Sus ojos se mantuvieron cerrados, se había dormido varías veces. El doctor había vuelto para asegurarse de que hacíamos lo que nos dijo la enfermera. Se debía asegurar su reposo. Mi madre se había acercado para decirme que Elisa y su hijo dormirían en casa y que ella ya se retiraba, después de convencer a los padres de Ana para que hicieran lo mismo, puesto que solo se podría quedar una sola persona y ese sería yo. - Jamie. - su voz pronunció mi nombre con tal delicadeza que mi piel se erizó. Sus dedos habían engordado en un poco y aunque a ella no le gustaba, a mi siempre me pareció muy tierno. Aquellos dedos tocaron mis mejillas, llevándose con ellos las lágrimas. - Deja de culparte. Si de alguien es la culpa, sería mía. Por no lograr relajarme. - La culpa es mía por no hacerte caso. Seguías estresada y ni siquiera lo vi. &nbs
- ¿Me crees si te digo que sabía que vendrías? Casi esperaba tu presencia por aquí. - se movió con lentitud en la cama, acomodando la almohada en su espalda. Aquel día se la había pasado sin encontrar una buena posición. - Es el tipo de conexión que tenemos. - Conexión, claro. Aquella tarde Jake había llevado a Elisa y a su hijo para hacerse la prueba de ADN, por lo que Jamie no estaba allí con ella. - ¿Está bien tu embarazo? - se cruzó de brazos, recostado a la puerta. Llevaba una chaqueta de cuero color marrón, una camiseta de cuello alto color negra debajo y un jean de un azul oscuro. - No gracias a ti, debido a ciertas impresiones, malos entendidos y disgustos, mi bebé casi nace prematuro, de hecho lo hará, lo están retrasando lo más que se pueda. Aún es un poco pronto. ¿Has venido por los re
A pesar de que Elisa no parecía querer acceder a la prueba, en la tarde, casi cuando empezaba mi turno, me llamó, yo le había dado mi número de contacto por si cambiaba de parecer. Ella se había marchado con alguien de casa de mis padres, yo suponía que ese era Angelo. Ahora nos habíamos encontrado en el hospital, donde Jamie nos esperaba. - Ahora si vienes a vernos. - dijo nada más verlo. Le lanzó una chaqueta que Jamie no permitió que le pegara, sosteniendo su brazo y quedándose con el.- No has cambiado nada. - No estamos aquí para pelear o discutir. - subió su agarre hasta el antebrazo mientras le hablaba, para después soltarla. Se agachó frente a Mike y revolvió su pelo rizo. Si nos íbamos a lo físico, puede que el niño tuviera cierto parecido a Jaime. Quizás en el rostro, era muy bonito y también el cabello, si Jamie se l
- Mira sus manos, las está moviendo, está despierto, se mueve, Jamie. - los ojos de Ana miraban con gran ilusión a su nuevo hijo. Movía sus piernitas mientras estaba en la incubadora. - también mueve sus piernas. - su voz salía algo gruesa, antes se sentía triste por no estar con él y había estado llorando, pero luego de que llegó Jamie con Leslie para llevarla a verlo, se había tranquilizado. Ahora su voz mostraba toda la alegría que podía sentir una madre al ver a su hijo, su hijo recién nacido. - Ana, es un niño precioso. - su mano acariciaba la espalda de ella, quien estaba sentada en una silla de ruedas. Leslie los había llevado para que vieran al bebé, aunque por poco tiempo. - Pronto podrá estar en nuestros brazos. - Lo siento, Jamie, pero ya tengo que llevarla de regreso. - dijo Leslie, después de que ya tenían varios minutos allí. - No te preocupes, agradezco que nos hayas traído.- sólo se lo habí
