Narrador. Crucero Sovereing, de Pullmantur, Mediterráneo Occidental, 2024. -” Señor Costa, hemos investigado a todo el personal, y a los pasajeros que viajan solos, y hasta ahora no hemos encontrado a Fazio De Falco, parece que se lo ha tragado la tierra. Sospechamos que desde que fue descubierto, se ha ocultado, en alguna parte del barco, para desembarcar en el primer puerto, mañana”- dijo el capodecime del grupo que había enviado a controlar de Crucero Sovereing. -” Me da igual lo que hagáis, necesito que lo encontréis, aprovechar esta noche, que es la cena con el capitán y todos estarán allí, registrad todos los camarotes, sobre todo los libres, debe de estar escondido en alguno de ellos. Comprobar en la lista de pasajeros que embarcaron, debes hacerte con esa lista, y mirar si todos asisten a la cena de gala. Que no se te pase ningún detalle. Deben de tener controlado todo antes que se barco atraque mañana, y ese maldito de Fazio, pueda huir del barco...”- las órdenes que Marco
Coorah. Crucero Sovereing, de Pullmantur, Mediterráneo Occidental, 2024. -” ¿Quéee? ¡Maldito cabrón! ¿Podemos darle una paliza? ¡Dime que podemos darle una paliza! Con una llamada a un amigo que tengo en una empresa de seguridad internacional, dos especialistas se encargaran de todo de forma discreta.”- me dijo y tuve que parar su mal genio, porque muy probablemente lo hubiera hecho. -” No hace falta, al contrario, gracias a ese idiota he conocido a un italiano buenorro, con cuerpo de infarto, y ojos alucinantemente azules. Y por cierto que besa como lo ángeles, y te enciende como si viviera en el infierno.”- le dije con sinceridad, enluciendo contarle lo del pacto. -” ¿Dime que no te has inventado nada, para evitar que acabé con ese medicucho?”- me dijo. -” No, te lo prometo anoche dormí con él, en mi camarote, y casi no me puedo levantar esta mañana”- le dije eludiendo los matices de que él durmió en el suelo, además de que la única parte de su cuerpo que toqué fue su brazo, ad
Fazio. Crucero Sovereing, de Pullmantur, Mediterráneo Occidental, 2024. Sabía que tenía que reaccionar, o al menos eso me decía, me habían educado para estar siempre preparado, siempre alerta, pasara lo que pasara, y por muchas distracciones que tuviera. Pero claro a mis casi treinta años de vida, nunca había visto como una quimera, una deidad irreal, e idílica, del más puro deseo carnal de muchos hombres, entre ellos yo, se materializará ante mis ojos, y la de todos los hombres que estábamos ahora en ese bar. El shock era tan grande, que seguro, muchos de ellos querían pellizcarse para ver si no estaban metidos en uno de esos sueños húmedos, que solemos tener, cuando somos adolescentes. Podía ser muy posible, que estuviera soñando, si no, como podía explicarse que, para mí, esa diosa de curvas escandalosamente prohibidas brillara en una especie de nebulosa, como si de pronto, un foco la enfocara sólo a ella, y oscureciera a todas las demás. Hasta su forma de caminar, para acer
Coorah. Crucero Sovereing, de Pullmantur, Mediterráneo Occidental, 2024. -” Buenas noches, señora y señor, Machado, señora y señor Wilson, señor y señora Helman, y finalmente deseo saludar a la señorita Bell y Señor Basterra, ya que en la primera noche no los conocí, como a los otros comensales. Soy Marck, el camarero que se encargará de servirles en las cenas, durante todo el viaje. Si desean algo en especial sólo tiene que pedírmelo.”- nos dijo un hombre alto, con ciertos rasgos hindúes, muy sonriente, y educado, que hablaba perfectamente el español, al igual que otros idiomas, de hecho, se dirigía, a cada pareja de comensales que estaba sentado en nuestra mesa, en propio su idioma. A nosotros, lógicamente, nos habló en español. En nuestra mesa, y durante todo el viaje, estaríamos sentados con los mismos comensales, e íbamos a ser atendido por el mismo camarero, algo que me hizo darme cuenta del problema que tendría en las tres noches siguientes, cuando Fazio abandonara el viaje
