Rodrigo quiso ir a ver a Antonella, sentía la necesidad de confrontarla después de lo que ella hizo. Scarlet no quería que lo hiciera.
—No hace falta que lo hagas.
—Casi te mata, ella pudo evitar que Alejandro te hiciera daño y se quedó callada.
—Rodrigo tiene razón. —Le dijo Braulio—. Yo también quiero confrontarla pero ella se niega a recibirme, tal vez con Rodrigo si quiera hablar. Antonella nos traicionó y nos engañó a todos.
Antonella tenía días que no hablaba con nadie ni recibía visitas, solo a su tío que una vez fue a visitarla. La custodia fue a su celda y le dijo:
—Tiene una visita. —Antonella estaba sentada al borde de la cama.
—Sabe que no quiero ver a nadie. —La custodia leyó en la plantilla el nombre del visitante.
—Se llama Rodrigo Salvatierra. —Antonella corrió y se agarró de la reja.
—¿Rodrigo vino a verme? —Lo dijo con una aleg
MESES DESPUÉSLlegó el mes de diciembre, y la casa de los Salvatierra se vistió de navidad. El año anterior ninguno celebró; fue una navidad muy amarga, donde de una tarde para la noche Rodrigo había matado a Alejandro y estuvo a punto de morir, los alcázar les arrebataron al bebé, y todo había sido muy turbio para ellos. Pero ahora las cosas estaban mucho mejor de lo que esperaban, excepto claro que aun sentían la partida de Jr. y estaban tristes por ello, la navidad se los recordaba, pues como todo niño él adoraba esas épocas. Los adultos no sentíanganas de celebrar la navidad; pero en la familia habíamás niños que se sentíanfelices por la llegada de lasa fiestas, por ellos adornaron la casa y decoraron el árbol.Julio ya caminaba y decía algunas palabras. Esa navidad puso
El último día del juicio.—Que el acusado se ponga de pie. —Rodrigo se levantó y el juez prosiguió:—Mediante a todas las pruebas presentadas y de cómo se desarrollaron los hechos durante los años de persecución que sufrió el acusado y su familia por parte del occiso. Hechos que desencadenaron la tragedia ocurrida en que el señor Alejandro José Alcázar perdió la vida; el acusado se declara inocente de todos los cargos, a partir de hoy puede gozar de plena libertad.Juan Carlos suspiró y extendió la mano para dársela a Rodrigo, se dieron un abrazo.—Felicidades Rodrigo, al fin la justicia llegó.—Gracias, no sé cómo habrían sido las cosas sin tu apoyo y el de todo tu equipo.—De algún modo la verdad tenía que demostrarse, Ana Julia y tú solo fueron v&iacut
Las quiero mucho y gracias por llegar hasta aquí. Les invito a leer mi nueva obra en proceso, La sustitura, es del tipo usurpadora. Les dejo el prólogo. Prólogo Ignacio entró a la habitación de Amelia lleno de indignación y le dijo: —¿Quién se supone que eres? —La tiró agresivamente sobre la cama, él acababa de descubrir que ella no era en realidad su esposa, sino una usurpadora. —¿De qué hablas? —No te hagas la tonta, ya sé toda la verdad, sé que no eres mi esposa. —Un escalofrío invadió el cuerpo de Amelia. —¡Respóndeme! ¿Quién demonios eres y por qué viniste a llenar mi vida de tantas mentiras? —Amelia se quedó muda y su rostro empalideció. —¿Te vas a quedar callada? ¿Dónde está Silvia? —Ella tomó aire y con una voz temblorosa respondió: —No lo sé, ella me dijo que se iba de vacaciones por un tiempo, pero nunca regresó. —Hubo una pausa, después él le dijo: —¿Cuánto dinero
El destino sorprendió a Ana Julia (Scarlet) que nunca imaginó que conocería al hombre de su vida mientras trabajaba como bailarina en un club nudista de Los Ángeles; se trataba de Rodrigo Salvatierra, un joven y apuesto millonario que era viudo y aún sufría el luto por la muerte de su esposa. Entre ellos surgió un amor inesperado que nació como lo haría una pequeña flor en el desierto, siempre sedienta de pasión y expuesta a las inclemencias del destino, porque ese amor será sometido a muchas pruebas, una de las cuales los separará, pero los amores verdaderos sobreviven y mantiene juntos los corazones de los amantes.***
