Cuando los chicos llegaron a la mansión, Franco estaba con el bebé en brazos, los chicos vieron a una chica desconocida a su lado y arrugaron su ceño. Caminaron hasta ellos y Franco miró a Mariano, quién le miraba, con una mirada que Franco entendió.—Ella es Sabrina, la chica cuidaba al bambino, también fue secuestrada. — explicó el rubio.—¿Qué años tienes? — preguntó Mariano, mirando a la muchacha.—20 años. — respondió, los chicos abrieron sus ojos como platos. —Si es una niña. — dijo Orlando. — ¿Cuánto tiempo llevabas secuestrada?—3 años, mis padres me creen muerta. — unas lágrimas salían de sus ojos.—¿De dónde eres? — preguntó está vez Maurizio.—De Capri. — limpió sus lágrimas.—No estás muy lejos de casa, prometo llevarte de nuevo con ellos. — la chica asintió emocionada. —¿No has despertado a Giovanni? — Franco negó.—No voy a entrar a una habitación privada. — exclamó. —Voy a despertarle. — salió del salón para ir a donde estaba su hermano.Llamó a la puerta, pero nadie
El gran día había llegado, hoy era un día muy esperado y que la pareja ansiaba su llegada. Hoy Giovanni y Carlotta se iban a dar el "si quiero" estaban emocionados, pero aún ninguno se había visto. Giovanni estaba en la habitación, colocándose la pajarita, mirándose en el espejo que se hallaba en el cuarto. Se peino el fresquito con los dedos, mordió su labio inferior y sonrió.La puerta fue tocada y entró Mariano, miró a su hermano pequeño y le sonrió.—Estas muy guapo, a Carlotta se le caerá la baba. — se burló el italiano.—El que va a babear seré yo. — sonrió. —Estoy deseando verla, ver a mi bambino. —Tu Bambino está bien y tú futura esposa, está igual o peor que tú. — Mariano se acercó a él y le puso una rosa en el bolsillo exterior de la chaqueta. —Así está mejor.—Grazie. — agradeció.—Anda vamos, ya estamos todos. — Giovanni asintió y ambos salieron de la habitación. Bajaron al salón y la música se escuchaba, los invitados bien arreglado con una copa de champagne en sus ma
Franco seguía durmiendo, los chicos pudieron pasar un poco la hemorragia, pero la bala seguía dentro. Orlando solo pensó en una chica, ella podía sacarle la bala.—Sé quién puede sacarle la bala. — la voz de Orlando, captó la atención de todos.—¿Quién? — preguntó Mariano.—Se llama Alessandra, trabaja para mí. — respondió.—¿Una puta? ¿Una puta le sacará la bala? — ese comentario no le gustó a Orlando, que se haya referido a ella de esa manera le molestó.—No es puta, es camarera. — corrigió. —Estudio medicina.—Llámala. — habló Enzo. —La necesitamos. — Orlando sacó su móvil y marcó el número de la chica, se alejó de allí para hablar más tranquilo.—¿Conocéis a esa chica? — los chicos asintieron.—Es buena, ya lo ha hecho. — Mariano asintió.Poco después apareció Orlando guardando su número.—Vendra. — dijo y se acercó a Franco, le tomó el pulso y lo tenía demasiado débil. —Su pulso va lento y esta ardiendo.—Se pondrá bien, solo hay que esperar a la chica. — habló Maurizio.—Estefan
Habían pasado 2 semanas, Mariano había investigado a Alessandra, aún no había sacado mucho de ella. Solo sobre sus padres y ella, pero tampoco muy a fondo. No podía sacarla de su cabeza, no podía estar equivocado, era ella, su bella hermana. Esa niña que a los 10 años, fue declarada muerta, según los médicos, ella no podía sobrevivir. Pero ahora todo había cambiado, verla después de creerla muerta, hecha toda una mujer. Jamás hablaban de ella, su hermana había sido su pasado, pero ahora no. Ella estaba viva y no era un fantasma, era real.En el club nocturno de Orlando, en su oficina, la veía servir las mesas, no le gustaba como iba vestida. Orlando miró a su amigo y le siguió la mirada y vio a Alessa.—No es ella, Mariano. — la voz de Orlando, le sacó de sus pensamientos. — Tal vez tenga sus ojos, su cara, su sonrisa... — se calló y arrugó su ceño.—¿Y no crees qué es mucha casualidad? — exclamó. —Todo su aspecto es igual, no sé si su cuerpo, porque tenía 10 años, pero no sé.—No te
