POV : Carolina Langford El aroma del ajo dorado en aceite se mezclaba con el de las hierbas frescas que Eliot acababa de picar. Lo observaba en silencio desde el marco de la puerta, con los brazos cruzados, mientras él se movía con soltura por la pequeña cocina, como si ese espacio fuera una extensión natural de su cuerpo. De vez en cuando, giraba la cabeza hacia mí. No decía nada, pero sus ojos, suaves y oscuros, me dedicaban una mirada que me desarmaba por completo. En cada gesto, en cada vuelta de cuchara, había una ternura silenciosa que me hacía sentir, por un momento, a salvo del mundo.Nos sentamos a comer en la pequeña mesa del comedor, casi en silencio, compartiendo una intimidad que no necesitaba palabras. La luz cálida de la lámpara colgante caía sobre los platos humeantes. Estaba a punto de decir algo—cuando un estruendo feroz hizo temblar la puerta.—¡Carolina! ¡Sal ahora de ahí o tiraré la puerta abajo! —rugió una voz que conocía demasiado bien.Mi cuerpo se tensó, el t
Apenas la silueta de Axel desapareció por la puerta rota, sentí cómo todo dentro de mí se quebraba. El temblor de mis piernas ya no era contenible, y antes de que mi cuerpo tocara el suelo, Eliot ya estaba a mi lado. Sus brazos fuertes, aunque heridos, me envolvieron con una urgencia desesperada, atrapándome justo antes de que me desplomara.—Carolina, ¿estás bien? —preguntó con la voz ronca, su respiración aún agitada por la pelea, sus ojos recorriéndome como si necesitara asegurarse de que en verdad estuviera bien .Asentí apenas, con la cabeza recostada sobre su pecho.—Sí… sólo estoy un poco cansada —murmuré, aunque sabía que no era sólo eso. Era el alma la que estaba exhausta. Vacía.Eliot me miró en silencio, con esa mezcla de preocupación, ternura y rabia que sólo él podía conjurar al mismo tiempo. Tenía una herida abierta en la ceja, y aún así, fue él quien me cargó con cuidado en brazos, como si yo fuera algo precioso que podía romperse en cualquier momento. No dijo nada mien
—¿Qué haces aquí, Zara? —pregunté, con la voz baja, tensa. No me esforcé por ocultar el desagrado. No me nacía.Ella alzó una ceja, fingiendo una expresión ofendida que no le creí ni por un segundo.—¿No te alegras de verme, hermana? Regresé al país después de estar fuera tres años —dijo, como si su regreso fuera una bendición.Me quedé en silencio. La observé, como si intentara descifrar qué venía disfrazado tras ese rostro perfectamente maquillado, esa voz empalagosa que tantas veces me había envuelto en mentiras. Y aunque frente a mí había una mujer, no podía evitar ver a la adolescente cruel que conocí. Aquella que siempre recibía vestidos nuevos, vacaciones, halagos, mientras a mí me dejaban los retazos… lo que sobraba.Porque ahora lo sabía. Ella era la verdadera hija. La sangre de ellos. Yo solo… era la intrusa. La que cargaba con un apellido que nunca me perteneció. La que fue criada con culpa y caridad.—Sí, me da gusto verte —mentí a medias, manteniendo el control—. Pero sab
Me quedé mirando a Henry, sin saber qué decir. Las palabras se agolpaban en mi garganta, empujaban para salir, pero ninguna lograba pasar. Había demasiadas emociones atascadas entre nosotros: el pasado, las promesas no dichas, los silencios que se convirtieron en muros. Sus ojos no me soltaban. Había en ellos algo más que sorpresa. Había dolor. Un brillo melancólico que me caló los huesos.—Sí… —murmuré al fin, apenas audible—. Sí, me casé con Eliot.Vi cómo su mandíbula se tensaba ligeramente. Un parpadeo lento lo delató. Como si acabara de tragar una verdad amarga.Di un paso hacia él. Sentí que le debía al menos una explicación. Algo. Lo mínimo.—Tuve que hacerlo, Henry —dije, obligándome a mantener la voz firme, aunque me temblaba por dentro—. Fue lo mejor. Para mí. Él no respondió de inmediato. Solo me miró, largo y tendido, como si intentara memorizar mi rostro una última vez. Como si quisiera buscar entre mis facciones a la mujer que conoció, la que tal vez, en algún rincón d
