HOLA, DÉJAME TUS COMENTARIOS O RESEÑAS GRACIAS POR LEER REGÁLAME TU LIKE EN EL CAPÍTULO ♥
Betty escuchaba las risas crueles de Ashton, lo odiaba, sintió que su cuerpo nunca sintió tanta rabia por ese hombre, incluso ya no se reconocía a sí misma. —¿No te dije que pagarías por dejarme? A mí nadie me deja, Betty, ¡pagaste con lágrimas de sangre! Ella le mirò con rabia. El hombre corrió a buscar a los empleados y comenzó a gritarles a todos. Betty corrió también hasta la cocina, al llegar abrió un cajón, tomó ese cuchillo, lo envolvió entre sus ropas, y volvió al mismo lugar donde estaba. Tenía miedo, su corazón latía a punto de explotar, pero se contuvo. «Debo lograr escapar con mi bebé», pensó La niñera fue la última en bajar. —Quiero que se vayan ahora mismo de mi casa —el hombre les dio algo de dinero—. Vuelvan mañana, pronto llegará Carsei, y me encargaré de hacer que también se vaya. Los tres empleados tomaron el dinero y se fueron. Betty subió la escalera apurada, cuando escuchó el llanto del bebé. Al entrar en la alcoba, vio al pequeño llorando, lo cargó en
Emerson y Anya llevaron a Betty al salón. La cubrieron con una manta, hacía un frío desastroso, y ella estuvo bajo el frío por mucho tiempo. Anya llevó al bebé con la niñera, pidió que lo cuidara. —Él me obligó a mentir, ¡pobre Bradley, lo he roto! —exclamó con ojos llorosos. Emerson tomó su mano. —Bradley te escuchará, ahora no está bien, pero mañana lo hará. Betty sollozó. —No quería hacerlo, Ashton me llevó hasta ese límite, èl quiso… abusarme, me llené de odio, ¡lo siento! No quería ser una asesina. Hank estaba ahí. Emerson llamó a un abogado, era el mejor del estado, necesitaba que ayudara a Betty, de ninguna manera podía imaginar a Beatriz en prisión. El abogado llegó en torno al amanecer, escuchó todo lo que le dijeron, y decidió llamar a las autoridades. Betty tuvo terror. Pronto llegaron los policías. Betty contó todo a ellos, los policías tomaron el testimonio, ella firmó papeles. Otros detectives llegaron después. —No encontramos a nadie en la casa del señor Mi
Bradley sintió un gran peso al ver a Betty así, y la levantó del suelo. —Me rompiste el corazón con tus palabras, Betty, no sabes lo que sufrí. Ella bajó la mirada, su voz temblaba. —Lo sé… perdóname, quería salvar al bebé, perdóname, por favor. —¿Te hizo daño? —Bradley, elegí perderme, lastimé a Ashton, creí que lo maté, pero él… ¡Desapareció! No pensé en nada, solo que no quería que me pusiera un dedo encima… Bradley la abrazó sin pensarlo, imaginó a la pobre Betty en las manos de ese criminal. ¿Qué tan desesperada debía estar para atreverse a lastimar a ese hombre con un cuchillo? Ella debía estar al límite, de otro modo alguien que era tan dócil como Betty, no podría atacarlo. Bradley imaginó que él quiso abusar de ella de forma íntima y eso la enloqueció hasta llevarla a esa locura. —Estaremos bien, ¿sì? Te cuidaré. —¡Vámonos lejos, por favor, a donde nunca nos pueda encontrar! Perdóname, Bradley, mira en el infierno en que te fui a meter, ojalá nunca hubiera conocido a A
Los ojos de Ashton se abrieron, observó el techo blanco, quiso erguirse, pero no pudo hacerlo, tenía un respirador sobre su boca. Abrió ojos enormes, cuando todos los recuerdos vinieron a èl. Flashback: «Ashton sintió ese dolor punzante en su estómago, cayó al suelo, aún pudo gritar el nombre de Betty. Pero, ella se fue, ni siquiera pudo reconocerla en ese momento. La Betty que lo amaba no lo dejaría ahí tirado, herido. Más cuando ella era la única culpable. Sin embargo, ella era la verdadera responsable, la había roto tanto que ya ni compasión sentía por èl. Ashton lanzó un quejido, pero pudo aún tomar un trapo y colocarlo contra su estómago. Sentía que en cualquier momento podía desmayarse, por la pérdida de sangre. El hombre escuchó a Betty irse. Unos diez minutos después, su otro guardia Carsei, llego, fue gracias a èl que sobrevivió. Lo encontró por la escalera, le pidió que lo llevara lejos de ahí. Carsei lo llevó a un auto, condujo hasta llevarlo a un hospital en un p
