Beltharax paso la mayoría de esas semanas intentando recuperar su poder, esas malditas brujas casi consiguen acabar con él. No había sido capaz de percibir que ellas tres tuvieran esa cantidad de poder en su interior. Pero lo que si supo de inmediato es que ellas tenían algo que ver con aquellas nueve brujas que lo condenaron una vez. Está vez llevaría a cabo su venganza. Para llevar a cabo tal propósito tuvo que descender hasta lo más profundo del inframundo y llevarse consigo a la bruja más oscura que el mundo había sido capaz de conocer. No sé fiaba de las brujas y nunca lo haría pero necesitaba de una en estos momentos. Debido a su alto rango no fue difícil sacar de allí a esa bruja. El único problema es que una vez fuera de su celda su poder despertaría y con ello el mundo se veria sumergido en la más profunda oscuridad. Ni siquiera lo pensó, necesitaba saciar sus ansias de venganza y lo que le pasara al mundo y a sus habitantes a él le daba igual. Por lo que una vez hubo s
Todos en la Manada llevaban días sin dormir, habían organizado innumerables partidas de búsqueda, y ninguna había dado su fruto. Nadie en toda la Manada conocía la ubicación de la prisión del olvido, ni siquiera los tres Alfas malditos recordaban donde se encontraba. Cuando los muros de la prisión cayeron ellos aparecieron directamente en el bosque. Por lo que la búsqueda estaba resultando más que complicada. Las chicas estaban inmersas en sacar información del libro de las nueve brujas, se sentían frustradas ya que la única que parecía encontrar lo que buscaban era Diana. Y esta vez Diana no estaba para ayudarlas, es más llevaba desaparecida demasiado tiempo. Philip había vuelto al reino de los elfos con la esperanza de que su madre pudiera ayudar en la búsqueda de Diana. Jarek a estas alturas estaba desquiciado, no soportaba ver a nadie y a menudo se metía en problemas. La última pelea le había costado la reclusión en su casa hasta nueva orden. Y en algo en su interior l
Ante ellos había hecho acto de presencia un ser grotesco, no era así la ultima vez que lo vieron. La primera vez parecía un humano solo que con pequeños cuernos sobre su frente. Pero el ser que estaban contemplando tenía dos patas de cabra por piernas, su torso desnudo en verdad era humano pero su cabeza era una mezcla de cabra y humano. No tenía piel, solo se podía apreciar el músculo ensangrentado de su rostro. ---Me alegro de que estéis todos reunidos aquí, así me evitas el trabajo de tener que ir a buscarlos. La voz del demonio era estridente cada palabra que pronunciaba destrozaba los tímpanos de todos los que se encontraban allí. Los primeros en convertirse en lobos fueron los tres Alfas malditos, inmediatamente después lo hicieron los padres de Mia, Philip y sus padres unieron sus manos y crearon un escudo de protección sobre las brujas. Necesitan protegerlas a toda costa ellas eran las únicas que podrían liberar a Diana de su prisión. Mía se acercó hasta la gruesa pared
Destruir la prisión del olvido había sido un precio muy grande a pagar. Habían gastado todo su poder en el proceso. Solo Mía y Diana conservaban algo de magia en su interior. Mía al ser bendecida con los dones de Amalia y Diana al portar sangre de elfo corriendo por sus venas. Por ese motivo la mayoría de las chicas antes inseparables ahora se habían ido alejando, algunas molestas y llenas de envidia se habían alejado de las que un día fueron sus amigas, otras agradecidas al haber perdido su magia también decidieron volar lejos del amparo de las demás. De aquellas nueve amigas ya solo quedaba la unión inquebrantable de tres y aquellas tres brujas ahora una de ellas sin magia, habían unido sus vidas a esos tres Alfas una vez malditos. Lo que inevitablemente las llevaría por distintos caminos. Lo que ellas desconocían es que sus destinos estaban a punto de cambiar, pronto esas tres amigas inseparables desde la cuna, ahora tendrían que alejarse las unas de las otras y seguir a sus
Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.Desde que tengo uso de razón solo recuerdo que mi vida ha estado dedicada a servir a la familia del Alfa.No recuerdo a mis padres, ni tan siquiera sé si tengo hermanos. Siempre he vivido aquí, igual hasta nací aquí...Me llamo Basura o ese el nombre que todos aquí dicen cuando quieren algo de mí.Hoy es un día importante para el Alfa, se que tiene una reunión con alguien muy importante y de eso depende el futuro de la Manada.Se que la Manada se llama Luna Roja, y que todos los integrantes son lobos, o lo serán cuando cumplan los dieciocho años.Pero lo que de verdad me intriga es saber cuando yo también me convertiré en una de ellos, quizás solo quizás entonces las cosas cambien para mí.Pero el problema es que desconozco mi edad, supongo que aún no tendre la edad adecuada o quizás si. Pero entonces porqu
--- Basura! No te he dicho que limpiaras toda la oficina... ------ Si señora Amanda --- respondo agachando mi cabeza y posando mi vista en el suelo, intentando así no molestar a la Luna de la Manada.Está no la veo venir, el tirón de pelo y el pisotón en mi espalda.--- Aquí no has limpiado --- dice mientras vacía sobre mi cabeza un vaso de vino ------- Lo siento señora, ahora mismo lo limpio ---Retrocedo de rodillas y con mi cabeza agachada, esperando así no recibir más golpes por hoy, cosa que veo difícil, ya que aquí a todos les gusta pegarme.Al principio pensaba que era normal, que todo el mundo lo hacía. Pero poco a poco fui consciente que a la única que se le infligía un castigo físico era a mí. Después de haber dejado todo limpio de nuevo, llevo el champagne y los aperitivos hasta la oficina del Alfa, cierro la puerta y me dirijo hacia la cocina, rezando por no encontrarme al hijo del Alfa ni a ninguno de sus amigos. Antes de bajar aún tengo tiempo de limpiar el último bañ
Luna Amanda está como loca, dice que debían haberme encerrado, nunca nadie debía de verme. Intenta pegarme pero el Alfa la detiene. Me mandan a mi habitación pero no puedo evitar escuchar como dicen algo de que si alguien descubre mi verdadera identidad todo lo que han conseguido se vendrá abajo.Es extraño saber que tengo que irme a otro lugar, nunca he salido de aquí, lo más lejos que se me ha permitido ir es al jardín y solo en la noche.Hoy no me han dejado comer nada, estaban tan enfadados sobre todo Luna Amanda que me ha encerrado con llave, al menos tengo una jarra con agua.Cojo mi muda, mi vestido y un pequeño oso de peluche que mis amos tiraron y yo rescate de la basura. Si ellos supieran que lo tengo lo habrían roto o quemado hace tiempo. Lo meto todo en una bolsa de plástico y ya tengo mis cosas preparadas.Me tumbo en la cama y miro al techo, mi habitación solo tiene una cama, un orinal y una silla. Me hubiese gustado tener una ventana para ver el cielo pero no importa,
--- Nathan gracias por venir hasta aquí------ No importa Alfa estoy aquí para servirle ---Me acerco a la chica, no sé cómo llamarla pero me niego a llamarla Basura y le pido que le examine la muñeca.La mira un momento y se acerca hasta mi posición.--- Alfa creo que su muñeca está rota pero creo que hay más cosas, aquí no la puedo examinar bien, si pudieses llevarla al hospital...------ Está bien, iremos ahora mismo ---Nathan se va y nos deja solos, me acerco hasta ella y le pido que me acompañe. Ella no deja de mirar la bolsa que ha traído. Le prometo que nadie tocara su interior y parece estar más convencida....Lleva dentro del box tres malditas horas, me estoy empezando a desesperar y no sé muy bien porque. No la conozco de nada, no le debo nada. Entonces porque me preocupo tanto por ella. Hay algo en ella que me atrae, hay algo que me desconcierta además está ese tenue aroma que emana. Me levanto de la silla y voy directo a entrar, aquí soy el Alfa y todos me deben obedien