Por la noche Rodrigo le contó a Braulio a solas que él y Scarlet si se iban a casar.
—No estoy muy de acuerdo con lo que piensan hacer, se la llevan muy mal, esta casa se va a convertir en un campo de batalla.
—¿Entonces le quito a su hijo?
—Tampoco me gustaría eso, pero no queda otra opción, no podemos dejar que ese niño crezca solo con ella, no con la vida que Scarlet acostumbra tener.
—Casándome con ella deberá dejar esa vida, no tendrá necesidad de hacer esas cosas.
—Todos en la familia conocen la verdad de su origen.
—Más les vale que se olviden de eso, porque Scarlet será mi esposa, y su pasado no debe salir de estas cuatro paredes.
—Elena se va a morir cuando se entere.
—No le diga nada, yo mismo se los diré a todos cuando ya estemos casados y la traiga a vivir con nosotros.
—No
Pese a que todo para la boda se preparó de manera improvisada, se organizó muy bonito. El sábado por la tarde el patio exterior de la casa estaba todo vestido de blanco, con carpas, cortinas y rosas por todo el lugar. El vestido de novia fue el tradicional de la familia que había pasado varias generaciones, y solo necesitaba algunos retoques, en poco tiempo estuvo listo para la novia. Rodrigo se había encargado de los anillos en cuento Scarlet aceptó casarse con él.Los invitados comenzaron a aparecer, Rodrigo era el centro de atención, todos los del pueblo querían conocer al millonario con el que Ana Julia se iba a casar, y esperaban con expectativa su aparición.Rodrigo en secreto reconocía que sus intenciones de casarse con ella habían sido para retenerla y no dejársela así tan fácil a Juan Carlos.Parado frente a la cómoda se comenzó a acomo
Todos felicitaron al señor y señora Salvatierra y comenzó la celebración, al rato una señora se acercó a los recién casados y les dijo:—Quiero desearles mucha felicidad, se nota que están muy enamorados, se vieron muy lindos con ese beso que se dieron. —Ellos con una sonrisa fingida le agradecieron sus buenos deseos.—Ese beso no significó nada. —Le dijo ella.—Por supuesto que no; tampoco soy tan estúpido como para pensar lo contrario.—Pues menos mal.Rodrigo y su suegro brindaron los dos por la unión de su familia mientras Scarlet estaba muy callada solo observando a su esposo fingir una felicidad que no sentía.—Yerno si supieras que tenía mucho tiempo sin poder siquiera probar una copa, pero hoy tengo una buena razón para festejar. —Sc
—No anularemos nada, y mejor te calmas, no pensé que te fuera a afectar tanto lo que te dije, siempre te defiendes como una gata. —Y me volveré como un tigre de ahora en adelante, ya me cansé de tus insultos y todas tus humillaciones, no te voy permitir que sigas intentando hundirme, porque cada vez que lo intentes te voy a joder a ti y a tu familia. —No metas a mi familia en esto. —Ella se rió con sarcasmo. —Más bien diles a tu a ellos que no se metan con la puta que te casaste. —Basta ya, mejor te callas. —Ella alzó la voz. —No me voy a callar. —Tal parece que se te alborotó el demonio que llevas por dentro. —¿Qué pensabas, que sería una mansa paloma? tu decidiste meterme en el infierno, entonces yo seré un maldito demonio y te voy a atormentar. —Definitivamente eres cada vez más distinta de lo que aparentabas. —Si mis padres
Rodrigo y Scarlet bajaron del auto, él se le acercó y le dijo: —Dame tu mano. —¿Para qué quieres mi mano? —Te voy a presentar como mi esposa delante de toda mi familia. —Él la agarró —. ¿Estás preparada? —¿Piensas que tengo miedo?—Ambos se quedaron viendo a los ojos. —Cuando nos conocimos tenías miedo de estar a solas conmigo, ¿ya lo olvidaste? —Él se quedó mirándole el rostro, de pronto le soltó la mano y con cuidado le tocó la mejilla izquierda—. Te veías tan asustada cuando subimos a aquel helicóptero, y cuando nos quedamos solos en la suite del hotel. —Scarlet se mordió el labio y esquivó su mirada, volteó el rostro a otro lado, no deseaba que le dijera esas cosas, recordar cómo se había enamorado de él era como echarle sal a sus heridas. —Por supuesto que estaba asustada, desde que te vi por primera vez presentí que eras un mala persona.
