miro hacia el camión de la mudanza, notando que hay más de lo que quiero tener de él.— Ryan…— Déjame darles un poco de calidez al menos con esto.— No recibiré todo, Ryan. — digo y eso hace que Ryan suspire profundo.— Estas son las consecuencias de tener una esposa joven, ¿no? Son tan…— También puedo rechazar todo esto, Ryan.— Buenas mujeres. Es que la bendición de un hombre consiste en tener una increíble mujer joven. — dice él cambiando rápidamente el discurso que tenía pensado.Niego ante su abrupto cambio, pero, no me intereso en comenzar una discusión innecesaria cuando estoy agotada.— Acepta
Aunque sé que no es buena idea, decido no estresarme y por eso, regreso a mi casa, colocándole seguro a la puerta y con mi comida, sentarme en la única silla que hay en la sala.— Que molesto. — susurro sabiendo que no hay manera de que pueda hacerlo cambiar de opinión.Así que, me concentro en comer y seguir subiendo fotos de las cosas que quiero vender. Por fortuna, todo estrés que me causa la mudanza de Ryan, queda en el olvido, porque unos mensajes interesantes aparecen en mi página.Sin saber si es una estafa o no, me comunico con ellos y es en eso que me concentro hasta que finalmente aseguramos un encuentro para que ellos me den cosas que pueda patrocinar e incluso, les sirva como modelo de una marca para mujeres embarazadas.Agotada, camino hacia mi habitación y me acuesto teniendo como único mueble mi cama, esa que me trajo Ryan, agotada, comienzo a cerrar mis ojos, pero, apenas e
La molestia me invade y aunque Ryan intenta hablarme, yo hago una señal de alto y camino hacia donde se encuentra la puerta, deseando que no sea un daño demasiado grande, pero, los fragmentos de la puerta en el suelo, me dicen que no es posible que yo duerma con esa puerta así.— Ryan, ¿Qué debería hacer contigo? — pregunto molesta, al ver lo arruinada que quedó mi pobre puerta.— Pensé lo peor, Day. Al llamarte y no aparecer siquiera para decirme que no quieres verme, hizo que pensara lo peor y por eso, destruí la puerta para poder rescatarte.— Estoy bien, solo estaba muy cansada para abrir la puerta, ¿no podías pensar que estaba dormida?— ¡No! La desgracia es lo que abunda en mi vida, por eso, todo lo que los demás ven como algo normal, yo veo un riesgo que quiero evitar. — dice Ryan y yo suspiro profundo.Sabiendo que discutir no
Al día siguientePara mi fortuna, aunque he tenido discusiones constantes el día de hoy, pude dormir tanto anoche, que no tengo tantas ojeras y tengo más energía que los días en los que despertaba en el hospital.— Señora Day, buenos días. — dice uno de los chicos.— Lamento haberlos hecho descansar en una casa vacía, pero, pronto eso terminará. — digo saliendo hacia la calle.— ¿Va a algún lado?— Sí, tengo una entrevista de trabajo. Así que, preparen el auto, les diré a donde iremos.— Buen día, Day, ¿vas a algún lado? — pregunta Ryan entregándome una bolsa con ensalada de frutas, granola, yogurt y un jugo natural.— Ryan…— Vine a darle comida a mis hijos y a demostrarle a la madre de mis hijos que no soy solo un vecino que destruye la casa de su veci