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Cuando Betty despertó, Bradley la esperaba para desayunar. —¿Estás lista para mudarnos? Ella sonrió, asintió. —Iremos a ver a los abogados, para revisar la demanda de divorcio, lamento si me adelante, espero que no lo tomes a mal. Betty se quedó pensativa. —Está bien, quiero divorciarme, pero ¿sabes? No quiero nada, nada en lo absoluto de èl, Bradley, hay cosas que no te he dicho —dijo y tomó su mano Bradley se angustió. —Lo que sea, dímelo, yo voy a entenderlo. —Tal vez esto te cambie por completo tu perspectiva sobre mí, y yo lo entenderé. Bradley la mirò con duda. —Quiero saberlo. —No puedo tener hijos —dijo Bradley se quedó perplejo al escuchar lo que ella le dijo. Cuando Anya despertó, se enteró de que Emerson se había marchado a trabajar. Anya salió de casa, fue hasta la casa de su madre. Se encontraron para desayunar. —Ya no me cuentas nada, Anya, ¿Qué está pasando entre Emerson y tú? ¿Tan mal va todo que no quieres verme? Anya hundió la mirada, era cierto, por
Clarisse dio un paso atrás, no podía creer lo que ese hombre le pedía, pero supo que, de oponerse, no le daría dinero, ahora que ella descubrió su verdadera cara ante Bradley, estaba muy claro que ese hombre no la perdonaría. Ella decidió aceptar. Los ojos de Bradley aún miraban profundamente a Betty, y ella tuvo miedo de que èl estuviera decepcionado. —Lo siento, Betty, debe ser algo demasiado duro para ti. ÈL tomó su mano. —Yo… —Aun así, deberíamos ver a un doctor. —¿Un doctor? —Una segunda opinión nunca está de más. Ella negó, casi de inmediato, la sola idea de volver a exponerse como en el pasado, y que el resultado fuera el mismo, la hizo sentir angustia. —No, yo no podría. —Piénsalo, vale, yo estaré contigo, te apoyaré en todo, por cierto, le he contado a muchas personas de la alta sociedad que está decorando mi casa, debes hacerlo, y haremos un open House, si ellos quedan satisfechos, podrías tener nuevos clientes. Betty se quedó perpleja, sonrió —¡Me encantaría! As
Hank detuvo el auto a un lado del camino, solo entonces el hombre pudo ver lo que había capturado, tanto la atención de Emerson Carrigan. Rodó los ojos al ver a esa mujer, Bianca vendiendo dulces, con una actitud de una mendiga, ¿podía haber caído tan bajo? Hank supo que ella se lo merecía por traidora, pero tuvo un presentimiento, a estas alturas de la vida, ese hombre sabía cosas de la vida, y no se confiaba de que esa mujer estuviera ahí haciéndose la víctima, conocía a Bianca Stuart, ella podría trabajar en cualquier cosa, ¿no fue una dama de compañía en el pasado? ¿Qué le impedía hacerlo ahora? Emerson salió del auto, cruzó la calle, y fue hasta ahí. Bianca había vendido un cigarrillo a un indigente que estaba molestándola. —Ya le vendí, déjame en paz. El hombre tomó su brazo, se negó a soltarla. —¡Aléjese! —¿Acaso no escuchaste? El hombre casi cayó al suelo al mirarlo, asustado, huyó despavorido. Bianca lanzó un suspiro como de alivio. —Emerson, muchas gracias por defe
—¡¿Cómo te atreves?! —exclamó—. ¿Acaso eres idiota? No me respondas, es evidente, mi madre no es como tu Bianca, mi madre no es tan cruel, si ella tiene problemas con Bill, èl también los tiene con ella, no olvides que fue el primero en ser infiel. Anya intentó irse, pero èl la detuvo. —¿Eso es una justificación? ¿Me dices que, si yo te mintiera, tú también lo harías? Ella frunció el ceño, se quedó perpleja. —¿Me estás mintiendo? El cuerpo de Emerson se hizo atrás y la soltó, fue una reacción inesperada para èl, era como si su mismo cuerpo lo delatará, pero no su voz. —¿Qué tonterías dices? —Quiero irme a casa. —Vete con el chofer, yo esperaré a Hank. Anya le mirò de arriba abajo, con el ceño fruncido, notó como estaba al borde de las lágrimas, Emerson le mirò con desdén. —¿Te importo en algo? Dime, de verdad, aquí entre nosotros dos, ¿sientes algo por mí, siquiera un poquito de amor? Emerson la mirò incrédulo, no podía creer su pregunta, sus ojos se encontraron, pero escuch