Los demás dirigieron sus miradas cargadas reproche hacia Braulio.—Papá ¿tú lo sabías? —Preguntó Raiza, el viejo les dijo:—Si lo sabía, no los puse al tanto precisamente porque me imaginé cómoiban a reaccionar.—Por supuesto que te lo imaginabas —Agregó Elena—. ¿Cómo más se supone que íbamos a reaccionar al saber que tu hijo decidió casarse con una prostituta?—Papá, no puedo creerlo. ¿Por qué lo dejaste hacerlo?—Rodrigo está bastante grande para tomar sus propias decisiones. Además Scarlet está esperando un hijo suyo.—Eso no nos consta Braulio —Elena miró a Adelaida—. ¿Tú qué opinas de esta locura?Adelaida prefería
Al rato Braulio subió y se dirigió a la que ahora era la habitación de Rodrigo y Scarlet, llamó a la puerta y Rodrigo le abrió.—Quiero hablar contigo en mi habitación. —Está bien, vamos.Cuando llegaron, Braulio cerró la puerta.—¿Qué sucede papá?—Quiero que me expliques cómo es eso que tu mujer se acostó con Israel. —Rodrigo se sonrojó.—¿Quién te dijo eso?—Elena nos lo acaba de decir a todos. —Rodrigo se apartó de su padre y le dio la espalda, con una expresión anonadada en su rostro le dijo:
Cuando Israel llegó a la casa desu madre, ella ya lo estaba esperando en la sala. —Aquí estoy mamá, ¿qué me ibas a decir? —él se quedó de pie junto al sofá donde ella estaba sentada. —Quiero que me aclares una cosa que me parece horrible. —Israel se preguntaba si tal vez ella había descubierto su secreto, suspiró en silencio y cogió valentía. Con una voz serena le dijo: —¿De qué se trata? —Se trata de Scarlet, la esposa de Rodrigo. ¿Cómo es eso que ella y tú se acostaron? —A Israel se le aceleró el corazón. —¿Quién te dijo eso? —Elena lo gritó hoy a los cuatro vientos, lo dijo delantede todos en la casa, hasta delante de Braulio. —¿Pero por qué tía Elena dijo eso de Scarlet y de mí? —Porque esa mujer está embarazada, y Elena dice que ese hijo puede ser tuyo. —Israel con celeridad se sentó al lado de su madre que tenía cara de preocup
Annie se enteró por boca de Raiza que Rodrigo se había casado con Scarlet y lloró de la tristeza y la rabia que le dio. —No puede ser, Rodrigo no pudo hacerme esto a mí. Se casó con una cualquiera que se acuesta con todos. Rodrigo bajó a la cocina con el tarro de té que la madre de Scarlet había mandado a preparar para ella. Como era domingo solo había una empleada de la cocina y está ya se había retirado, solo estaba Lucrecia y uno de los choferes comiendo. Rodrigo puso al tanto a Lucrecia para qué era el té, y le explicó cómo Scarlet debía tomarlo para que ella instruyera a las empleadas. Antonella lo vio cuando él pasó para la cocina y lo siguió. —Rodrigo, ¿Me puedes acompañar un rato en el jardín? ya sabes, para hablar mientras fumamos un cigarrillo. —Lucrecia levantó las cejas, le parecía que la mujer era muy descarada. —Claro —Dijo Rodrigo—. Espérame mientras le subo el té