Fazio. Crucero Sovereing, de Pullmantur, Mediterráneo Occidental, 2024. -” ¡Vete a verla, solo tú, gilipollas!, ¡y ni me sigas, estúpido!”- le oí decirme antes de desaparecer, furiosa. Era la segunda vez en mi vida, y también, menos de veinticuatro horas, que una persona que no fuera mis hermanas mayores me insultaba a la cara, mandándome a la mierda, por norma general todo el mundo a mi alrededor suele ir con pies de plomo, ni se le pasa por la mente ofenderme, de la manera que sea, incluso cuando me hice pasar por Fazio Parisi, sólo por tener esta aura de seria frialdad, decisión, y peligro, hacía que, hasta mis “jefes directos”, tuvieran mucho cuidado de no cruzar ciertas líneas. Así que era hasta refrescante que la que iba a ser mi mujer, no tuviera miedo de decirme por donde me podía meter mi arrogancia. Hasta a ahora ninguna mujer que he tenido cerca, se ha mostrado abierta y sincera a mi lado, algunas simplemente me temían, y ni siquiera me miraba a la cara, mientras tenía
Fazio. Crucero Sovereing, de Pullmantur, Batía, Córcega. 2024. Un pitido en mi móvil, y años entrenamiento para estar alerta ante cualquier ruido, me hizo despertarme justos cuando ya habíamos atracado en el puerto de Batía, y antes de que despertara mi futura esposa. Durante la noche aprendí algo que me serviría más adelante, en mi matrimonio, y que me costó que apenas durmiera unas horas, despertándome en varias ocasiones con patadas, o golpes que me arrinconaban a un lado, y todo por culpa de mi inquieta compañera de cama, esta valiosa lección consistía en que cuanto más mantenía a esa salvaje bella durmiente entre mis brazos, con su cabeza pegada a mi pecho, menos se movía, e inquieta se mostraba. Tras una noche incomoda, con cierto dolor muscular en mis brazos, decidí levantarme para mirar el móvil, y evitarme otro enfrentamiento, con la beligerante cirujana, por colarme en su cama, mientras dormía. Cuando revisé mi teléfono, me di cuenta de que era un mensaje de mi cuñado
Coorah: Universidad de Oxford, Condado de Oxfordshire, Inglaterra, 2019. -” ¿Estas seguras lo que vas a hacer? ¿No tienes miedo que mi tío se entere?”- me dijo mi querida prima Kiora, la única que sabía que, desde hacía cuatro años, desde que llegué a Oxford, estudiaba dos carreras, una por vocación, medicina, y la otra para engañar a mi padre, donde desde luego, no tenía grandes notas. -” Tengo que dejar de engañarme, no puedo seguir este ritmo, necesito concentrarme en mi verdadero sueño, así que voy a abandonar la carrera de empresariales.”- le dije totalmente segura mientras me estiraba en mi cama, era madrugada en Oxford mientras que, en Sídney, de donde Kiora me llamaba, ya eran casi medio día. -” Pero si se entera el tío Lousntak, se va a enfurecer.”- me aseguró mi miedosa prima. -” Como decía la abuela, no hay recompensa, sin sacrificio, sabes que odio esa maldita tradición de que el primogénito de la familia debe llevar la herencia del grupo Bell, sobre todo porque si er
Narrador. Hospital provisional en la Pandemia, Salón de congresos IFEMA, Madrid, España, 2020. Tras la declaración de pandemia mundial a finales de 2019 y principios de 2020, muchos países se vieron abocado a abrir nuevos recursos para paliar la pandemia, este fue el caso de España, que tuvo que habilitar algunos pabellones del Salón de Congresos IFEMA, como hospitales de urgencia, tras la saturación de los servicios en todos los hospitales, para enfermos graves, y algunos pabellones, por desgracia, como Morgue, para los fallecidos. También se hizo un reciclaje del personal médico libre, y de estudiantes especialistas de último año, para no saturar a los interinos de urgencias, entre los que recibieron el reciclaje fue la interna en cirugía Coorah Bell, y otros cirujanos de otras especialidades, que o bien ya cumplían su último año de especialidad, ya era una experta especialista. Muchos de ellos fueron enviados al hospital provisional del IFEMA, justo por esta razón se produjer