Me quedo completamente congelada ante lo que veo, Arnold, se limpia la sangre que ha caído en su rompa con mucho asco y yo tensiono mi cuerpo ante la crueldad de su acto con la mujer que aunque lo amaba de forma tóxica, no merecía algo así.
— Sin duda, si quieres que las cosas salgan bien, debes encargarte tú mismo. — dice Arnold con desagrado.— Lo sentimos, señor Krick.— No quiero que me pidan disculpas, quiero que dejen de ser unos completos idiotas y que por fin hagan las cosas bien, maldita sea. — dice Arnold con molestia.El hombre que por breves momentos pensé que sería agradable, se acerca a mí y yo tiemblo, porque si fue capaz de tratar a una mujer así cuando tienen cinco años de historia, conmigo todo puede ser peor.‘Debes calmarte, Eva. Este hombre no es alguien con el que puedes lidiar fácilmente si lo haces enojar.’ MeLo reconozco, no le di a mi mano la orden de golpearlo, porque ni siquiera pensé en hacerlo cuando ya tenía Arnold la marca de mi mano en su rostro debido a la fuerza con la que lo he golpeado, pero, en mi defensa, su descaro pasó cualquier limite que tenía.— Eva…— No te atrevas a mentirme de forma tan descarada cuando solo soy un maldito juguete que desecharas en cinco años.— ¿Cuál es tu desespero por compararte con esa mujer que solo me interesó sexualmente?— ¡No estoy desesperada! Lo que siento es molestia porque jugaste con una mujer al punto de volverla así de inestable. — digo con enojo.Arnold suspira profundo y yo agradezco mentalmente que no me golpee, cuando es evidente que yo también pasé un límite al golpearlo en el rostro.— ¿Acaso es mi maldita culpa que haya estado loca?— Cualquier muj
¿Por qué tiene que pasarme esto a mí? ¿Por qué razón debe obsesionarse un desquiciado como Arnold? ¿Acaso era complicado, imposible o demasiado pedir ser una chica invisible para hombres como él durante el resto de mi vida?No entiendo que tipo de karma estoy pagando para tener este tipo de obsesión que yo no he pedido. Pero aquí me encuentro, frente a un hombre que actúa como la mujer que hace poco describió como molesta.— Quiero eso para hoy mismo. — dice Arnold.— Sí, señor Krick.— ¿Por qué me haces esto?— Estabas molesta porque te traté como ellas, entonces, te daré algo que nunca le he dado a alguien: matrimonio.— ¡Dame libertad! Eso es lo que quiero.— No, porque entonces te trataría como ellas: las follaba y después las desechaba.‘Es justame
Una burla, eso soy para ellos, una maldita burla porque sabiendo que no tengo una ruta de escape, me hacen tener un rayo de esperanza cuando incluso eso me han robado, dejándome en esta solitaria lucha donde no podré marcharme con vida.Por eso, me dejo caer en el suelo donde lloro desconsoladamente por mi destino, hasta que Arnold sin importarle mi enojo me lleva de regreso a la cama, donde le lanzo todo lo que encuentro a mi alrededor.‘Este desgraciado.’ Me digo mentalmente.— Debes calmarte, porque no importa lo que hagas, te quedarás aquí conmigo y durar todo ese tiempo haciendo rabietas, no va a ayudarte en lo absoluto, querida.— ¡Nada va a ayudarme! ¡¿De qué me sirve estar calmada si me tratarás como tu juguete sexual hasta que te aburras de mí y muera?! — grito enojada.Arnold, lastima mi pie intentando calmarme y yo ahogo un grito de dolor mientras sie
Días despuésSolo me he quedado donde me dicen, no sé qué sucede a mi alrededor, solo finjo que mi pie duele más de lo normal, para quedarme en cama mirando como la vida misma pasa frente a mí sin que pueda hacer algo al respecto.Arnold se queja por como tomo las cosas, pero, me importa poco lo que él pueda pensar o hacer cuando solo soy una prisionera lidiando con el robo de libertad que nunca más me será dado.— Eva, debemos marcharnos. — dice Arnold y yo me levanto de la cama y me siento en la silla de ruedas que no necesito, pero, ni siquiera tengo interés por caminar, así que, la uso.— Señor Krick, los Leone vinieron a causar problemas.— ¡¿Tan rápido?! — grita Arnold enojado y yo sonrío.— Me alegra que te estén llegando las consecuencias de tus actos imprudentes. — digo sonriente.&