Emerson escuchó el sonido de la llamada del teléfono, se levantó y respondió. —Hola. —¿Señor Carrigan? Habla la enfermera de su padre, el señor Bill Carrigan, èl se ha puesto mal, lo hemos llevado al hospital, ¿puede venir a verlo? —¡Voy para allá! —exclamó Emerson. Anya se levantó al verlo tan apurado. —¡Es papá, se ha puesto peor! Anya se levantó enseguida, se vistió tan rápido como Emerson, y ambos tuvieron que despertar a Betty y Bradley. Betty dijo que ayudaría a Sienna. Prometieron mantenerlos al tanto. En el hospital. Al llegar, Emerson y Anya esperaban noticias del doctor. Anya se movió un instante para llamar a Betty y preguntar si su hija estaba bien. Emerson esperaba al doctor, cuando encontró a Ruby Lane. Ella se arrojó a sus brazos, mientras sollozaba como una niña, de forma tan falsa, que incluso Emerson se encontró incómodo. —¡Tengo tanto miedo de perder a Bill! ¿Quién me protegerá ahora, Emerson? ¿Lo harás tú? Anya sintió asco de ver a esa mujer actuando co
—¿Qué dices, amor? Pero ¿Quién querría matarte, mi vida? Yo voy a cuidarte, mi cielo —dijo Ruby, acariciando el rostro de Bill Los ojos del hombre se abrieron con horror, era como si temiera. La reacción no tardó en llamar la atención de Emerson. —¿Por qué papá actúa así? ¡Como si te temieran! Ruby negó, rio. —¿Cómo va a temerme, Emerson? Tu padre me adora, como yo a èl, mi amor, recupérate pronto, tu hijita y yo te necesitamos tanto Bill no pudo hablar, su presión arterial y latidos del corazón se dispararon que mandaron una señal de alerta. Los enfermeros llegaron rápido, les pidieron abandonar la habitación. Al salir, Ruby volvió a llorar. Emerson la miraba con duda. —¿Por qué mi padre dice que alguien quiere matarlo? ¿Por qué tiene tanto miedo? La mujer se puso nerviosa. —No lo sé, tal vez después del accidente cerebrovascular no quedó bien de su mente, ¡tengo miedo de perderlo, Emerson! La mujer volvió a abrazarlo, pero èl se alejó, observó a Anya detrás. Ruby Lane se
Una semana después. Bill Carrigan no pudo salir del hospital. El doctor juzgaba que su salud no era mejor fuera del hospital, era como si afuera alguien lo torturara o lo pusiera mal, y su presión arterial se disparaba. Así que era mejor tenerlo hospitalizado. Emerson estaba en su oficina, cuando le informaron que en la fiesta de empresarios iban a otorgarle un premio como el empresario del año del sector inmobiliario. Eso lo alegró. Apenas lo supo, llamó a Anya y se lo contó, ella lo felicitó. —Estoy orgullosa de ti, nadie lo merece como tú. Sus palabras le hicieron sentir tan feliz, tan amado. Colgó la llamada. Llamaron a la puerta de la oficina, y Denver entró. Saludó a Emerson. —Supe sobre tu premio, así que te felicito. —¿Estarás ahí? Denver lanzó un suspiro. —No lo sé. —Por favor, quiero que estés ahí. Hazlo por mì. Denver pensó, pero al final cedió. Después de todo, Emerson se estaba comportando como un gran hermano menor. —Está bien, lo haré. —Denver, hay algo
Al día siguiente. —¿No asistirás a la fiesta de empresarios? Bradley negó. —Mira, prefiero no arriesgarme, además, prefiero quedarme con Betty y con los niños, quiero que estemos tranquilos. Emerson asintió. —Verás que pronto encontrarán a ese hombre. ¿Ya tienen los papeles de ADN? —Ya llegaron, queremos abrirlos más tarde. —¿Qué piensas? —exclamó Emerson al ver su rostro. Bradley lanzó un suspiro, liberando el aliento que había guardado en sus pulmones. —¿Qué puedo decir? No es algo que Betty y yo esperábamos, pero, si ese bebé es hijo de Betty, también será mi hijo, lo cuidaré y lo amaré como a nuestra Pearl. Emerson le dio una suave palmada. —Lo sé, eres un gran hombre, y te admiro. Bradley sonrió. —Bueno, tú lo estás haciendo bien, veo a Anya muy feliz. Emerson sonrió. —Tengo suerte, casi arruino mi vida. —Pero, no lo hiciste, así que ahora ve por tu premio de empresario del año, lo mereces. Emerson le sonrió, y vio la hora; debía ir a arreglarse. *** Denver esta