Dos meses despuésDos meses han pasado, Giovanni ya se había ido a vivir con su esposa e hijo a su casa. Aún no había podido dejar la mafia, no era fácil y no sabía cómo hacerlo.Mariano y Carina, ya vivían solos, pero sin el hijo que perdieron. Tampoco lo buscaban, no querían pasar por lo mismo.Franco, ya se había recuperado y se fue de la mansión para irse a la suya.Giovanni, aún no había visto a Alessa, ella no volvió. Solo va al club y de ahí, a su departamento.Mariano miró su reloj y salió del despacho, llevaba ahí metido horas y el cuello le dolía. Pasó sus manos por su cuello, masajeándose un poco, entró a su habitación y vio a esposa dormida.*************Carina, abrió sus ojos y notó que su marido dormía como un ángel. Sonrió mirándole, acarició su mejilla y observó su rostro. Su barba, su cabello castaño. Le dio un beso y con cuidado salió de la cama, fue al baño y se pegó una ducha rápida. desnuda salió de la ducha, de repente sintió unas ganas de vomitar, se acercó al
Llegó el día del bautizo de Mariano Junior Ricci, un niño que ya tenía tres meses de nacimiento y Carlotta quería bautizarle, aunque Giovanni no fuera creyente, lo hizo por Carlotta. La familia y amigos estaban en la iglesia, esperando a los padres y a los padrinos. Estaban emocionados y felices porque el pequeño bambino crecía fuertes y cada día se parecía más a Giovanni.El padre de Carlotta por fin había aceptado a Giovanni y cada vez que podían, iban a verles. El pequeño Mariano, llevaba puesto un pequeño traje color blanco y lazos azules, sus ojos azules y cabello moreno. Era un niño muy bonito era la misma imagen de su padre, aunque siendo pequeño podría cambiar.La ceremonia había comenzado, Mariano tenía a su sobrino en brazos, Carina estaba a su lado, Giovanni y Carlotta estaban cada uno a un lado de los padrinos. El cura empezó hablar y todos observaban al padre.Poco después el padre le dijo a Mariano que inclinará un poco al pequeño para bautizarle, Mariano así lo hizo y e
Había pasado un mes, al fin a Mariano le dieron el alta, aún no recordaba nada, tenía sueños. Sobre una mujer que estaba vestida de blanco y él la esperaba en el altar, pero cada vez que iba a ver su cara, se despertaba. No entendía nada, seguía confuso, no sabía el significado de ese sueño, pero tampoco le daba mucha importancia.Junto a su hermano, llegó a su casa, donde él se sentía extraño, pero a la vez como en casa. Cuando vio a Carina algo en su interior le decía "acércate ella, te extraña" pero su cabeza le decía "vuelve a ser el de antes." Era un cúmulo de cosas en su interior, un zoológico, el corazón y la cabeza no se ponían de acuerdo.Cuando entró en la mansión, lo primero que vio fue a una mujer castaña, sentada en el sofá, mirando con una sonrisa a alguien. Mariano siguió la mirada de ella y vio a un bebé tumbado en la alfombra del salón jugando con un juguete.Sonrió al ver al pequeño, era idéntico a su hermano pequeño. Carlotta al verle, se emocionó. Se levantó del so
Mariano devoró la boca de Carina, atrayendo su cuerpo hacia él. La cogió de los muslos y subió a su cintura, Carina enredó sus piernas y Mariano con ella encima caminó hacia las escaleras, con cuidado subía pero sin apartar sus labios de la boca de ella.Carina se sentía bien, besaba a su esposo como lo había soñado todo este mes. Aunque él no la recordará, ella iba a enamorarlo como lo hizo la primera vez. Cuando llegaron a la habitación, Mariano la tumbó en la cama, y sonrió con coquetería, se puso encima de ella devorando su cuello. Los gemidos de Carina se hicieron presentes, sentir así a Mariano era una de las cosas que ella le gustaba. Mariano se estaba dejando llevar por la lujuria y la pasión, donde solo existía él y ella.Mariano pasaba su mano por las piernas de ella, provocando que a Carina se le erizara la piel, sus toques dulces, pasando las yemas de sus dedos por las suaves piernas de ella.—Te deseo, cariño. Más de lo que te imaginas, deberías ser una mujer prohibida.