Arnold está enojado, pero poco me importa lo que él sienta, ya que, yo he estado enojada con él durante todo este tiempo y no le ha importado en lo absoluto.— ¿Qué vas a hacerme por intentar escapar? ¿Piensas golpearme o tirarme con ellos?— Deja de ser una perra traidora.— ¿Por qué llamas traición esto si nunca te he dicho que estoy de acuerdo con la vida que me estás dando?Arnold suspira profundo, la paciencia se le ha agotado y por eso, camina conmigo hasta encontrar la puerta que nos lleva a un patio completamente enrejado.— Contigo hablaré después de esto.— No hay algo que hablar, Arnold. Yo no quiero estar contigo y por eso, buscaré cualquier oportunidad que tenga para dejarte.— Está bien, hazlo. Pero, te aseguro que con ellos no duras tantas semanas con vida, porque ellos solo van a quererte porque me interesas. Así que, utiliza un poco tu inteligencia, Eva. Porque dudo que esos bastardos tengan la paciencia que yo te he tenido. — dice él saltando para aferrarse a las rej
Es entonces que pienso en todo el sufrimiento que he experimentado, las noches sin dormir, el estrés y miedo vivido por no saber cuándo la muerte vendrá por culpa de sus negocios ilegales y su terrible forma de tratar a las personas.‘Deberías dejarlo aquí. Que lo asesinen y tú sigue con tu vida como puedas.’ Me dice mi mente.— ¡Eva, no te atrevas a dejarme, maldita sea! — grita Arnold.— Yo…— ¡No me hagas esto, maldita sea! — grita Arnold y yo reacciono quitándome el cinturón e incluso mi ropa para amarrarlo a la antena metálica y así, hacer una cuerda improvisada para que Arnold suba.— ¡Sabía que ibas a traicionarme, maldita sea! ¡Que tonto he sido! — dice él mientras ato todo.Así que, antes que diga algo más, lanzo la cuerda improvisada y me asomo, temiendo que sea m
Conozco mis capacidades y sé que no me quedaré mucho tiempo colgada, en especial cuando mi resistencia no es muy buena. Así que, intento mirar hacia abajo, pero eso solo me da vértigo.— No, por favor, no. — digo y la sensación de vacío en mi estómago, el mareo en mi cabeza y mis dedos dándose por vencidos, me hacen experimentar un miedo muy grande.Aunque quiero gritar, cubro mi boca porque no quiero delatar mi ubicación, ya que, al caer puedo herirme, pero si grito voy a morir y no será por la caída, si no, por los disparos que recibiré de los hombres que buscan a Arnold.‘Por favor, Dios, no dejes que algo malo me pase.’ Me digo mentalmente.Sin embargo, aunque mi cuerpo se detiene, no es por llegar al suelo, por eso, abro los ojos de inmediato, encontrándome los ojos brillantes y divertidos de Arnold quien niega un poco.Debo reconocer que e
Intento procesar lo que acaba de decirme, porque no considero que hable en serio, pero, Arnold, no solo me demuestra ello, si no que, está molesto porque he puesto en duda algo que me ha dicho.— Dime que estás bromeando.— No, hablo en serio.— Tú no puedes detener el auto, nos estábamos marchando por algo. — digo pero él me ignora mientras toma su teléfono y escribe cualquier tontería.‘No va a moverse, eso me pasa por abrir mi maldita boca.’ Me digo mentalmente.El desespero me invade y por eso, pienso en salir del auto y correr a la embajada o cualquier lugar, pero como toda cosa que intento abrir para escapar, está cerrada.— Entiendo que no quieres moverte, pero no puedes obligarme a lo mismo. Así que, ten la gentileza de abrir la puerta, así tengo la oportunidad de salvarme…— ¿Oportunidad de salvarte? Lo &uacut