Aunque el auto parece que volara, yo siento que no va a la velocidad que me gustaría y por eso, grito a Richard para que acelere, mientras Eva se queja porque con cada movimiento brusco yo la lastimo y por eso, entro en sentimientos contradictorios.
‘Esto es tu culpa, Arnold. No la has cuidado bien y por eso, tu pecho está mojado por su sangre, la abrieron como si fuera un pescado, esto es tu maldita culpa.’ Me dice mi mente.— Soporta un poco más.— Duele mucho. No sabes todo lo que ellos me hicieron. Eso fue tan…— Por favor, no lo digas, si mencionas lo que esos bastardos te realizaron, no creo poder esperar que estes bien para torturarlos. — pido sintiendo como la sangre vuelve a hervir en mi cuerpo.El auto se mueve con brusquedad y Eva se queja al punto que llora. La impotencia se hace más grande, siento que en cualquier momento podría morir porque no sé cómo ayLa orden que realizo la acatan de inmediato, porque aunque no estoy en mi territorio, en estos momentos soy capaz de matar a cualquier bastardo que se atreva a realizar lo opuesto a lo que he ordenado.‘No pelees, solo asegúrate que la atiendan como corresponde y después de eso acaba con el mundo mismo si es eso lo que deseas.’ Me dice mi mente.Tal como lo he ordenado, solo mujeres se acercan a Eva, quien tiembla apenas la alejan de mí, su mirada me suplica que no la deje y yo me aseguro que nunca podría dejarla, cuando sé lo que sucede cuando ella no está siendo protegida por mí.— No te marches, yo…— Tranquila, yo voy a protegerte, nadie va a hacerte daño, les romperé el cuello antes que puedan tocarte. — digo y ella no se escandaliza por la violencia que he mencionado.— Está bien. — dice ella con mi mano unida a la suya, mientras las d
Las horas pasan y Eva despierta, mientras yo camino de un lado al otro, porque deseo hacer tantas cosas, pero, ninguna de ellas va a evitarle el dolor que va a experimentar durante la recuperación.— ¿Qué…? Duele…— dice ella y yo de inmediato agarro su mano y la beso.— Gracias a Dios estás bien. No sabes cuanto sufrí porque no estabas en Marruecos. No te imaginas todo lo que sufrí por ser un inútil que no te protegió. Pero, te aseguro que no voy a permitir que algo así pase.— Arnold…— Sé que debes estar odiándome, merezco tu odio, pero, por favor, dame la oportunidad de demostrarte que puedo hacer las cosas mejor, te lo pido. — digo con mis emociones expuestas al igual que mi corazón.Eva me observa y llora, así que, con cuidado, abrazo su cabeza deseando que en mí pueda tener el consuelo que jamá
En mis brazos… en mis malditos brazos Eva se derrumba completamente mientras yo me esfuerzo por sostener cada uno de sus pedazos como si eso evitara el dolor que yo le he causado debido a mi incompetencia.‘Tú, Arnold Krick eres un maldito inútil de mierda, pudiste hacer las cosas bien. Sabías como evitarle esto, pero, escogiste mal hace dos meses y eso es lo que te está llevando al maldito dolor que mereces, pero Eva no.’ Me digo mentalmente.Mi corazón duele y yo odio sentir tanto por alguien, porque si fuera otra persona, no me importaría. Pero, Eva lo es todo para mí, es mi mujer… mi primera y última esposa.— Llora, Eva. Golpéame y maldíceme si eso te ayuda a sentir mejor, yo lo recibiré todo. Te aseguro que lo recibiré sin quejarme. — digo con dolor en todo mi cuerpo.— Yo… — dice Eva, pero apenas intenta articular una
Justo cuando creo que las cosas no pueden empeorar me entero de esto, cuando creo que soy lo suficientemente temible para que no pasen un límite que va más allá de golpear a mi mujer, Tim y sus bastardos me dan un puño en todo mi estómago y me cortan la polla con todo y testículos para lanzarlos a las pirañas.Cuando creo que Eva puede lidiar poco a poco con su dolor, algo nuevo y retorcido aparece modificando grandemente mis planes, porque esto que le han hecho a mi mujer, no es algo de perdonar ni en esta vida ni en ningún otra.‘Ese maldito hijo de perra deseará morir pronto y se lo concederé.’ Me digo mentalmente.— ¡Jefe! ¡Señor Krick! ¡Deténgase! — grita alguien interponiéndose en mi camino.No logro notar que he destruido todo a mi paso, pero no me sorprende. Han abusado de mi mujer. Mientras yo jugaba a los pistoleros con mi