Había pasado casi año y medio desde que Ángela murió en un fatal accidente. Rodrigo su esposo seguía sintiendo la misma agonía como el primer día cuando supo que estaba muerta; ella era el amor de su vida, para él ninguna mujer podría suplantar el lugar que su esposa tenía en su corazón y no estaba dispuesto a olvidarla, menos aún estaba dispuesto a poner a otra mujer en su lugar. Por las noches cuando todos descansaban en la mansión, Rodrigo se iba a la habitación donde él y Ángela dormían juntos; desde que ella murió decidió mudarse a otra y convirtió está en un santuario; en dicha habitación todo estaba igual como ella lo había dejado aquel día que por última vez salió de su casa para no regresar. En la cómoda permanecían el par de cofres con sus joyas, a un lado había un portarretrato de cristal que contenía la foto del feliz matrimonio con su pequeño hijo Rodrigo , ellos se la habían tomado el día de su bautizo, a Ángela se le veía muy hermosa y feliz. El guardarropa también es
Después de la muerte de Ángela Rodrigo se había vuelto un tipo amargado, y patán, parecía que menosprciaba a todas las mujeres y las usaba. Él era un joven magnate heredero del negocio inmobiliario, para entonces tenía 32 años de edad. Su esposa murió en un fatal accidente de tránsito producto de la falla de los frenos de su auto, dejándolo viudo y con un pequeño niño de cinco años que era lo único que le daba algo de sentido a su vida. A los meses de enviudar, él para aliviar un poco la pena que lo aquejaba había empezado a llevar el estilo de vida sexual algo extravagante y cargada de derroches y se metía en la cama con toda mujer hermosa que se le cruzaba en el camino, eso incluía a Annie Bolttier, la hija de uno de los socios de las empresas de su familia, que era su mejor amiga desde la adolescencia, ella siempre había estado enamorada de Rodrigo y pasó a ser su amante tras la muerte de Ángela, ahora se acostaba con él, conservando las esperanzas en llegar a ser a algo más que s
Un día en un fiesta donde estaban varios de los socios de las empresas y filiales; Rodrigo había asistido con Annie.La noche estaba un tanto aburrida y ellos no veían la hora de escapar de allí en busca de poner en práctica su extravagante vida nocturna. Pasó un buen rato cuando de pronto llegó Erick Sutherland, un amigo de Rodrigo con su flamante esposa, se trataba de Hilary; la mujer tenía un cuerpo que parecía esculpido por los dioses, el vestido que llevaba puesto era de color beige casi del mismo tono de su piel, entonces parecía estaba desnuda, ella tenía cintura de avispa y un par de pechos bien puestos en su lugar. Sus labios eran carnosos pintados de color rojo que estimulaban la imaginación de Rodrigo que no podía evitar mirarla por más que procuraba esconder sus lujuriosos ojos.Ella también le había clavado la mirada, Hilary sabía que Rodrigo se sentía atraído por su belleza.Pero Erick era un viejo amigo, ellos habían estudiado juntos la prepa y siempre se habían respetad
Ambas parejas salieron del lugar y fueron directo a la casa de los Sutherland, estuvieron en la sala algunos minutos y se bebieron una copa, allí parecía que nada estaba fuera de lo normal. Después Hilary fue arriba a su habitación. —iré a cambiarme. —Unos cuantos minutos después Erick les dijo: —Bueno, vamos al cuarto de terciopelo. Annie y Rodrigo se miraron y se rieron en silencio, se imaginaron que el cuarto de terciopelo era de color rojo y con alfombras con motivos de cebra o de tigre. Bajaron unas escaleras en forma de caracol de color beige cuyo diseño se asemejaba a un tobogán, al llegar a la habitación se encontraron con algo totalmente distinto a lo que estaban pensando, dicha habitación tenía más apariencia de un spa lujoso que un cuarto dedicado solo para practicar el sexo; lo único que tenia de terciopelo eran los muebles y los cojines, las tonalidades eran de color marrón, beige y negro. Nadie podía negar que Erick y Hilary tuvieran exquisitos gustos y mucha clase a