- La sangre caliente recorrió sus piernas mientras caía de rodillas en el suelo de mármol. —Axel… nuestro bebé… —susurró Carolina entre jadeos, con las manos sobre su vientre . Él no se detuvo. Ni siquiera giró la cabeza para mirarla era como si aquella mujer que ya hacia tendida en un charco de sangre no tuviera nada que ver con el . —Axel, ¿alguna vez me amaste? Él soltó una carcajada fría y deslizó su mirada hacia Tatiana, la mujer que tenía de su brazo . Entrelazó sus dedos con los de Tatiana, quien le sonrió con suficiencia y volteo a mirar a Carolina . -Nunca . —Siempre fue ella , Carolina —susurró Axel con frialdad—. No fuiste más que un error. . Carolina sintió un escalofrío. Su mente la arrastró de vuelta a aquella noche en la que su mundo se derrumbó… * Flashback El aroma erotico estaba impregnado en toda la habitacion recordatorio de lo que habia sucedido hace unas horas , una hermosa mujer de cabello avellana y piel tan blanca como la leche ya
POV : Carolina Despierto al día siguiente sintiéndome desanimada , no tenía fuerzas de nada los ojos me picaban de tanto llorar , el recordar aquella imagen que Axel me había enviado hacían que los pedazos de mi corazón dolieran . - El había martillado el último clavo sobre mi ataúd con esa fotografía . No entendía como el hombre que se mostraba tan amable y dulce conmigo se haya convertido de la noche ha la mañana en el verdugo que apuñalaba y desgarraba mi alma una y otra vez . Solo sabía una cosa que ha pesar de todo debía seguir adelante , mi matrimonio con Axel había terminado pero mi vida continuaba . Se habían acabado los días en los que vivía del dinero de mi esposo ahora debía trabajar arduamente , quería demostrarle que podía tener una buena vida sin su ayuda . Voy directo al baño y me doy una ducha rápidamente me pongo lo primero que encuentro , la verdad debía de admitir que mi estilo de ropa no era nada extravagante mejor dicho era modesto pero decente .
- No mamá debes de estar en un error no creo estar embarazada, esto es solamente por algo que comí esta mañana me ha hecho daño - digo desesperada tratando de que me crea . - ¿ Me crees idiota acaso Carolina ? , se reconocer muy bien los síntomas de un embarazo, así que ahora ven conmigo . Decía mientras me sujetaba fuerte del brazo - Iremos al hospital ha hacerte un chequeo como verás no me trago ese cuento de que comiste algo mal - prosiguió mientras me arrastraba al auto . Al llegar al hospital trago hondo al escuchar los resultados de los análisis- Efectivamente Vieja señora su nuera esta embarazada muchas felicidades- proclama el doctor con vitoreó mientras yo negaba una y otra vez sin poder creerlo , no sabía cuánto tiempo había estado esperando por esta gran noticia deseaba con todo mi corazón el ser madre pero no en una situación cómo está era algo que no podía asimilar . - Excelente doctor muchas gracias estoy realmente feliz al fin tendré un nieto - escuchaba decir a
POV : Carolina Langfort Habían pasado 4 meses desde aquel día en el que huí de las garras de mi marido , podía decir que no me había ido mal pero tampoco tan bien . Después de que huí vague por las calles como una indigente aceptando limosna de todo aquel que se apiadara de mi , llegue a estar en la cima para luego caer de picada sin paracaídas directo al suelo . Una anciana indigente igual que yo se apiado de mi y me llevo a vivir a su casa la cual estaba ubicada en uno de los barrios más bajos de la ciudad en parte era bueno ya que mi marido multimillonario jamás se atrevería a venir a una zona cómo está . Con el tiempo pude conseguir un trabajado de medio tiempo entregando comida a domicilio a mansiones de personas sumamente ricas y distinguidas . Hoy era uno de esos días en que tenía que ir a trabajar . Me monte en mi bicicleta la cual había encontrando en un basurero me era bastante difícil el pedalear y más con mi panza de embar