Intento controlarme por el bien de mi mujer, porque no deseo que vuelva a derrumbarse como la vi, pero, es tan molesto… esto es más de lo que puedo tolerar y por eso, estoy luchando con los demonios que hay en mi interior.Unos que quieren destruir todo a su paso y otros que desean cuidar a Eva como corresponde. Porque si esto pasó por no cuidarla, no puedo solo hacerme cargo de los castigos y dejar a mi mujer cuando se ha traumado al punto de no dejar que un solo hombre la toque.‘No debes cometer los mismos errores del pasado, Arnold. Hacerlos pagar es importante, pero, no lo es más que la seguridad y tranquilidad de Eva.’ Me digo mentalmente aunque el deseo de asesinar mantiene.— Necesito algo que perforar o donde disparar, porque si no calmo mi enojo cometeré una locura. — digo angustiado.— Ya la hizo, destruyó todas las maquinas a su alrededor e hizo caer a todo personal médico
Para ser el jefe de la mafia he tenido que pasar por muchos momentos dolorosos, he sido envenenado, golpeado y secuestrado tantas veces que a donde voy siempre busco rutas de escape y armas que pueda usar para defenderme en un combate cuerpo a cuerpo.Sin embargo, ninguna de esas pruebas es tan terribles como lo ha sido para mí que mi mujer haya pasado por tanto mientras yo apenas notaba que algo malo estaba pasando donde ella se encontraba.Por eso, me atrevo a decir que esta es la prueba más difícil que un hombre que ama a su mujer puede experimentar.— Es mi culpa.— Ya eso lo has dicho, Arnold. — dice ella con frialdad.— Debí actuar mejor. Tomé malas decisiones y por eso, terminamos así.— Eso también lo dijiste ya.— ¿Qué es lo que quieres, Eva? Dime lo que deseas y te aseguro que voy a concedértelo.Eva respira profundamente y
Eva me observa durante varios segundos, donde no me habla, solo me observa con todo el dolor que tiene por mi culpa, es entonces que los chicos aparecen con todo listo para el traslado a casa.— Todo está listo, señor Krick. Estamos esperando sus indicaciones, señor. — dice Miguel.— ¿Qué sucede? — pregunta ella y yo respiro profundo, deseando que no se moleste por la decisión que he tomado.— He decidido que lo mejor es marcharnos, aquí estamos en riesgo, porque este lugar no hace parte de mi jurisdicción. Por eso, quiero llevarte a casa y que con toda la seguridad que voy a supervisar, te recuperes.‘Seguramente va a gritarme porque lo que menos quiere ella es quedarse a mi lado después de todo lo que ha sucedido.’ Me digo mentalmente.Eva baja su mirada y yo prefiero que me grite a su silencio que es mortal para mí, pero, no puedo presionarla cu
No lo dudo un solo momento, Eva ha cambiado, ya no es la chica que se asusta ante la violencia, aunque siempre ha demostrado responder mejor de lo que pensaba. Después de todo, ha asesinado sin saber cómo disparar correctamente.‘Tiene talento para ser mi mujer.’ Me digo mentalmente.— Lo que ordenes te será concedido.— Deberías hacerte cargo de esto personalmente.— Lo haré. Ellos van a capturarla y yo me encargaré de hacerles pagar lo que te hicieron, eso te lo aseguro.— Pero, si los chicos no logran capturarla…Puedo entender su temor, después de todo, por mi trabajo el enemigo no es de los que da un golpe o le roba a uno algo. El problema de tener dinero y poder, es que siempre hay un osado que intenta tomarlo todo como si fuera desde un principio suyo.Así que, tomo su mano y le doy un casto beso sintiendo que todo mi cuerpo reacciona a ese con