Pasó por la habitación de Lina, allí estaba Jake. Su cabeza recostada sobre la cama y Lina acariciando su cabello. - Doctor, ahora voy a la sala C. - dijo, después de tocar, aunque la puerta estaba abierta. - Espera, ya también me dirijo hacia allá. - levantó el rostro, viendo a Leslie en la puerta. - Nos vemos después. - dijo, ahora dirigiéndose a Lina. Besó su frente y después se marchó con Leslie. - ¿Como ha estado de emotivo mi hermano? - Tanto como podría esperarse. Estaban muy felices los dos.- Iban por el pasillo, se encontraban en la planta de cardiológica y todo lo relacionado a esta. - Si, últimamente esta muy sentimental. Menos mal que Ana es dura, porque a Jamie creo que el matrimonio lo pondrá aún más, se ha convertido en un romántico empedernido, la ama. - ¿Eso es malo? - Para nada, solo veo lo mu
Todavía no puedo creer la forma en que la conocí. Pero ahora lo recuerdo de otro modo, con otra perspectiva, aunque con la misma ilusión y sorpresa del momento. Si me volvieran a preguntar porqué volví, por qué la dejé robarme o por qué hice todo lo siguiente en el bien de Ana, seguiría respondiendo que no sé porqué. Ahora, si me preguntan por qué le hice daño, se mi repuesta, totalmente injustificable. Todavía también recuerdo ese día, en el que Jamie, de forma inesperada, estaba en casa, cuando nunca lo estaba; aquel día si. Sentí tanta familiaridad entre ellos dos, que recuerdo haberme sentido incómodo con su presencia. Había aceptado ser el padre de Tom desde que nos casamos, aunque nuestro matrimonio sólo fue un papel, dos cuerpos sobre una misma cama que ni se tocaban, mi miedo a estarme aprovechando de ella
Un año atrás. Frente al hospital, luego de las pruebas. - ¿Por qué dijste que era su hijo? - habían visto los resultados, negativos. - ¿Por qué me trajiste aquí?- tenia el papel en sus manos, dentro del coche de Angelo. - ¿Por qué crees? No te hagas la que no sabías nada. - Y tu no finjas que lo hiciste para ayudarme. - Nunca dije eso. Si a alguien quería ayudar, era a mi.- confesó sereno. A pesar de que nada había salido como él quería. Nada. - ¡Eres un maldito estúpido! - ¿Y tú qué, Elisa? ¿Tú qué? Tenías dudas de que era su hijo. Aún así decidiste decir que si, cuando también podía haber sido perfectamente un no.
- ¿Ya te vas? - preguntó Jamie. Tom y Adrián jugaban en el patio. - Si. Tengo que llegar antes al hospital. - ¿No tenías hoy el turno de la noche? - Pero hay una cirugía que tengo que cancelar. - ¿Cancelar? - Si, no estoy seguro de ella, no lo decidí yo y no la realizaré. - Mmm, suerte con eso. - le di un abrazo a mi hermano y me marché, Ana estaba trabajando. Al llegar al hospital fui de prisa a cambiarme, sabía que todos me esperaban. Me dirigí a la habitación de Christian y allí estaban. Su padre, la madre, la directora, Leslie y dos doctores más. - Buenas tardes. - Los ignoré a todos y me dirigí hacia sus padres. La directora no me miraba con buenos ojos. - He llegado a una conclusión. - hablé bajo, pues el niño dormía. - No realizaré la operación. - su padre se puso de pie y la madre caminó hacia la puerta. - Doctor Matthew, ¿tengo que suplicarl
¿Leslie y yo? ¿Que había sido todo aquello? ¿Por qué estábamos trabajando y me sentía tan nervioso? Ella en cambio estaba como si nada. No era capaz de mirarla, me hubiera gustado besarla en aquel momento, sentarla en mis piernas y… - Doctor. - interrumpió mis pensamientos. - Vamos a la otra sala. No se quede allí parado. - La observé de pie junto a la puerta, yo aún seguía al lado de la cama del paciente. - Si, ya te sigo. - caminé detrás de ella, en silencio. Se movía despacio y sin prisa. Se detuvo junto a la entrada del área C, la siguiente sala que nos tocaba. - Estas un poco distraído. ¿Estás bien? - Leslie, ¿podemos hablar un momento? Tomemos un descanso. - Está bien. ¿A donde vamos? ¿Comedor? - A mi oficina. - dije con voz aguda. Leslie se detuvo. Tomé su mano y caminé con ella, arrastrándola conmigo por el s