Hannah salió de casa en su propio coche, mientras Bill la miró desde la ventana, recibió esa llamada, era su amante Ruby. —¿Qué pasa, cariño? —Dime, querido, ¿funcionó? —Bueno… no salió como lo esperaba, Hannah se aferró a su papel de víctima, esto es complicado, cariñito, pero voy a lograrlo, pronto seré libre todo para ti. —Apúrate, querido, porque, es probable que espere un hijo tuyo. —¿Un hijo mío? —exclamó el hombre con ojos brillantes. Ruby Lang colgó la llamada, mirò la hora. —¡Más vale que este desgraciado consiga el divorcio y me vuelva su esposa! —exclamó Su amante, Pierre Ronald, yacía en la cama. —¿De verdad estás embarazada? La chica rio, estaba desnuda, solo cubierta por una sabana. —Puede ser, pero ten por seguro que si hay un bebé en este vientre, no es del viejo de los dos minutos. El hombre rio a carcajadas, igual que ella. —Pero, tiene un hijo ya, ¿no? Ese debe ser el heredero. —Emerson Carrigan, es muy guapo, Pierre, te dejaría por èl, si pudiera, pero
Anya detuvo el beso, él se acercó a ella, sus manos intentaron desnudar su piel, ella lo detuvo. Los ojos de Emerson le miraron confundidos. —¿Anya? —No quiero… Él se quedó perplejo, ella nunca lo rechazó, ¿Por qué actuaba así ahora, cuando él más la deseaba? —Anya… ¿Por qué? Ella miró sus ojos, podía ver dolor en ellos. —Porque no te creo, siento que algo me ocultas, y no sé, no quiero estar contigo así… Emerson se alejó de ella, le dio la espalda, sintió un nudo en la garganta, estaba a punto de decir todo sobre Bianca, pero tuvo miedo, sintió que se congelaba. —Buenas noches —dijo y salió de la habitación. Ella no dijo nada, lo vio partir, y eso la hizo sentir muy triste. Al día siguiente. Bradley esperaba al pie de la escalera, hoy era un día especial, el mejor día para él, pero sabía que para Betty no lo sería. Cuando la miró bajar la escalera, llevaba un vestido casual oscuro, pero era tan bella, que temió que su vestido fuera de venganza, hoy se encontraría con Asht
Ashton fue hacia ella, la sujetó de los hombros, no era una situación violenta, pero la tomó por sorpresa, ella quiso alejarse, él no lo permitió. —¿Me olvidaste? Dime, cariño, ¿De verdad ya no me amas? —Ashton Miller, ¡déjame en paz! —exclamó El hombre la miró con tristeza. —¿Lo amas a él? Él nunca te va a amar, hay una verdad sobre Bradley, cariño, eres muy ingenua, si crees que él te ama, ¿sabes por qué se murió su prometida? Él la volvió una chica insegura, nunca le dijo que la amaba, nunca le quiso poner fecha a su boda, ahora tú eres el reemplazo de esa mujer, eres parecida a ella, ¿lo has notado? —¡Cállate! —exclamó furiosa, quiso alejarse, pero él la sostuvo esta vez con más fuerza. —¡Betty, él solo te usará! Él no sabe amar, ¿sabes por qué Clarisse estaba tan enojada cuando te encontró con él? Ella le miró con ojos pequeños e intrigados. —¿Cómo lo sabes? Ah, es que ella ya fue a ocupar tu cama, ¡qué novedad! —dijo con ironía —No, ella me lo contó porque sí, para que l
Ashton salió a toda prisa, tenía lágrimas en los ojos, su corazón estaba oprimido, una rabia lo dominaba, levantó la mirada y lo vio fijamente a los ojos. Se acercó a él. Bradley se puso ante él. —No creas que has ganado, ella nunca será tuya, me ama a mí, fue mía, es mía, yo fui su primer hombre, así que cada vez que la toques, te comparara conmigo. Bradley se echó a reír. —No has cambiado en nada, Ashton Miller, siempre siendo un minúsculo hombre que teme ser comparado, no sé tú, pero, cuando yo hago el amor, me concentró en hacer feliz a mi pareja, tanto que, dudo mucho que recuerde a ningún otro hombre, pero, comprendo que tu frágil masculinidad no lo entienda. Ashton le dio un puñetazo en la mejilla que lo hizo caer. Bradley se echó a reír, se levantó, y le dio un golpe. —¡Bradley! —gritó Betty y corrió al verlo herido, pero notó que Ashton tenía un golpe igual en el rostro. —¡Déjanos en paz, Ashton! —Mientras yo viva, ustedes no serán felices, lo juro. El hombre se ale