Regresó con Scarlet.
—Está Braulio y uno de sus sobrinos, no sé si lo conozcas, se llama Israel. —Scarlet sonrió.
—Si lo conozco, él me puede ayudar a pasar. Tú podrías traerlo.
—Bien. Ve y siéntate en la otra sala mientras yo hablo con él.
Juan Carlos se
—Te quiero mucha mami. —Jr. le agarró el cabello—. Te ves linda con el pelo amarillo. —Scarlet e Israel se rieron.—Gracias bebé, ahora tienes una mamá rubia.Los minutos pasaron. Israel observó su reloj.—Creo que ya deberías irte antes que todos regresen. —Jr. se agarró duro de Scarlet.—No mamá, todavía no te vayas. —Ella con ternura le dijo:—Me quedaré cinco minutos más, pero debes prometerme que cuando me vaya te quedarás tranquilo hasta que podamos vernos de nuevo.—Sí mami. —Israel agregó:—Jr. es peligroso que encuentren aquí a tu madre. —Jr. hizo caso omiso y se recostó sobre el regazo de Scarlet.Después Israel lo devolvió a la cama, Scarlet se acercó y le dio un beso. Jr. se puso a llorar. Ella se contuvo de h
Después que el ascensor se cerró, Rodrigo sintió un fuerte impulso de ir detrás de ella. Si por él hubiera sido lo dejaba todo botado, dejaría a un lado los prejuicios de su familia y los de él mismo, correría con ella para tomarla en sus brazos y ser feliz con su amor, con su sonrisa y su atrapante mirada que lo dejaba paralizado cada vez que sus ojos de gata se quedaban mirándolo solo a él.Pero el otro‹‹hombre›› el que ella había elegido‹‹Juan Carlos››estaba a su lado; de nada servía intentar remediar algo o siquiera intentarlo. En ese momento no tenía tanta rabia por dentro, más bien era un sentimiento de lamento y tristeza, su corazón había empezado a aceptar que no podría amarla, aunque sí le tenía resentimiento, pero ya no valía la pena lo q
Por la noche Israel llegó a su apartamento; Michael ya tenía la mesa lista y lo estaba esperando para cenar juntos.—Hola corazón. —Se dieron un pequeño beso en la boca.—¿Cómo sigue Jr.?—Está muy bien, en la mañana lo darán de alta. —Israel se acercó a fregadero y se lavó las manos, Michael le dio un paño para que se secara, después los dos se fueron al comedor.—No te imaginas lo que sucedió en la clínica.—¿Y eso?—Bueno, debo contarte un montón de cosas. ¿Recuerdas en Miami cuando te dije que a Rodrigo no le gustó que hubieras invitado a Scarlet a cenar?—Sí. —Michael sonrió y juntó el par de índices—. ¡No me digas que Scarlet y Rodrigo andan juntos!—Sí, bueno, anduvieron, eso se
TRES DÍAS DESPUÉS. Gema y Juan Carlos acompañaron a Scarlet a traumatología, esa mañana le quitaron el yeso de la pierna. Ella salió sonriente del consultorio. —Al fin, me siento tan libre que tengo ganas de salir a todas partes. —Juan Carlos les dijo: —¿Qué tal si mañana salimos a bailar? —Gema se rió. —No importa, podemos solo charlar y beber unos tequillas, qué mejor excusa que a Scarlet le quitaron el yeso. Vamos a celebrar los tres. —Qué mejor excusa que a Scarlet le quitaron el yeso. Vamos a celebrar los tres a un antro. —Sí me parece bien. —Dijo Scarlet, Juan Carlos agregó: —Hoy me gustaría invitarte a cenar Scarlet. Creo que te lo mereces después de todo lo que has pasado estas últimas semanas. —Gracias Juan Carlos, encantada acepto tu invitación. Ahora quiero regresar al hotel y estar preparada, es que en la tarde el señor Braulio va a dejarme a Jr. un rato. Alejandro fue
En la mañana Rodrigo bajó al comedor a desayunar. En la mesa ya estaba Braulio.—Buenos días papá.—Buenos días hijo. —Rodrigo se sentó.—¿Y tía Elena?—Amaneció indispuesta. Y tu como que no dormiste bien, cargas una cara.—La verdad dormí muy poco, es que descubrí algo que me causó mucha inquietud.—¿Sí, y qué es?—Espera un momento y te lo digo. —Rodrigo le dijo a Lalita que estaba sirviendo el desayuno que le llamara a Lucrecia. Cuando ella llegó al comedor le dijo:—¿Me mandó a llamar señor Rodrigo?—Si Lucrecia, quiero hablar con ustedes dos aprovechando que no está tía Elena aquí presente, y no me voy a andar con pelos en la lengua. ¿Quién de ustedes dos está trayendo a Scarlet
Por la noche Rodrigo esperó que Jr. se quedara dormido, y se alistó para salir. Elena se lo encontró en el pasillo y ojeó su atuendo.—¿Ya te vas a emborracharte?—Lo dices como si yo fuera un alcohólico.—Si pudieras lo serías.—No exageres. Solo voy un rato con Andrés y tomar dos copas y regreso.—Seguro que regresas el domingo.—Sabes que no es verdad lo que dices. Mejor me voy ya.Rodrigo la dejó sola en el pasillo y se marchó; Elena se quedó pensando dentro de sí con cara de preocupación:—No me gusta que ande metido en esos antros, ¿qué tal si llega a conocer a una perdida, una aprovechada? —De pronto sonrió—. Bueno, mi Rodrigo demostró que no le gustan ese tipo de mujeres, a Scarlet ni la tomaba en cuenta; los días que esa mujer estuvo aqu&iacu
Rodrigo salió al exterior y se fue a un lado y bajó las escaleras que dirigían hacia donde se estacionaban los taxis, pensando que tal vez la encontraría allí esperando; pero ella no estaba por ninguna parte. Por un lado se lamentó porque la había perdido de vista, por otro se sintió aliviado porque no tuvo contacto con ella. Se puso a pensar en lo que hubiera sucedido si la hubiera alcanzado,"Hubiera sido una cagada"se dijo a sí mismo. Se dio vuelta para regresar al local. Subió las mismas escaleras que había bajado, cuando alcanzó la cima visualizó a Scarlet con Juan Carlos cerca de la puerta, algo le decía ella y se veía quejosa, Juan Carlos pareció que quiso consolarla y la abrazó, después se miraron de frente, él subió su mano y le acarició la mejilla izquierda, algo le dijo y ella sonrió de nuevo, entonces regresaron adentro. Rodrigo sintió que la rabia lo invadía
Scarlet se pudo imaginar que él no se había acercado para nada bueno, seguro deseaba insultarla o le reprocharía que aún seguía en ciudad de México, o tal vez había descubierto que ella estuvo con Jr. el dia anterior.Él se acercó como si él fuera su dueño e intentó agarrarla de la mano , pero ella lo esquivóy puso su rostro serio. Él que no sabía rendirse la agarró con brusquedad y la jaló hacia sí sin decirle nada.—Déjame. —Dijo ella. Gabriel reaccionó de inmediato.—¿Que rayos le sucede, suéltala?—La suelto cuando se me dé la regalada gana.—Scarlet intentó zafarse pero Rodrigo le agarró el brazo con más fuerza hasta que ella se quejó. Entonces Gabriel se le vino a Rodrigo y lo empujó con fuerza.—Ella no